Los futuros asistentes de IA: ¿gran revolución o un producto innecesario?

Google, Amazon y Microsoft apuntan a lanzar nuevas herramientas para que Bard, Alexa y Copilot (respectivamente) se conviertan en asistentes personales de IA ultra-eficaces.

Tres gigantes tecnológicos, Google, Amazon y Microsoft, están apostando a gran escala por la inteligencia artificial generativa. Prometen crear asistentes virtuales casi humanos para incorporar a nuestras vidas diarias.

Google anunció el martes que está incorporando Bard a varias de sus aplicaciones, como Gmail y Docs. Al día siguiente, Amazon reveló que «pronto» permitirá tener «conversaciones casi humanas» con Alexa. El jueves, Microsoft celebró un evento para anunciar que planea integrar su asistente de IA generativa, «Copilot», en muchos de sus productos.

Sin embargo, no es la primera vez que las grandes compañías ponen mucho esfuerzo en asistentes virtuales, a los que el público nunca reaccionó demasiado (desde el ancestral Clippy que aparecía en Word hasta los asistentes inteligentes actuales, como Alexa, Siri o Cortana).

Ninguna de estas herramientas fue adoptada por una gran cantidad de personas o utilizada a la escala a la que sus creadores apuntaban. La pregunta es si los usuarios realmente quieren estos asistentes y los adoptan en sus vidas diarias. El futuro de estos asistentes de IA sigue siendo incierto. ¿Podrán los nuevos asistentes personales superar las barreras que sus predecesores no?

Clippy, el primer asistente personal que funcionaba en Word durante sus inicios.

Microsoft impulsó con fuerza la visión de un asistente de IA generativa que conozca y asista a los usuarios en su vida digital llamado Copilot, pero todavía estamos lejos de conocerla; muchas de las herramientas de IA de Microsoft no estarán disponibles hasta el próximo año, y no hay una fecha establecida para su lanzamiento.

Aunque no es un asistente personal, ChatGPT (a pesar de su gran utilidad) comete errores y puede producir información falsa, y no es la única IA que incurre en estos desvíos; recientemente, Google presentó una herramienta que permite a los usuarios verificar las respuestas de Bard. Aunque útil, también es una admisión de que Bard sigue siendo un «experimento» (te contamos algunas claves para usarlo en esta nota).

Algunos expertos ya alertan sobre los riesgos de estos errores. Tal como comenta The Verge, «Alexa reproduciendo ‘Desperado’ cuando le pediste que pusiera ‘Despacito’ es molesto. En cambio, ChatGPT insertando un montón de información falsa que insiste en que es correcta en un documento de trabajo importante podría meterte (y potencialmente a muchos otros) en un montón de problemas.»

La pregunta de fondo es si esta nueva generación de asistentes es un signo de progreso o un intento por forzar la adopción de una herramienta innecesaria. Hasta ahora, la tendencia se ha inclinado hacia lo segundo. Aunque quizás Copilot sea el «Clippy» que Microsoft siempre supo que queríamos.


Este contenido fue originalmente publicado en RED/ACCIÓN y se republica como parte del programa «Periodismo Humano», una alianza por el periodismo de calidad entre RÍO NEGRO y RED/ACCIÓN.



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