Un complicado tránsito político

Río Negro recibirá esta semana otros 1.300 millones de Nación. Y el acuerdo por el Castello tiene una ventaja política: no habrá paga de capital en el 2023, con las elecciones.

El coronavirus no se detiene. Los contagios en Río Negro subieron un 40% en 20 días después de que habían caído a unos 2.000 casos activos.

El cuadro sanitario vuelve a aterrar al Gobierno cuando ceden otras preocupaciones.

Nación enviará esta semana 1.300 millones a Río Negro y sumará 5.500 millones de ayuda directa, permitiendo que la provincia cierre financieramente. Aportó que no se abonaran intereses del Plan Castello, que derivó en una negociación donde se forzó y se consiguieron casi tres años más de plazo de pago. Ahí una lograda ventaja para el oficialismo que no es nada casual políticamente: el corrimiento del 2023 al 2024 para comenzar con la devolución de dólares significa que la provincia se libera de una pesada carga -unos 123 millones- justo cuando Juntos deberá defender la permanencia en el poder.

Empujada, la administración de Carreras volvió sobre la pauta salarial. Concluirá el año con un alza interanual del 35% en su masa y ya abrió la discusión 2021, liderando nuevamente el proceso entre las provincias.

Con el rechazo de UPCN, la oferta del 6% para el primer trimestre encamina a ATE para aceptarla mientras Unter no sabe aún qué hará en su Plenario del martes. Tiene un problema inmediato: no logró que se renueve el adicional por conectividad, vencido este mes, entonces los docentes cobrarán 1.550 pesos menos en su próxima liquidación. Significará una caída del 3% en los sueldos menores.

Para colmo, la gobernadora no está de buen talante con Unter después de que su titular Sandra Schieroni no asistiera a la presentación de los Fondos de Viviendas. Fue la adjunta Patricia Ponce que afrontó el reproche. Carreras lo asumió como desplante, fiel a su predilección por los vínculos superiores.

Vendrán tiempos mejores en esa relación. La mandataria sí construye ciertos tratos, como lo hace con el STJ que incluyó un almuerzo el 17 de diciembre, con los cinco jueces. Ocasión para repasar causas comunes.

El enlace Carreras y Weretilneck sigue complicado. Ella advirtió a funcionarios por sus vínculos con él, quien anunció que se “vuelve a consensuar, dialogar y escuchar” en el 2021.

El enlace Carreras y Weretilneck sigue complicado, en marcado deterioro.

“La gobernadora” y los restantes electos “dieron lo mejor de sí, lo que pudieron”. Pero, el 2021 permitirá “volver a la normalidad, que es consensuar, dialogar y escuchar. Eso no ocurrió este año”, dice Weretilneck en un saludo por las Fiestas para adentro de Juntos. Ventila esas carencias que las justifica exclusivamente en la pandemia. Eso en el video, pues su conclusión es otra en la intimidad, ya que asigna gran parte del desencuentro a la vinculación que propone Carreras.

La gobernadora no comparte esa postura y asegura relación fluida con los jefes comunales, enumerando sus reuniones. Ella se atrinchera en defensa del poder de decisión en su gestión y entiende que el senador la esmerila, actuando con funcionarios afines. Esa sospecha no la oculta. Algunos se sorprendieron cuando les planteó que deberían definirse “de qué lado” estaban.

Esa advertencia llegó a oídos del senador y la frialdad se profundizó, a pesar de que se ocupan de minimizarla, con relatos de un diálogo que, por momentos, no es tal o se reducen a cruces de mensajes intrascendentes.

En este contexto aparecieron encuestas que muestran bajas en la imagen de Carreras, quien no tardó en sospechar de “fuego amigo”. Eso, mejor que nada, expresa el estado de recelos.

La tensión tiene también la aparición del vicegobernador Palmieri y su natural disposición moderadora. La mandataria lo ubicó en ese rol y el senador lo escucha. “No se puede clonar un dirigente y hay que trabajar en la compatibilidad de las personalidades, siendo respetuosos de los roles”, repite el vice, evaluando ambas conductas.

Por ahora, aquel mensaje interno de Weretilneck vaticina el fin de su pasividad. Piensa en un rol más activo, desde su liderazgo partidario.

Hay cierto vacío existencial pero, en especial, hay espanto de lo que será del oficialismo, que ya no es lo que era.