Qué compran ahora los argentinos en sus viajes relámpago a Chile

En octubre, aumentó el tránsito por Cardenal Samoré. La mayoría cruza la Cordillera por el día y solo visita Osorno, la localidad más cercana.

La postal de filas de autos aguardando la apertura de la frontera para cruzar del otro lado de la Cordillera quedó en el recuerdo prepandemia. También la imagen de vehículos abarrotados de bolsos, cajas y bolsas del lado chileno para cruzar a la Argentina al término del fin de semana.

Sin embargo, a cuentagotas, los argentinos empiezan a idear viajes relámpagos al vecino país en busca de promociones, el “2×1” y las ofertas de “final de temporada”.

Las costumbres cambiaron. El cambio ya no resulta del todo conveniente y hace que más de una familia desista del combo compras y paseo. Alojarse una noche en Chile ya no es una opción. Tampoco comer. Con un presupuestos más acotados, la mayoría llena el tanque de combustible en Argentina y encara hacia Osorno como destino final por una cuestión de cercanía. Permite llegar temprano, recorrer los shoppings y supermercados y regresar al país.

“Podemos decir que, poco a poco, empezamos a ver patentes argentinas, aunque no en la masividad en la que estábamos acostumbrados. No es menor después de dos años de pandemia”, señaló Rodrigo Ibañez, presidente de la Cámara de Comercio, Industria y Turismo de Osorno.

Dijo que la mayoría de los argentinos viaja con dólares y cambia a peso chileno. “Ya no tenemos las compras masivas en supermercados, como solíamos tener, de bienes de consumo. Hoy el argentino está mucho más selectivo. Viene a buscar lo que no tiene en su país: artículos importados. Quizás están caros acá, pero al menos los tenemos”, dijo y enumeró que llevan teléfonos celulares, notebooks y televisores, entre otros productos electrónicos.

Los hoteles y los emprendimientos gastronómicos no logran recuperar el nivel de demanda prepandemia. No es para menos: quedarse una noche ya tiene otro costo. De todos modos, Ibañez dijo que los comerciantes osorninos apuestan a la llegada de argentinos en diciembre para las compras navideñas; por eso preparan promociones para atraer a los consumidores. Enero también es un desafío por las vacaciones.

La situación varía en Puerto Montt donde, a diferencia de años atrás, las visitas de argentinos son menos frecuentes. Los 118 kilómetros entre Samoré y Osorno no pueden competir con los 195 hasta esa localidad portuaria.

Aunque no está permitido, muchos se arriesgan a cambiar las cubiertas en Chile. Foto: gentileza

Patricia von der Hundt, de la Cámara de Comercio de Puerto Montt, admitió que apenas 5 argentinos se registraron en los últimos meses en el área de Turismo. “Es que no los favorece el cambio. Acá venían a comprar los productos escolares o comprar los regalos para las fiestas. Pero apostamos a que retomen las visitas y en eso estamos trabajando mucho. Hoy les conviene ir a Osorno porque les queda más cerca”, reconoció la mujer.

Ida y vuelta en el día

En octubre de este año, 6.820 vehículos particulares y 111 ómnibus salieron del país rumbo a Chile, a través del paso Cardenal Samoré. En total fueron unas 21.955 personas que egresaron.

Ignacio Santos, de la Dirección de Migraciones en Bariloche, reconoció que el valor interanual de circulación por el paso todavía no equipara a los niveles prepandemia. “Si se evalúan los últimos meses, la situación cambia si se hace una proyección para diciembre y enero. Habrá una recuperación en la estadística”, afirmó Santos.

Explicó que el tránsito mejoró a partir de la ampliación del horario del paso porque le permite a la gente ir y volver en el día. “Al evaluar los tránsitos, las mismas personas que cruzan a la mañana vuelven a la tarde”, especificó Santos.

Beatriz debió viajar a Villarrica, en Chile, por un problema familiar y de inmediato, pensó aprovechar el viaje para comprar indumentaria. Finalmente, no lo hizo. “No está barato y ya no nos conviene como antes. Se te va mucha plata en comida. Por el alojamiento para tres personas, pagué la mitad de lo que se paga un alquiler acá. Hablo de una habitación sencilla con tres camas y desayuno”, contó la mujer.

Durante su estadía, la mujer buscó sandalias con abrojos para su pequeño hijo. “Salían 30 mil chilenos, casi 9 mil pesos argentinos. En Mercado Libre se consiguen a 5 mil pesos. Y acá tenés las 6 o 12 cuotas sin interés. Lo podés manejar de otra manera”, argumentó Beatriz.

Poco a poco, el tránsito por Samoré se vuelve más fluido. Foto: archivo

En busca de cubiertas

En septiembre el paro del Sindicato del Neumático impactó en el faltante de neumáticos. Los precios se dispararon. En ese momento, Horacio Cossutta, propietario de una gomería en Bariloche, admitió que, ante la medida de fuerza, la gente consultaba por neumáticos todos los días. “El tema es que no puede pagar los precios. Una goma que acá vale 40.000 pesos, en Chile cuesta 15.000. Un tercio menos. Con eso no podés competir”, admitió el trabajador que pasó de vender cubiertas a la venta de repuestos. Esos valores quedaron muy atrás.

Muchos de quienes hoy se lanzan a cruzar la cordillera lo hacen en busca de cubiertas.

Samuel viajó desde Bariloche a Osorno, junto a sus dos hijos, a fin de comprar cubiertas para el auto. La idea era ir y volver en el día, pero se equivocaron con el horario de la Aduana y no lograron cruzar de regreso. Decidieron pasar la noche en el auto frente a la barrera de Cardenal Samoré ya que tenían comida de sobra.

“Fui por las cubiertas, pero terminamos comprando zapatillas, buzos, remeras porque conviene. Las cubiertas me salieron la mitad: en Argentina salían 44 mil pesos cada una. Allá por dos pagué 36 mil pesos argentinos”, admitió.

Dijo que comer es caro: “preguntamos para comer una hamburguesa con papas fritas y nos salía lo mismo que un jean”. También reconoció haber visto a varios argentinos deambulando por los shoppings aunque “no la cantidad de otros años”.

Pablo, otro barilochense, también viajó a Osorno con la intención de volver en el día, pero se tuvo que quedar. “Usualmente Chile siempre fue más caro para alojamiento y comida, incluso con el cambio favorable. Hoy salir a almorzar sale 4500 pesos por persona. Tuvimos que buscar un alojamiento a último momento que costó 70 dólares la noche, unos 20.000 pesos una habitación para dos con baño privado y desayuno”, relató.

“¿A qué viajamos? -continuó-. Fuimos a hacer lo que hacen todos: comprar cubiertas. Las mismas que acá salen 300 mil pesos, allá las pagué 75 mil. Cuatro veces menos. Además, le compré juguetes a mi hija para Navidad a un buen precio. Por una muñeca que habla y un juego de enfermera pagué 5000 pesos (las dos cosas). Un juego de bazar de porcelana con platos y tazas me costó 10 mil pesos, cuando acá salía 25 mil pesos. Mi cuñado compró mucha ropa”.

Consideró que convienen los productos que están en oferta. Las zapatillas, ejemplificó, salen “más o menos lo mismo que acá”.

“Vimos bastantes argentinos, pero también muchos chilenos. Como tuvimos que esperar varias horas en la aduana, me contaron que vienen a comprar harina y aceite en Argentina porque allá se multiplicó el precio con la guerra. Los dejan pasar 25 kilos de harina y no sé cuántas botellas de aceite”, dijo.

Juan Manuel, de General Roca, también se lanzó a cruzar a Chile en busca de cubiertas. Dijo que más allá de los precios mucho más bajos, consiguió una promoción de “llevás cuatro, pagás tres” y como dato llamativo: los mismos vendedores chilenos le indicaron que los neumáticos Pirelli que estaba comprando se fabrican en Argentina y los importan al otro lado de la cordillera.


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