Tras 12 años, el MPN recuperó Zapala
Carlos Koopmann se impuso con más del 40% de los votos y logró romper una racha de derrotas del partido provincial. El candidato de Martínez, Gastón Calabró, no logró retener la comuna y se ubicó en segundo lugar con cerca del 25% de los sufragios.
El Movimiento Popular Neuquino recuperó Zapala. Después de varias derrotas en fila para el partido provincial, Carlos Koopmann rompió el maleficio y se convirtió en el nuevo intendente zapalino. El festejo se extendió por varias horas y unió a las viejas generaciones partidarias con los militantes más jóvenes.
Una campaña sobria, lejos de las estridencias de otras épocas, y la fuerte renovación de nombres fueron algunas de las claves de la victoria emepenista. Además, las colectoras le aportaron un caudal de votos que terminó resultando decisivo.
Koopmann se imponía sobre Gastón Calabró y dejaba en tercer lugar a Pablo Tomasini de Cambiemos y Compromiso Zapala. El cuarto puesto quedaba para la Democracia Cristiana mientras que cerraban el lote la Izquierda y el partido vecinal Unión y Compromiso.
“Hoy la alegría invade mi corazón y quiero agradecer a todas y cada una de las personas que nos permitieron la oportunidad de iniciar un nuevo camino de esperanza y crecimiento en Zapala”, expresó Koopmann, en diálogo con “Río Negro”.
Destacar el apoyo incondicional de mi familia, amigos, compañeros y militantes quienes trabajamos codo a codo por este triunfo
Carlos Koopmann es el intendente electo.
El oficialismo local fue el gran derrotado de la jornada. La actual intendenta Soledad Martínez no fue capaz de traccionar votos en favor de su candidato, Gastón Calabró, quien terminó pagando un alto precio por el desgaste de ocho años de gestión al frente del municipio.
El debut del voto electrónico trajo largas demoras en Zapala. El flamante sistema se utilizó por primera vez en la ciudad del centro de la provincia y causó mal humor, caras largas, al tiempo que dejó en evidencia la falta de experiencia de los votantes con estos dispositivos.
La jornada electoral había arrancado con apenas quince minutos de retraso, en promedio, en la mayoría de los establecimientos educativos. La utilización del dispositivo electrónico representaba todo un desafío y con el correr de las horas se fue transformando en una pesadilla para muchos.
Sobre el mediodía, cuando habitualmente se genera la mayor concentración de votantes, comenzaron los problemas. Entre algunas personas que se demoraban más de la cuenta e incluso requerían ayuda para completar el trámite y la gran presencia de público, se fueron generando largas colas. Hubo incluso algunos votantes que denunciaron haber estado más de dos horas esperando en el interior de las escuelas.
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