Un camionero de Bariloche fue estafado por su ex empleador y está varado en Las Grutas por la pandemia
Abandonó su trabajo en la zona andina tentado por la propuesta del dueño de una firma de camiones del Puerto San Antonio Este, que nunca le pagó. Llegó en enero y a mediados de febrero fue desafectado, pero se quedó para tratar de cobrar el contrato por 7 meses que se le prometió. Ahora, varado por el coronavirus, hace changas en Las Grutas, y, mientras reclama en la delegación trabajo, vive “de prestado” en la casa de un vecino de la villa
Oscar Fernández (53) hace 7 meses que no ve a su esposa y a sus hijos, y está desesperado por la situación que atraviesa. Llegó en enero desde Bariloche, donde dejó a su familia, esperanzado por el dinero que ganaría por un trabajo de 7 meses en el Puerto San Antonio Este, que le ofreció un empresario al que le manejaría uno de los camiones de su flota. Ahora, tras sufrir una estafa que lo dejó sin un peso y a cientos de kilómetros de su ciudad, padece por las carencias que allí afrontan los suyos. Mientras, varado por la pandemia, vive de changas, con una angustia que crece día a día.
“Me quedé para reclamar la plata que me debe este hombre que me contrató, e inicié gestiones en la delegación de trabajo local. Pero como todo se desencadenó a mediados de febrero, cuando empezó la pandemia me encontré varado acá. Y ahora vivo de changas en Las Grutas, alojado en la casa de un ‘hermano en la fe’, porque soy de religión evangélica y a través de la iglesia conseguí ayuda” contó Oscar.
Su situación, sin embargo, es desesperante, porque tiene 4 hijos (de 16, 15, 8 y 10 años) que quedaron en el hogar que alquilan en Bariloche, al cuidado de su mujer.
“Ella (por su esposa) trabaja en una chocolatería. Algún ingreso entra, pero claro, por la pandemia todo se complicó, y yo, hasta ahora, no pude mandarles nada de plata. Es angustiante” se lamentó el camionero.
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Su deseo es “hacer público mi reclamo para que agilicen los trámites en la delegación de trabajo. Quiero cobrar mi plata y regresar a casa. Dejé mi puesto allá con la esperanza de algo mejor y terminé estafado. Es terrible lo que estoy atravesando” finalizó, entristecido.
Oscar Fernández (53) hace 7 meses que no ve a su esposa y a sus hijos, y está desesperado por la situación que atraviesa. Llegó en enero desde Bariloche, donde dejó a su familia, esperanzado por el dinero que ganaría por un trabajo de 7 meses en el Puerto San Antonio Este, que le ofreció un empresario al que le manejaría uno de los camiones de su flota. Ahora, tras sufrir una estafa que lo dejó sin un peso y a cientos de kilómetros de su ciudad, padece por las carencias que allí afrontan los suyos. Mientras, varado por la pandemia, vive de changas, con una angustia que crece día a día.
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