Sociedad
Héctor Gil tenía 21 años y era cabo segundo cuando los ingleses hundieron el barco. En homenaje a sus compañeros que no volvieron, quería plantar 323 rosales frente a su casa, en el baldío que ayudó a convertir en plaza en Choele Choel. Había llegado a a 150 cuando el Covid se lo llevó de este mundo. El Memorial vandalizado, el cartel de la calle con su nombre que se cayó y su conmovedora historia.