Subir al cerro Quilque Lil en Aluminé para robarle sus secretos
Los senderos y miradores de un cerro llevan a los turistas a una cita íntima con la naturaleza. Se respeta el silencio, se respira el aire puro a medida que se conocen otras formas de disfrutar.
Es temprano y los rayos del sol naciente presagian una aventura única. El recorrido comienza en el Museo Municipal El Charrúa de Aluminé donde inicia el sendero Quilque Lil. En el ascenso se escucha un carancho que hizo morada en un nido viejo de Ñanco o Aguilucho Común. Los mates al tranco se comparten en un paisaje que dejaba ver el mirador de los Radales.
El Cerro Quilquelil está muy cerca de Aluminé, a 1,5 km del centro y ofrece conocer desde otra perspectiva. La distancia del recorrido es de 8 km, la dificultad media-baja y tardarás, por lo menos, cuatro horas de hacerlos.
Alberga 130 especies de plantas, 106 de aves, 13 de mamíferos, 12 de artrópodos y 8 de reptiles. También existen 4 recintos pircados o “corrales de piedra” con restos arqueológicos de 900 años de antigüedad. Es una excelente opción para disfrutar de la naturaleza, los paisajes y la historia de Aluminé en un trekking con los mejores guías.
Mirador de los radales.
Este mirador se encuentra en las bardas que miran hacia el suroeste y aquí podes encontrar los únicos radales del ejido municipal. La vista es soñada: el pueblo, el Valle de Aluminé, los arroyos Vilcunco y Panqueco, las pampas de Rahue, Trujillo y de Villarino, el Cerro Trujillo y Pichi Trujillo. Hacia el oeste, el Valle y el Cañadón de Poi Pucón y se insinúan las montañas de Ruca Choroy.
Mientras disfrutamos de los mates, sobrevuela el lugar un Ñanco y según el guía Juan Manuel «Pachi” Girini, el viaje será sin complicaciones. Los que saben, dicen que cuando se emprende un viaje y encontrás el Ñanco por el lado izquierdo y muestra su espalda colorada, pueden aparecer dificultades. En cambio, si lo encontrás por el lado derecho y muestra el pecho blanco, el viaje será sin problemas. ¡Creer o reventar! Pero así fue.
Vimos plantas medicinales como el Ñanco Lawen una especie de valeriana que tiene como propiedad medicinal la sedación, incluso la anestesia. Pachi tiene una forma atrapante de guiar el recorrido, su saber académico se combina con el conocimiento sobre la cosmovisión Mapuche, la cultura popular y su forma de ver la naturaleza.
Sobre el Ñanco Lawen tiene algo con que impresionar y entonces cuenta: “según la leyenda, a una niña se le enfermo un pariente y subió a la montaña a buscar medicina o Lawen –mapuzungun- y el Ñanco le señaló ésta planta, por eso se la llama medicina del ñanco”. Otra plantas que señala son la pichoga, que sirve como purgante y para curar verrugas, la paramela, para hacer circular la sangre y el neneo se usa para la diabetes.
Mirador los Chinchillones.
Es un tramo del Cerro Quilque Lil de bardas que mira hacia el este y allí puede verse el Troncahue, que es la confluencia del Río Ruca Choroy con el Río Aluminé. También hay vista al predio de Jineteada “Julián Parra” y la pista de canotaje “Julio Villanueva”. De las mejores postales, el Valle del Llamuco con el Cerro Tindirica, el Cordón del Catan Lil, la Pampa del León, el Cerro Chachil, el Cerro Colorado, Siete Cascadas o Villa Cariño.
El nombre del mirador alude al Chinchillón, un roedor parecido al conejo con cola larga como la de una ardilla. Difícil de encontrar por su serenidad y por su camuflaje con las rocas.
Mirador de los Cipreses.
Este mirador se encuentra en el faldeo que da al este, 1100 metros sobre el nivel del mar. Se puede ver parte del Valle del Llamuco, la punta del Cerro Tindirica, buena parte del Valle del Río Aluminé, la Pampa Rahue, Vilcunco, Panqueco, las bardas de Villarino, la Aldea y el pueblo.
El fuerte del mirador es el paisaje, pero desde el punto de vista ecológico es muy interesante porque hay cuatro cipreses adultos y gran cantidad de renovales de Ciprés que se están autoregenerando. El Ciprés es una especie amenazada internacionalmente y está protegida en Argentina y Chile.
Comentarios