Miles de turistas volvieron a elegir Bariloche este fin de semana largo por Carnaval
El feriado dejó conformes a todos los sectores que dependen de la actividad turística. Los datos oficiales indican que la ocupación hotelera llegó al 90%.
La afluencia turística del fin de semana extra largo en Bariloche cumplió con la expectativa previa y dejó niveles de ocupación cercanos al 90%, según los primeros sondeos oficiales realizados entre hoteles, departamentos, bungalows y otras categorías de alojamiento.
El turismo chileno colmó las calles de Bariloche con el cambio de aliado
Como ocurrió a lo largo de todo febrero, una de las notas distintivas fue la alta proporción de familias chilenas que llegaron a la ciudad, y que se notan a cada paso en la calle, así como en los restoranes y las excursiones clásicas.
El ministro de Turismo de Río Negro, Diego Cannestraci, destacó este lunes que los índices de ocupación durante los feriados de carnaval fueron muy buenos “en el contexto de un verano que se mantuvo con un nivel alto y parejo”, de modo que el pico no genera el mismo contraste que en un fin de semana de temporada baja. La provincia informó que en esta ciudad la cobertura de las plazas alojativas rondó el 90% y en El Bolsón el 85%.
El presidente de la Asociación Empresaria Hotelero Gastronómica, Martín Lago, dijo este lunes que el promedio de ocupación de febrero venía ya “parejo y alto”, cerca del 80%, y que a partir del sábado alcanzaron el 90%, con mejor performance en casas, departamentos y apart hoteles y una demanda algo más baja en la hotelería céntrica.
Lago observó que una de las constantes esta temporada es que “el turista decide muy sobre la fecha” sus viajes y no reserva con anterioridad, salvo excepciones. “Pero este fin de semana eso cambió, hubo un poquito de antelación, porque muchos percibieron que iba a haber alta demanda”, explicó el dirigente hotelero.
Señaló que otro rasgo distintivo del verano 2023 y estos días de Carnaval fue la recuperación del turismo extranjero, en especial del procedente de Chile. Lago dijo que no tiene un porcentaje, pero “a priori es muy alto” el volumen de visitantes de ese país.
Se trata del primer verano post pandemia que ese tipo de público recupera el flujo histórico, ya que el año pasado -aun con la frontera abierta- todavía regían medidas sanitarias que desalentaban los viajes. Además, los turistas chilenos se vieron tentados por un tipo de cambio muy favorable.
Lago dijo que en estos cuatro días de minivacaciones se acentuó “la amplia variedad” que caracteriza al turismo de verano en Bariloche, con público para los cámpings y las propuestas de montaña, y otro más tradicional, que alquila autos, recorre los restoranes y consume excursiones.
Cuidar el bolsillo
Sobre el nivel de gasto, el referente de la AEHG aseguró que predomina la cautela. “Lo que vemos es una búsqueda por hacer rendir el dinero, se gastan pocos adicionales en los hoteles, la gente consulta y busca precio”, sostuvo Lago y lo asoció con la crisis económica general.
Dijo que “el extranjero tiene una práctica más habitual en ese sentido, el argentino no tanto”, pero subrayó que el turismo procedente de otros países no limítrofes “si bien se empezó a notar, en volumen todavía es muy bajo”.
Consideró que el “cuello de botella” que limita en ese sentido es “la escasa oferta de butacas aéreas” en vuelos internacionales que todavía arrastra el país.
En materia de cabotaje la realidad es otra y Bariloche consolidó un liderazgo muy visible en el transporte aéreo. Cannestraci dijo que en todo el mundo ese servicio sufrió un freno drástico con la pandemia y la recuperación “es muy paulatina”, pero Bariloche consiguió reponerse rápido y ya registra cantidades de pasajeros arribados que superan la media histórica.
Cannestraci sostuvo no obstante que en el fin de semana uno de los puntos fuertes fue el turismo de cercanía, que aportó miles de visitantes de Neuquén, del Alto Valle y otros puntos de la región, quienes se movilizan en vehículo propio.
Problemas a resolver
Ese plus de autos y camionetas contribuyó a agravar el desmadre del tránsito local en los puntos más concurridos, con embotellamientos y demoras que son ya una marca registrada de la ciudad.
Lago dijo que hoy Bariloche recibe alrededor de 1.200.000 turistas anuales, según lo tiene medido la UNRN, y que existe “margen para crecer”. Refirió que desde su rol le interesa especialmente “ver qué pasa en ciudades más grandes, con más tradición y trayectoria en materia turística, como Barcelona, París o Londres”.
Señaló que en estas últimas “hay una resistencia muy grande del residente a aceptar más volumen de turismo” y destacó que eso “no se percibe todavía” en Bariloche.
Lago valoró las obras en espacios públicos realizados con fondos de la tasa al turista, pero reconoció que la ciudad debería tener más obras de mediano y largo plazo, que resuelvan problemas estructurales. “Para crecer en serio Bariloche necesita un intervención profunda en infraestructura, pero no soy especialista para decir qué y cómo”, afirmó.
Ofrecer calidad y aprovechar el momento
El buen momento turístico que vive la ciudad se nota en la alta demanda de las excursiones, las chocolaterías, el comercio en general y también en la gastronomía, donde es habitual encontrar locales completos y con clientes en espera.
Lago dijo que esto último es común en los turnos nocturnos, pero “no se trabaja tanto al mediodía”. Aseguró de todos modos que la ciudad conserva los atractivos que lograron ubicarla como destino líder y “la gente se va muy satisfecha”.
En la agencia de turismo Vivir Viajes, Nicolás, uno de los encargados, dijo que “hay muchísima gente, como pasó todo el verano”, de modo que el pico del fin de semana no causó mayor impacto. Pero hizo notar que el consumo de excursiones no acompaña ese auge porque “mucha gente llega con su propia movilidad”. Sí dijo que los chilenos contratan con mayor fluidez.
Entre los argentinos, el cliente típico de las agencias son los que llegan de Buenos Aires y otras grandes ciudades, por vía aérea “y no conocen la Patagonia”, afirmó Nicolás.
En materia de costos, el agenciero aseguró que Bariloche tiene “tarifas intermedias”, que no llegan (por ejemplo) a equiparar las de Calafate o Ushuaia, pero aun así “la gente se cuida y busca aprovechar las promociones”.
Muchos trabajadores que viven de la artesanía y la venta callejera también aprovecharon el intenso movimiento, entre ellos Javier Bigo, un especialista en pintar pequeños cuadros con los dedos, que ofrece su arte en la esquina de Villegas y Mitre.
“No solo el fin de semana, este verano rompió todos los pronósticos -aseguró Javier-. Yo llevo 25 años en esto y no recuerdo algo igual. Hay mucha gente y se vende bien. La llegada del chileno es el cambio más importante. También esta es la época de los turistas de Comodoro, de Río Gallegos, de Trelew. La vida está cara pero esta inyección de dinero y de trabajo es buena para todos”.
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