Ya llega al centenar los medidores de agua robados en la zona norte de Roca
No pueden dar con la banda que se dedica a levantar los equipos en horas de la madrugada.
En el barrio Unter y las zonas aledañas se llevaron 35 en una sola noche. (foto: archivo)
No dan respiro. En las últimas horas se siguieron multiplicando los robos de medidores de agua en la zona norte de Roca, en jurisdicción de la Comisaría 21. Las autoridades policiales dotaron de móviles a la unidad para hacer tareas de prevención aunque los vehículos presentan serias deficiencias mecánicas, según explicaron efectivos que prestan servicios en esa dependencia.
Fuentes judiciales reconocieron que sólo ayer se registraron denuncias de vecinos que residen en calle Almirante Brown al 3100, donde en una sola cuadra se llevaron los equipos de dos domicilios. Lo mismo sucedió en Rosario de Santa Fe también al 3100 donde repitieron la metodología afectando el normal suministro de agua en todo barrio.
Básicamente, los delincuentes levantan la tapa de los medidores (que son de fácil acceso) y se llevan el medidor tras cortar los extremos de las mangueras al cual se encuentran conectados.
La empresa ARSA ya les anunció que la reposición de los equipos debe ser pagada por los propios vecinos quienes deben abonar una suma de 12.000 pesos aunque aclararon que se puede llegar a pagar hasta en tres cuotas.
La fuente judiciales consultada aclaró que el robo de medidores ya supera las 100 denuncias y que todavía no se ha podido lograr hallar rastros de la banda que se dedica a este tipo de acciones.
Cabe recordar que hace poco más de una semana y en una sola noche, la banda se alzó con 35 medidores en toda la zona aledaña al barrio Unter provocando la pérdida de miles y miles de litros de agua.
Los hecho continuaron luego en barrio Las Bardas y en la zona de barrio Nuevo y Tiro Federal.
Para colmo de males, los efectivos estuvieron sin móviles para realizar tareas de prevención y si bien la Unidad Regional II les aportó algunos vehículos, la mayoría se encuentran en estado calamitoso.
«A uno hay que ponerle un litro de aceite cada cinco horas. Como el motor está destruido difícilmente pueda alcanzar velocidad como para perseguir a un delincuente», se quejó uno de los efectivos consultado por este diario.
Otro uniformado contó que hay que hacerles reparaciones como cambiar el tren delantero y a otros el sistema de amortiguación.
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