Sharenting: los riesgos de sobreexponer las infancias en redes
Los especialistas aconsejan reflexionar antes de compartir imágenes y videos de menores en las plataformas. Las peligrosas consecuencias que puede tener la práctica.
“Lo que compartís puede no ser tan divertido como pensás”. Así termina un spot de Movistar Argentina que alerta sobre el sharenting, la acción de mostrar sin límite a los hijos en las redes sociales. “Ya están un poco grandes para andar buscando likes”, cantan niños y niñas en el video que muestra una obra de teatro a la que asisten los padres. Seguramente la has escuchado, la publicidad está presente en distintos medios de comunicación.
El término sharenting proviene del inglés: share (compartir) – parenting (paternidad). En español se habla de sobreexposición. Con esta advertencia, la compañía invita a los adultos a reflexionar antes de compartir contenidos en el mundo digital. Tomarse un segundo más ante tanta vorágine, de eso se trata.
“Las imágenes que subís a las redes sociales sin el consentimiento de tus hijas e hijos generan una huella digital que queda asociada a sus datos personales. Todo lo que publicás forma parte de la reputación en línea de los menores”, explicó el Ministerio de Justicia, al hablar de esta práctica que tiene sus riesgos. Hay que saber que en internet las imágenes de las personas menores pueden usarse para grooming, pedofilia, ciberbullying, robo de identidad o robo de datos personales, detalló la cartera.
“Cuando compartimos información sobre nuestros hijos en línea sin involucrarlos en esa decisión, desaprovechamos una excelente oportunidad para enseñarles con un ejemplo la noción de consentimiento”, le dijo a Unicef Stacey Steinberg, profesora de derecho y directora del Centro para la Infancia y las Familias de la Universidad de Florida.
Es un hecho innegable, las redes sociales nos imponen un ritmo vertiginoso y criar hijos en esta era digital resulta una tarea compleja. Por eso, incluso cuando se actúa con la mejor intención, es importante saber los peligros que se esconden detrás de la publicación de un contenido en internet.
Sharenting: riesgos y consentimiento
Antes de compartir fotos o videos es necesario tener en cuenta un par de cuestiones, apuntó Steinberg, que también es autora del libro “Crecer en línea: Cómo los progenitores pueden publicar de forma más inteligente en las redes sociales y qué podemos hacer para mantener seguras a nuestras familias en un mundo sin privacidad”.
La primera tiene que ver con los daños reales que los niños y niñas pueden sufrir debido a la información compartida en línea. Es que algunos adultos podrían tratar de interactuar con ellos o querer hacerles daño por los contenidos que vieron. Las imágenes falsas también deben preocuparnos, ya que existe el peligro de que las fotos se reutilicen de una forma ilícita o malintencionada, consideró la experta, al brindar consejos para proteger la privacidad en la era digital.
“Cuando nuestros hijos lleguen a la edad de utilizar por sí mismos las redes sociales, querremos que respeten nuestra intimidad y que no publiquen imágenes nuestras que no deseemos compartir. También esperaremos que respeten la vida privada de sus amigos y compañeros y que no publiquen fotos de otros niños, niñas o adultos sin su consentimiento”, explicó la especialista.
Días atrás, el DiarioAr publicó una nota en la que mencionaba como las familias se enfrentaban por compartir fotos infantiles en internet. Allí citaba a la abogada española Carla Vall que en sus redes sociales explicó las consecuencias legales del sharenting.
Para la especialista, el problema en estos casos es la “falta de perspectiva de infancia entre padres y madres”. “La duda se resuelve respondiendo a la sencilla pregunta: ‘¿Qué beneficio tiene esto para el menor?’ Si la respuesta es ninguno, debería solventarse con la no publicación de imágenes”, reflexionó.
En esa misma línea la divulgadora Natalia Díaz, conocida en redes como Medianoche y activista contra el sharenting, sostuvo: “Mostrar la vida diaria de nuestros hijos en redes sociales no es necesario para ellos, tampoco es beneficioso ni educativo. Entonces ¿por qué exponerlos a riesgos innecesarios?”. Desde su punto de vista, las plataformas son un “lugar peligroso para los menores” por eso invita a respetar su “derecho a la intimidad”.
Es válido argumentar que en muchos casos los niños no pueden darnos su consentimiento para que publiquemos información sobre ellos. Por eso es necesario considerar cuál sería su postura. Además los adultos que comparten mucha información de sus hijos seguramente no lo hacen con malas intenciones. Sin embargo es evidente que no son conscientes de la importancia de la huella digital del menor.
La práctica de sobreexponer a los menores creció durante la pandemia de coronavirus. Durante la cuarentena los adultos “gozaban” de mucho tiempo libre y exponían a sus hijos en las distintas plataformas. En breve comienzan las vacaciones de invierno. ¿Qué publicaciones nos mostrará el feed?
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