El impacto de ChatGPT y lo que se espera de Gemini, la IA de Google

La escalada en el uso de esta herramienta llama a involucrarnos mucho más con la tecnología. Los debates que siguen abiertos y el uso responsable. El precio de las herramientas “gratuitas”.

Nadie puede negar el extraordinario avance que tuvo la Inteligencia Artificial (IA) en el último año. “Los resultados a nivel técnico y tecnológico son sorprendentes”, consideró Gala Cacchione, periodista especializada en cultura digital, al analizar el explosivo 2023 que tuvo ChatGPT de OpenAI y abrir la incógnita de lo que deparará Gemini de Google en el 2024.

Para Gala, existe actualmente una competencia de las grandes tecnológicas por sacar “más y mejores herramientas”.

En esa lucha de poderes hay discusiones que son importantes considerar al momento de adoptar estas herramientas que quedan “invisibilizadas por el marketing”.

Así, explicó que aún hay discusiones que no fueron saldadas respecto de la IA. La concentración de poder por parte de estas grandes empresas tecnológicas es una de ellas. Se sabe que desarrollar una tecnología de inteligencia artificial a ese nivel es un recurso que muy pocos tienen.

“Si bien hay una comunidad muy grande de desarrollo artificial de código abierto, los recursos – para hacer funcionar estos sistemas al nivel de ChatGPT – estos sistemas no lo tienen”, explicó, y añadió que esta concentración se da con empresas de Estados Unidos, China y algunos pocos países de Europa.

Planteado esto, ¿qué rol cumple Latinoamérica en esta discusión?

Según la entrevistada, esta pregunta es algo que se planteó en una convención en Montevideo realizada tiempo atrás. Allí especialistas de distintas ramas sentaron un precedente para “alertar” sobre la “construcción y adopción” de estas herramientas.

Otra de las cuestiones a tener en cuenta cuando se habla del impacto de la IA es la “capacidad técnica” que se debe tener para hacer funcionar los modelos de inteligencia artificial.

“Hay una lupa sobre el impacto medioambiental por los recursos que se utilizan. Para hacer funcionar la inteligencia artificial se debe tener una capacidad de procesamiento “extremadamente alta”, apuntó la especialista, que recordó que el año pasado dos estudios en particular evidenciaron esta problemática.

“Estamos hablando de potenciar esta herramienta para un sinfín de usos sin medir el impacto medioambiental que esto puede llegar a tener”, alertó Gala. No olvidemos que de ser un país, internet ya sería el sexto más contaminante del mundo. También mencionó la energía que consumen las criptomonedas.

“A todo esto hay que sumarle que lo va a adoptar Google que es una herramienta que usamos todos, todo el tiempo”, adelantó. “Está invisibilizado cómo funcionan estos sistemas o qué recursos se están utilizando. Es difícil medir y hacer un uso responsable de esto”, añadió.

IA y el futuro del trabajo


“Es importante evaluar en profundidad los beneficios de la herramienta y qué cosas delegamos al utilizarla”, consideró Gala, al hablar del futuro del trabajo con la utilización de la IA, “recordemos que son empresas privadas que tienen sus acuerdos de política de uso. Quizás no es buena idea trabajar información sensible con ChatGPT porque no sabes dónde están yendo en definitiva estos datos”.

También hay una cuestión de autonomía. “Si de repente decidís automatizar toda una función de tu trabajo con IA y hacer una inversión, después puede llegar a cambiar el valor, cambian las funciones y perdiste autonomía”, explicó. Por esa razón llamó a pensar en construir herramientas propias y hacer uso de estas tecnologías de código abierto para crear “soluciones locales a problemas locales”.

“Si hay algo que evidencia esta escalada en los usos de la IA es la necesidad de involucrarnos más con la tecnología, no menos”, aseveró.

Gemini de Google


Es muy difícil hacer futurología”, dijo Gala al hablar de Gemini, la revolución de Google en IA, sin embargo recordó la importancia como usuario de tener una “interacción proactiva” con estas herramientas para intentar “entenderlas, analizarlas y ver más allá del marketing”.

“Con la IA también hay una discusión fuerte por la “verdad” y los sesgos que tiene la inteligencia artificial. Si usamos IA para construir sentido no somos nosotros lo que estamos construyéndolo es el entrenamiento que hizo una empresa”, precisó.

“Si Gemini empieza a ser parte de las búsquedas de Google, es importante consultar la fuente, ir a los portales de noticias. Las empresas lanzan versiones con muchos errores, alucinaciones y sesgos de todo tipo (…) cuando no tienen información la inventan”, afirmó.

Por último recordó que estas herramientas “gratuitas” las usamos y mediante esa interacción estamos “entrenando estos modelos”.

La tecnología puede ayudarnos o vulnerar nuestros derechos. Se debe tener siempre un sentido crítico”, cerró Gala y pidió una mayor alfabetización digital para hacer un uso responsable de las herramientas.

La IA y las consecuencias en el medio ambiente


“ChatGPT necesita beber (el equivalente a) una botella de medio litro de agua para una conversación sencilla de entre 20 y 50 preguntas y respuestas”, detalló el portal especializado Futurism, citando una investigación de las universidades de Colorado y Texas. “Aunque una botella de medio litro no parezca demasiado, la huella hídrica total combinada sigue siendo extremadamente grande, teniendo en cuenta los millones de usuarios de ChatGPT”, había detallado el estudio difundido en abril de 2023.

Por otro lado, generar una imagen con un motor de inteligencia artificial puede llegar a consumir la misma energía que cargar un celular por completo, según un estudio realizado por investigadores pertenecientes a la Carnegie Mellon University de Estados Unidos y la empresa Hugging Face, desarrolladora de herramientas para crear aplicaciones utilizando el aprendizaje automático.

Así, la IA es capaz de ofrecer distintos servicios, desde organizar datos y ofrecer respuestas a temas concretos, hasta generar imágenes completamente nuevas. El precio de todo esto lo estamos dimensionando.

IA: ¿Y el impacto de las redes sociales?


Las consecuencias del uso de la IA podrían trasladarse a distintas herramientas. “Con las redes sociales llegamos tarde a analizar sus impactos. Los problemas ya los teníamos encima. Lo que ocurre con la inteligencia artificial es que al ser tan poderosa estamos alerta al posible impacto negativo”, analizó la especialista.

Sin dudas podemos citar acá la nomofobia, el miedo irracional a estar sin el teléfono celular o las demandas de distritos de Estados Unidos a Meta por dañar la salud mental de los jóvenes en sus distintas plataformas.


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