Son los Detroit Wallace

No estaría mal que, al menos en esta temporada, los Detroit dejen de ser Pistons y tengan Wallace como apellido de fantasía. Con Ben ya era una garantía, pero llegó Rasheed y ahora el equipo de Larry Brown es temible cerca de los cristales.

El tercer partido de la final del Este significaba todo un desafío para Detroit, porque estrenaba la localía que le robó a Indiana. Por momentos se complicó, pero siempre hubo un Wallace al pie del cañón y fue victoria por 85 a 78. Ahora la serie está 2-1 y hoy volverán a encontrarse en «The Palace of Auburn Hills».

El pivote Ben es el de los raros peinados. Casi siempre opta por la onda afro, a veces por las rastas sueltas y en otras pegadas a la cabeza. Cualquiera sea el look, la rompe y es dominante en los tableros. En el tercer juego terminó con 17 puntos (7/8 en dobles) y 16 rebotes.

El ala-pivote Rasheed mantiene una línea, también con rastas, aunque suele retocar su barba. No es tan regular como Ben y los hinchas todavía lo miran de reojo, porque arribó este año, en el último recambio. Con el paso de los partidos, empezaron los aplausos y él respondió ante los Pacers, con 20 puntos, 4 rebotes y 3 asistencias.

Si los Wallace están en una buena noche, Detroit puede dar el impacto, porque Richard Hamilton (20 tantos) es un «relojito» y Chauncey Billups (14) suele aparecer en las difíciles. Con esto, más la dura defensa, otra vez dejó a Indiana abajo de los 80 puntos, tiene derecho a soñar.

En los Pacers no todo está perdido y por algo fueron los mejores durante todo el año. Evidentemente, la caída en el «Conseco Fieldhouse» después de tres meses fue un golpe duro, pero aún está a tiempo.

Dependió demasiado de Jermaine O'Neal (24 puntos y 9 rebotes) y también hubo buena producción de All Harrington (13). Sin embargo, quedó demostrado que si no aparecen Ron Artest y Reggie Miller, el panorama se complica. (AN).