También hay que permitirse el “hacer nada”
El mandato de “aprovechar la cuarentena” se instaló en el discurso desde el momento mismo en que se declaró el aislamiento. La filósofa Diana Sperling explica por qué puede ser sano tomarse una licencia.
Desde el día que se declaró el aislamiento social, preventivo y obligatorio, un mandato se instaló a nivel casi global sin que supiéramos muy bien por qué: “hay que aprovechar la cuarentena”. Casi como si fuera una obligación, se estableció -al menos en una gran parte del discurso masivo- la necesidad de hacer cosas útiles con el tiempo en el que estamos en casa.
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