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Sorprendió a su empleado y le regaló un auto para darle una mano

Eduardo Fonseca quiso agradecerle a Franco por su gran desempeño a lo largo de cinco años.

Franco «Fati» Nuñez camina todo los días 17 cuadras para ir hacia su trabajo, en una vidriería de Centenario. Había empezado a buscar un auto accesible para comprarse, pero optó por comprar materiales para construir su casa y dejó de lado la idea de invertir en un vehículo. Este lunes, su jefe Eduardo Fonseca lo sorprendió y le regaló un auto como agradecimiento por su gran desempeño los últimos cinco años: «Es un empleado muy laburador».

Eduardo empezó a trabajar a los 13 años en una vidriería. Desde entonces, tuvo diferentes trabajos, la mayoría relacionados a materiales de construcción y ventas. Hace seis años y medio renunció a su último empleo y decidió abrir su propia vidriería.»Me largue solo. Tengo un oficio, lo conozco, lo sé hacer y me apasiona», enfatizó.

Franco es su empleado más antiguo y lo acompaña en su proyecto hace cinco años, desde su primer taller que montó en su casa, con un piso de tierra y sin techo, con tan solo dos planchas de vidrio.

Ahora, Eduardo tienen un estudio más grande en pleno centro de Centenario, sobre Honduras 1550. Su trabajador de confianza lo acompañó en el proceso y su jefe quiso agradecérselo de una forma especial.

Hace unos meses acompañó a Franco a comprarse un auto, aunque reconoció que fue él quien le «pinchó el globo». «Fuimos a ver un Renault 12 que estaba muy podrido, que no le andaba el motor, y yo le dije que no gaste plata en eso», relató.

Así Nuñez decidió desistir de comprarse un vehículo y, en su lugar, invirtió su dinero en materiales para hacerse su casa. Sin embargo, Eduardo sabía que todavía necesitaba un auto, pues todos los días camina 17 cuadras para llegar a su lugar de trabajo.

«Me puse en campaña para ver si encontraba algo y encontré un Duna que no había que hacerle nada mecánico y con todos los papeles al día, listo para la transferencia», narró. El lunes en la tarde lo pagó y en la noche lo invitó a comer unos sandwichitos para entregarle la sorpresa.

Cuando Franco fue no encontró los sanwichitos, pero halló algo mucho mejor. Su jefe le había comprado un auto como agradecimiento por su gran desempeño a lo largo de cinco años. «Es un gran laburante», recalcó.

El resto de sus empleados, Ricardo y Gabriel, lejos de ponerse celosos, se alegraron por su compañero. «Tienen un acompañamiento hermoso. Todos lloraron de emoción», contó.

Sorprendido por la repercusión de su iniciativa, Fonseca señaló: «Yo fui empleado toda mi vida y dije «no voy a a ser como fueron conmigo. Voy a ser un jefe diferente, más que un jefe; un líder». Quiero que todos tiremos de la misma forma. Si yo progreso ellos tienen que progresar conmigo. Debe haber igualdad de oportunidades».

Franco Nuñez, el empleado a quien su jefe sorprendió regalándole un auto. (Foto: Gentileza).


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