Teorías cruzadas y polémica decisión sobre el homicidio en Plottier
La fiscalía no presentó un móvil del asesinato. Para la defensa se trató de una legítima defensa. Fuerte debate sobre la perspectiva de género.
Una mujer de 45 años quedó detenida con prisión preventiva por dos meses, acusada de ser la autora del homicidio calificado de Roque Mora, de 73, ocurrido en su vivienda en Plottier la noche del viernes 10 de julio. La imputada reconoció el hecho pero su confesión se produjo en una comisaría, bajo cuestionadas condiciones constitucionales. Además en torno al caso se produjo un fuerte debate porque la fiscal Sandra Ruixo no incluyó la perspectiva de género. Tampoco el juez Gustavo Ravizzoli tuvo en cuenta esa mirada, sostenida solamente por las defensoras públicas Ivana Dal Bianco y Belén Rodríguez Méndez.
La fiscal la acusó por un delito gravísimo: homicidio calificado por ensañamiento, que tiene como pena la prisión perpetua.
Sin embargo no hizo mención tampoco al móvil, que tuvo características muy violentas: Mora sufrió una gran cantidad de heridas cortantes y golpes. La muerte se la causaron dos puñaladas.
La investigación no logró secuestrar los elementos utilizados para agredirlo, salvo una botella rota en la que quedó marcada una huella digital de la imputada. En cambio no encontró cuchillos ni el arma roma (sin punta) con la cual lo golpearon reiteradamente en la cabeza y otras partes del cuerpo.
El cadáver fue hallado la mañana del 11 de julio por una hija. El hombre vivía solo desde la muerte de su esposa, ocurrida entre uno y dos meses atrás luego de una larga enfermedad.
Perspectiva de género
Para las defensoras, es un caso de legítima defensa: dijeron que la imputada fue acosada por Mora, quien la manoseó e intentó abusar de ella. Se apoyaron en moretones que presenta en los senos.
En el pasado habían tenido una relación de empleador-empleada; ella, una mujer que sufrió violencia de género y abusos sexuales desde la infancia, fue a verlo a su casa porque necesitaba trabajo y él se aprovechó de la situación, dijeron.
La fiscal Ruixo expresó su desacuerdo con una frase polémica: «Si realmente hubo un acoso (del hombre hacia la mujer), abría la puerta y se iba. Si las otras empleadas que tuvo la víctima habían sido acosadas como se dice, ¿por que algunas volvieron a trabajar con él? Si el ambiente en la casa era tan tétrico, ¿por qué no se iban?».
La defensora Dal Bianco se encargó de contestarle: «eso es no tener perspectiva de género. Es no entender que las mujeres estamos en una relación desigual objetiva. Por eso hace falta la ley Micaela».
La codefensora Rodríguez Méndez agregó que es «extremadamente peligroso decir que una puede abrir una puerta e irse cuando se habla de violencia de género o violencia sexual. Si fuera tan sencillo no tendríamos este flagelo de mujeres que pierden la vida, porque no es tan fácil la solución como abrir la puerta e irse».
La confesión
El otro punto de grave discordancia fue la confesión de la acusada, cuyo nombre Río Negro no publica por tratarse de una víctima de abuso sexual, de violencia de género, y encontrarse en situación de extrema vulnerabilidad. Tampoco se publica su foto, por pedido de la fiscalía.
Según se reveló en la audiencia que terminó pasadas las 22 de este viernes, la mujer fue citada el jueves 16 a las 9:30 como testigo a la comisaría de Plottier donde la interrogó la fiscal del caso Eugenia Titanti.
Para entonces ya era una sospechosa, porque en base a las cámaras de vigilancia y a testigos, se sabía que a la hora del crimen había estado en la vivienda de la víctima.
Luego de un intenso interrogatorio, la mujer se quebró ante la fiscal y dijo «yo no lo quise matar». Luego, ante otros policías y en medio de una crisis, agregó: «él me quiso abusar, me quiso tocar», «quiso tener sexo conmigo por 400 pesos» y «no me maté porque tengo seis hijos».
Esto ocurrió alrededor de las 12:30 de este jueves, pero la defensa fue notificada recién a las 21:48, según dijeron las abogadas.
Nulidad negada
Admitieron que la fiscalía habría llegado a la autora del homicidio sin esa confesión, porque hay otras pruebas que la señalan. Pero se preocuparon por remarcar que se violó el derecho constitucional de no declarar contra sí mismo, y pidieron la nulidad de toda la causa.
La fiscal Ruixo argumentó que la imputada «fue informada que tenía derecho a un abogado» y que «una vez que empezó a hablar, no había forma de pararla».
El juez Ravizzoli no les hizo lugar a las defensoras, pero dijo que no se tendrá en cuenta la declaración de la mujer.
No quedó en claro qué sucederá con las testimoniales de las mujeres policías que la escucharon confesar. Es una antigua práctica: como la confesión en una comisaría sin abogado defensor es ilegal, se la introduce en el legajo a través de quienes la escucharon y no de quien la estaba tomando. Habría que investigar si este fue el caso, aunque nadie puso en duda la profesionalidad de la fiscal Titanti sino todo lo contrario.
El móvil, ausente
En su resolución, el juez Ravizzoli hizo lugar a casi todo lo que pidió la fiscalía.
Se preocupó por dejar sentado que eso no implicaba desconocer la perspectiva de género, ya que dijo que no descartaba la teoría del caso de la defensa, sino que por ahora no había elementos firmes para sostenerla.
En cierto modo desconcertó, porque la fiscal Ruixo no presentó ninguna hipótesis alternativa de móvil del crimen al que calificó de homicidio agravado por ensañamiento.
Pero no brindó ninguna explicación para la brutalidad del ataque; tampoco refirió que faltara algo de valor en la vivienda y no acusó por robo, de manera que esa teoría quedó casi descartada al menos por ahora.
El juez solamente acortó el plazo de la prisión preventiva: en vez de los 8 meses pedidos por la fiscalía, la fijó en 2 meses para dar la posibilidad de una pronta revisión. Tampoco hizo lugar a la domiciliaria en la casa de una hermana de la imputada, que solicitó la defensa.
La semana que viene habrá una nueva audiencia ante un Tribunal de Revisión.
Comentarios