Tres ballenas francas pasearon a 300 metros de la costa en Las Grutas
Las imágenes fueron captadas el domingo por la mañana con un drone por Sebastián Leal frente a la primera bajada. Estuvieron cuatro horas
Las tres ballenas francas captadas hoy por un drone a unos 300 metros de la costa de Las Grutas, Río Negro, Patagonia. Foto: Sebastián Leal
Tres ballenas francas pasearon durante unas cuatro horas a unos 300 metros de la costa en Las Grutas. Las imágenes fueron captadas por Sebastián Leal en la primera bajada. Coincidió con un domingo con permiso para salir a caminar por la playa en Las Grutas y varios vecinos las vieron en una jornada que empezó lluviosa y luego de puso soleada antes de volverse ventosa.
Te contábamos la historia de Sebastián días atrás: es buzo, prestador náutico, vive frente a la costa y en estos días de cuarentena se instaló en la terraza y logró registrar espectaculares fotos y videos.
«Las habíamos visto el día anterior, el sábado. Mi mamá, que vive al lado, las había visto saltar. Metí el drone pero había muchísimo viento. Si volaba bajo el acantilado andaba bien. Ese día las busqué pero no las encontré. Desde la terraza miraba y las veía, pero con el drone no podía. No hubo caso. Le avisé a Malala, especialista en ballenas. Y ella me confirmó que las había visto desde tierra y que eran dos», cuenta.
El domingo arrancó lluvioso y con poca visibilidad. «Hacia el puerto había una mancha gris muy larga. Y con el largavista observé que eran pardelas, aves chiquitas en una enorme bandada. Bajando el largavista, encuentro a las dos ballenas. Como lloviznaba las miré sin levantar el drone. Pero después decidí sacarlo y ahí vi que eran tres las ballenas. Hice una primera filmación y después la segunda, frente a casa. Tomé fotos de bien cerca y de arriba, en especial para Malala, porque ella hace fotoidentificación según las manchas que tiene arriba. De esa manera sabe si es nueva en el golfo o ya había estado antes».
«Ella ya ha presentado su proyecto en muchos lugares para ver si puede tener su propio drone. Estaría bueno, porque esto es ciencia. Así se explica cuántas vienen, por qué, cuándo. Cuando puedo le doy una mano, como ayer. Pero otra veces estoy laburando y no puedo. Estaría bueno que ella pudiera tener uno», afirma Sebastían.
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«Los primeros avistajes siempre son en abril y mayo -comenta-. Pero capaz que pasa una semana y nos ves ninguna. En agosto se empiezan a quedar, cuando ves a las madres con crías, los grupos de cópula».
«Este avistaje estuvo bueno porque fue bien cerca de la costa, ya que hay veces que vemos algún salto lejos -continúa. Ahora no estamos navegando, pero creo que si hoy pudiéramos hacerlo nos cruzaríamos algún otro ejemplar mar adentro».
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