Tolaba le controlaba las redes a Delia y le cambiaba la foto de perfil
Sus amigas y compañeros de trabajo declararon que el acusado del femicidio le había “hackeado el Whatsapp”. Aseguraron que sufría violencia sexual. Llegó a perseguirla cuando estaba con su nueva pareja. “Yo la he seguido y lo he comprobado”, le dijo al dueño de la empresa en la que ella trabajaba.
Delia Aguado trabajaba en una empresa dedicada al desarrollo de obras en áreas urbanas e hidrocarburíferas. “Ella era el sostén del hogar”, aseguró su empleador. Un día vio que había modificado la foto de perfil que tenía en Whatsapp. Se lo dijo y ella le contó que su esposo, Diego Tolaba, era el que lo había hecho: cambió la imagen por una en la que aparecían juntos. Había encontrado la forma de hackearle el teléfono. Sus amigas también lo sabían, Delia les había pedido que la llamaran y no le enviaran mensajes.
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