Tensión en la primera audiencia por el crimen de Nahuelquín

JUICIO ORAL

Miró a los ojos a su excuñada y antes de que el defensor formulara otra pregunta, Alejandro “Taca” Nahuelquín expresó: “¡Por qué no terminamos con todo esto y decimos la verdad!” Verónica Arellano no bajó la vista y redobló la apuesta. “¡Vos decí la verdad!”, respondió indignada. Fue un instante de tensión en la primera audiencia del juicio contra Arellano, quien está acusada como presunta autora del homicidio de su esposo, Jorge Nahuelquín.

La imputada, que no está detenida, se abstuvo de declarar ante los jueces de la Cámara Criminal Primera, Marcelo Barrutia, Alejandro Ramos Mejía y Gregor Joos, y se remitió a lo que dijo en la etapa de instrucción. En la primera audiencia declararon cinco testigos.

Alejandro, hermano de la víctima, recordó que a las 5 del 21 de abril de 2011 lo llamaron para avisarle que un tío había fallecido. Dijo que trató de comunicarse con su hermano, Jorge, para informarle porque la familia se estaba reuniendo.

Como no contestaba el celular, llamó al teléfono fijo del domicilio de su hermano en el barrio 150 Viviendas de esta ciudad. Recordó que atendió Verónica y que le dijo que Jorge estaba en el baño. Una hora después, su excuñada lo llamó y le dijo que su esposo estaba tirado en la vereda.

Nahuelquín salió en su auto con otro hermano hacia la vivienda de Jorge. Cuando arribó al lugar observó a su hermano tirado. Estaba la imputada a su lado y otras personas. Dijo que con su hermano Aníbal cargaron en el auto a la víctima y lo trasladaron hasta el sanatorio HPR.

Advirtió que le llamó la atención que estaba con una remera seca, que no tenía manchas de sangre, y sin calzado, sólo con las medias puestas. “Una media era blanca y estaba limpia. Eso me llamó la atención”, señaló el testigo. Rememoró que esa mañana lloviznaba. Dijo que su hermano no tenía el cinturón del pantalón. “Fue vestido mi hermano”, aseguró Alejandro Nahuelquín.

Dijo que se veía que tenía un corte en el cuello, pero estaba limpio. Cuando llegaron al sanatorio les informaron que su hermano había muerto hace dos horas.

El testigo dijo que el matrimonio de su hermano estaba mal y estaban casi separados. “Sabíamos que Verónica tenía otra relación”, afirmó.

Alejandro sostuvo que su cuñada le echaba la culpa a él por su relación política y su enfrentamiento con la conducción del gremio mercantil. “Si hubiese sido un mensaje para mí, me hubieran matado a uno de mis siete hijos. Me hubieran mandado un mensaje mafioso”, señaló.

Recordó que a Verónica, de 39 años, la conoce de niña. “Duele muchísimo que mis sobrinos no tendrán a su padre”, afirmó y reclamó “que se haga justicia”.

“Decí la verdad”, reclamaba la imputada. En la sala escuchaban atentos familiares y amigos de la víctima. También la madre que es querellante en la causa y la representan los abogados Mario Altuna y Mariela Taboada y el fiscal Eduardo Fernández.

El defensor oficial Marcelo Álvarez Melinger, quien asiste a la imputada, interrogó al testigo sobre una Ecosport que le dio a su hermano y que tenía pedido de secuestro porque era robada. Alejandro dijo que no lo sabía.

Antes, había declarado Ángel Ortíz, quienadmitió que conoció a la imputada en septiembre de 2010 y comenzó una relación sentimental. Dijo que no sabía que era casada y que se enteró cuando ella se lo confesó dos meses después. “Si vos te separás podemos vivir juntos”,le planteó Ortíz a la mujer. El hombre es empleado de la Policía Federal. Reconoció que hoy son pareja.

DeBariloche