Trump redobla su pulseada con la oposición y amenaza con levantar las sesiones del Congreso

Hace semanas que Estados Unidos es el epicentro de la pandemia en el mundo y hoy el país se acercó a los 633.000 casos confirmados y alcanzó los 27.850 muertos, según el conteo de la Universidad de Johns Hopkins.

En medio de una pulseada cada vez más tensa con gobernadores opositores por la gestión de la pandemia, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, abrió un nuevo frente, esta vez en el Congreso, al amenazar con levantar las sesiones del Poder Legislativo, un poder nunca antes usado por un mandatario.

Trump acusó a la bancada demócrata de estar retrasando la confirmación de decenas de designaciones «para cargos claves del Estado», al mantener sesiones mínimas y no declarar un receso total, lo que le permitiría avanzar con las designaciones y otras iniciativas -como partidas presupuestarias- vía decretos.

«Esta práctica de irse de la ciudad mientras mantienen unas sesiones mentirosas pro forma (reuniones breves sobre temas especiales) es una falsificación de su deber que el pueblo estadounidense no puede aceptar en medio de esta crisis», aseguró el mandatario, que calificó al actual funcionamiento del Congreso como «una estafa».

Tras la acusación, Trump amenazó con «levantar las sesiones del Congreso», «si no empiezan a actuar y aprueban a esta gente», en referencia a los «cientos» de nominados que esperan ser ratificados.

«Quizás este poder no se usó antes, nadie puede saberlo con certeza. Pero nosotros lo haremos. Es algo que preferiría no hacer, pero lo haré. Necesitamos a esa gente acá. Necesitamos gente para esta crisis y no queremos jugar más juegos políticos», sentenció en su conferencia diaria en el jardín de la Casa Blanca.

La oposición controla la cámara baja y estableció que recién volverá a sesionar en pleno en Washington el próximo 4 de mayo, en gran parte porque Trump declaró la emergencia nacional por la pandemia, lo de que desató una ola de emergencias similares en los estados, lo que llevó a la mayoría de los congresistas a volver a sus distritos.

En tanto, el Senado -la cámara que ratifica las nominaciones de funcionarios designados por el presidente- está en manos del oficialismo y recién volverá a reunirse en pleno el 20 de abril. Hasta entonces mantiene «sesiones pro forma», cortas y muy puntuales, según la cadena NBC.

La sección 3 el artículo II de la Constitución otorga al presidente un poder «en ocasiones extraordinarias para convocar a ambas cámaras, o a una de ellas, y en caso de un desacuerdo entre ellas sobre cuándo deben terminar las sesiones, puede levantarlas cuando él crea que es apropiado».

Trump no puso fecha a esta amenaza, pero sí a la próxima reunión con lo gobernadores de todo el país para definir cuándo será la reapertura de la economía.

Anunció que mañana hablará con ellos y pronosticó que «algunos podrán abrir (su economía) antes del plazo del 1 de mayo».

Hace semanas que Estados Unidos es el epicentro de la pandemia en el mundo y hoy el país se acercó a los 633.000 casos confirmados y llegó a 27.850 muertos, según el conteo de la Universidad de Johns Hopkins.

El principal brote en el país se concentra en Nueva York y, por primera vez, el gobernador Andrew Cuomo anunció que «la situación sanitaria se ha estabilizado».

Pese a que aseguró que «no se está fuera de peligro», sostuvo que sí se puede «controlar la propagación».

Cuomo informó que en las últimas 24 horas fallecieron 752 personas, lo que refleja una disminución con respecto al martes, una situación que se repite también con las internaciones y los ingresos a terapia intensiva, según la agencia de noticias DPA.

Pero pese a estas cifras alentadoras, el gobernador anunció que aún no flexibilizará la cuarentena y explicó que la clave para reabrir Nueva York son los tests masivos que permitan identificar y aislar a las personas contagiadas.

Este es el punto que más tensión política genera hoy en Estados Unidos: quién decidirá la reapertura de la economía y cómo lo hará.

Tras afirmar ayer que él tiene «el poder absoluto» y desatar la furia de varios gobernadores opositores, como Cuomo, Trump contó hoy en su Twitter que tuvo «llamadas muy productivas con líderes de cada sector de la economía» y adelantó que «todos están a favor de volver a poner en funcionamiento a Estados Unidos y hacerlo pronto».

Ayer Trump había anunciado que, pese a la decisión de algunos gobernadores de unirse para tomar la decisión ellos, él definiría la reapertura antes de fin de mes.

La creciente tensión entre el mandatario republicano y varios gobernadores demócratas que impusieron cuarentenas -aun cuando la Casa Blanca no las recomendaba- se volcó hoy por primera vez a las calles en forma de protesta.

Cientos de autos se manifestaron hoy al atravesar en caravana el centro de Lansing, la capital de Michigan, en protesta por la cuarentena que impone el gobierno de la demócrata Gretchen Whitmer.

Los autos inundaron la zona de los palacios ejecutivo y legislativo del estado, y luego cientos de personas se amontonaron, sin mascarillas aunque si con guantes por el frío, en la plaza central para reclamar que «reabran ya Michigan» al grito de «Ponme en libertad» y «La libertad es esencial», según la agencia EFE.


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