Terapia saturada en Roca: jefes de servicio piden que se conozca “la pura verdad”
Los responsables de la atención de pacientes críticos con covid-19 en el hospital y en el Sanatorio Juan XXIII plantearon diferencias con la situación que describe el gobierno provincial. Desde su punto de vista, no deberían habilitarse las reuniones sociales.
Con 117 casos activos de covid-19 informados, 739 personas aisladas, pero sobre todo con las salas de cuidados críticos saturadas de pacientes, los jefes de Terapia Intensiva del hospital López Lima y del Sanatorio Juan XXIII de Roca pidieron hoy que se extremen al máximo las medidas preventivas, sin autorizar las reuniones sociales en la ciudad.
Lo que también surgió de esas declaraciones fue un notorio contraste entre la situación que describe el gobierno provincial y la realidad que se vive día a día en las instituciones que trabajan para contener la emergencia sanitaria.
“Me interesaría que nuestros gobernantes sean consecuentes con el momento que se está viviendo. Al menos, tal vez la población de Roca necesite saber la pura verdad real de lo que está sucediendo para que cambie su conducta”, sostuvo Marcelo Cabana, responsable de la UTI del sanatorio privado.
“Esta situación no está para nada controlada”, agregó Cristina Orlandi, titular del servicio en el sector público.
Primero durante una entrevista con LU18 y luego en diálogo con RÍO NEGRO, los profesionales también dejaron claro que es imposible implementar el traslado de pacientes críticos que fue anunciado esta semana por el Ministerio de Salud, cuando se reconoció que la UTI del hospital de Cipolletti estaba saturada.
“Roca no podría recibir gente de Cipolletti, de ninguna manera. Como tampoco podemos mandar nosotros gente a otra región. Son pacientes que no son trasladables por tierra, por lo tanto, tampoco es posible llevarlos a Viedma. Cuando se dan casos críticos, no pueden ser trasladados ni siquiera dentro de la ciudad”, sostuvo Orlandi.
La médica planteó la necesidad de abordar la situación sanitaria de la región que incluye a Roca y a Cipolletti de manera individual, porque “cuando se dan los números de la provincia, no reflejan la realidad del Alto Valle”.
Y en ese terreno, los datos que aportaron ambos jefes de Terapia Intensiva fueron reveladores sobre la complejidad del escenario en Roca, que es la ciudad con mayor capacidad de atención a pacientes críticos en Río Negro.
Cabana describió que, hoy por la tarde, la UTI del Juan XXIII quedaría con una sola cama libre entre las 21 disponibles, pero que al mismo tiempo, en el piso de internación había 12 pacientes, de los cuales 4 tenían cuadros moderados de la enfermedad por coronavirus. Si esas situaciones se agravaran y demandaran atención de mayor complejidad, la UTI de la institución enfrentaría un serio problema.
Sobre al hospital, los números que repasó Orlandi durante la entrevista presentaron matices con respecto a los expuestos esta semana por la secretaria de Políticas de Salud, Mercedes Iberó.
La diferencia principal es que el gobierno habló de 19 ó 20 camas de UTI en el sector público de Roca, pero todas esas unidades no están listas para funcionar en este momento.
Orlandi describió que recién el jueves de la semana pasada el López Lima sumó 3 camas a las 7 que tenía la UTI en un principio y que hoy, el 90% de esas camas estaba ocupado, con una incidencia del covid-19 del 60%.
La médica dijo que además de la situación de la UTI, en el hospital “hay saturación de la internación de moderados”.
“Hay 37 pacientes internados, de los cuales sólo 6 son no covid. El hospital tiene 29 camas con posibilidad de oxígeno. Mas 5 de cuidados intermedios con posibilidad de oxígeno. Hay 12 camas que no tienen oxígeno”, describió.
También contó que se extendió la internación al sector de Pediatría, “con 9 camas que están ahora a disposición y ya se están utilizando hoy”.
Ambos jefes de servicio coincidieron en que el presente se complica por la incidencia de otras patologías, algunas típicas de la época invernal y otras relacionadas con la mayor circulación de vecinos, como los incidentes viales. Pero no obstante esa realidad, advirtieron que los casos de covid-19 que atendían se duplicaron y ahí apareció el riesgo de colapso.
“Ahora, cuando la situación sanitaria está en el punto de saturación, se liberan actividades y eso nos preocupa un montón. Todavía tendríamos que impedir las actividades sociales. Esta situación no está para nada controlada”, insistió Orlandi.
Las camas realmente disponibles
- 6
- camas en Allen son contabilizadas por Salud dentro de las posibilidades de extender la Terapia Intensiva de Roca. Pero desde el mismo servicio advirtieron que no hay recurso humano suficiente.
- 4
- personas estaban hoy en habitaciones del Sanatorio Juan XXIII con cuadros moderados de covid-19. Si sus situaciones empeoraban, en la UTI sólo había una cama disponible.
Dos médicos que trabajan en el sector público permanecían internados hoy en la UTI del Sanatorio Juan XXIII. Por su parte, durante la última semana hubo tres contagios de covid-19 entre el personal del hospital López Lima.
“Es muy duro cuando te toca un colega tuyo, verlo en una cama por su situación laboral”, dijo Marcelo Cabana, reflejando el impacto de la pandemia en el personal de salud.
Durante la entrevista con LU18, los jefes de servicio advirtieron que la capacidad de camas de terapia intensiva es muy importante para atender la emergencia, pero que eso no garantiza un resultado exitoso, porque además de las camas se necesita personal calificado.
“El recurso humano de terapia intensiva es muy especializado y no se consigue de un día para otro. Hay que manejarse de manera cuidadosa y organizada, porque si se desarticulan los equipos empiezan los contagios. Es una patología perversa, por cómo te consume y te agota”, relató Cabana.
En ese sentido, detalló que un médico demora dos horas desde que entra y sale de ver a un paciente. “Y a todo eso hay que sumarle el estrés por el miedo al contagio cuando salen”, agregó.
“Empieza a notarse el agotamiento”, admitió.
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