Sting reabre las jaulas de las almas
Pasaron treinta años desde la edición de “The Soul Cages” y el músico británico acaba de relanzar la placa en una reedición especial que suma remixes y temas inéditos.
La gaita y el duelo están hermanados en la cultura celta, siempre dejan en el alma un dejo de nostalgia. El especial sonido de este ancestral instrumento abre “The Soul Cages” (“Las jaulas del alma”), el tercer disco solista de Sting y atraviesa sus canciones, como todavía atravesaba al músico el dolor por la muerte de su padre, a quién se lo dedicó en 1991.
A treinta años de su lanzamiento se acaba de editar una versión de la placa que suma a los nueve temas originales, trece cortes más, entre reversiones y rarezas.
El baijista británico varias veces consideró a este álbum como el mejor que había creado. Quizá porque más allá de la música en él puso mucho de su historia, de su relación con su padre y del recuerdo de Newcastle, ciudad en la que Gordon Matthew Thomas Sumner se crió y a la que vio entrar en crisis junto a la industria naviera y del carbón.
La crítica en su lanzamiento el 22 de enero de 1991 lo catalogó de oscuro, pero el tiempo, como siempre, puso las cosas en su lugar y fue su segunda producción en solitario en llegar al número uno de las listas de ventas británicas y le dio su primer Grammy a Mejor Canción por el tema que da nombre al disco.
Concebir las canciones de la placa no fue algo fácil para Sting, porque después del fallecimiento de su padre, al que no pudo despedir, sufrió una especie de bloqueo que le impedía escribir.
En 1989 compuso “Why Should I Cry for You” y en ella exorcizó los demonios de la pérdida y el dolor. A partir de allí fueron surgiendo las demás composiciones que integraron el trabajo final que se grabó en noviembre de 1990 en Studio Guillaume Tell, París y Villa Salviati, Migliarino, Italia con la producción de Hugh Padgham.
El disco refleja un momento exacto de la historia musical del ex Police, quien en sus primeras placas editadas tras abandonar el trío new wave que integraba con Stewart Copeland y Andy Summers jugó mucho con el jazz, sobre todo en su debut solista “The Dream of the Blue Turtles”.
En “The Soul Cages”, sin abandonar el trasfondo jazzero, se vuelca a canciones más pop y otras en las que el rock se mezcla con algo clásico y los sonidos folclóricos de Northumbria, no sólo por la inclusión de la gaita típica en su región natal.
Sorteado el bloqueo aparecieron las demás composiciones del álbum que se podría catalogar de “conceptual” ya que varias de sus canciones –“Island of Souls”, “All This Time”, “The Wild Wild Sea” y “The Soul Cages”- tienen como protagonista a Billy (evidente álter ego del bajista) y su relación con su padre y el mar y las historias que atraviesan, entre la realidad y la fantasía, la muerte.
En el terreno cuasi religioso entran “Mad About You”, que pareciera inspirarse en la historia del rey David, “When the Angels Fall” que muestra su enojo de ese momento con la Iglesia Católica, igual que “Jeremiah Blues (Part I)” y la instrumental “Saint Agnes And The Burning Train» donde toca la mandolina.
En “The soul cages” comenzaron los cambios en la banda que lo acompañó en el comienzo de su etapa solista y fue el primero que grabó con el guitarrista argentino Dominique Miller, que todavía integra el grupo que lo acompaña.
También participaron de la grabación los tecladistas David Sancious y Kenny Kirkland; Branford Marsalis, saxo; Paola Paparelle, oboe; Kathryn Tickell, gaita; Manu Katché, batería; Ray Cooper, Vinx De’Jon Parrette, Bill Summers, Munyungo Jackson, Skip Burney, Tony Vacc percusión.
En la reedición del disco se sumaron una canción inédita instrumental, una versión en español de “Why Should I Cry For You”; varios remixes de su hit “Mad About You” (que en su momento llegó al quinto puesto de los charts británicos), uno de ellos en italiano, un cover de tema de Jacques Brel “Ne Me Quitte Pas” que interpretó muchas veces en sus giras, una versión de “Come Down In Time” de Elton John y una canción inédita instrumental.
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