El mozo influencer de Villa Llanquín: por sus fotos de esa joya a 40 km de Bariloche le llueven las consultas para ir este verano
Nelson Salazar trabaja en un salón de eventos y su pasión es la fotografía. Cada vez que puede sale a caminar con la cámara y tras publicar sus imágenes siempre le preguntan todo sobre este paraíso rural al que se llega en una balsa que cruza el Limay de Neuquén a Río Negro. La historia y lo que hay que saber para ir.
Se gana la vida como mozo, pero su pasión es la fotografía. Nació en Bariloche, pero se crió y vive a unos 45 minutos y 40 km de viaje por la ruta nacional 237 en ese paraíso agreste llamado Villa Llanquín, una joya rural de la Patagonia que cada vez recibe más visitantes atraídos por el boca a boca. Y en ese rumor que crece, Nelson Salazar tiene mucho que ver, porque un día empezó a publicar sus imágenes para mostrar orgulloso la belleza deslumbrante de su lugar en el mundo y pronto llegaron miles de seguidores y preguntas que se repiten: ¿Dónde queda? ¿Qué recomienda hacer? ¿Se cruza el río Limay en balsa? ¿Dónde se puede parar? ¿Hay camping? ¿Hay hostel?, entre muchas otras. Y Nelson contesta todo. Esta es su historia, la del influencer inesperado feliz del efecto que generan la magia de sus postales. Y de compartir información: «Me encuentran en las redes, ven los paisajes, quieren venir. Y ahí empiezan a pedirme datos, para quedarse o para comer algo si están de pasada. Y yo les respondo a todos«, dice Nelson.
“Muchos buscan escapar unos días de la ciudad, elegir un lugar lindo y tranquilo para disfrutar al aire libre en contacto con la naturaleza. Y lo encuentran en Villa Llanquín, aquí, entre el río, la estepa, los cerros, el campo y los animales”, agrega.
De la bandeja a la cámara
Trabaja como mozo en el salón de eventos El Mangrullo, tiene un patio cervecero que alquila y sus días transcurren en un pueblo que vale la pena descubrir. Ya entrar es de película: a la altura del kilómetro 1610 de la ruta hay que cruzar el río Limay desde Neuquén a Río Negro en una balsa maroma: es gratuita, funciona de 7 a 20 y aprovecha la corriente para deslizarse con la mano experta de los trabajadores de Vialidad.
Pasan hasta tres vehículos por vez según el peso y los acompañantes cruzan por el puente peatonal. Otros van a explorar esa maravilla del sur en bicicleta. O estacionan en Neuquén y cruzan caminando a Río Negro. Del otro lado, los lupinos florecidos viran del violeta al rosa y brillan en una bienvenida a altura de lo que sigue.
Y lo que sigue es descubrir cada detalle de ese paraíso rural: las cabalgatas en el campo, los senderos para hacer un trekking o pedalear, los rincones del Limay para pescar la trucha con la que sueñan todos o darse un chapuzón de verano, el brillo de las estrellas en la noche pura de la Patagonia sin contaminación lumínica, el campo de lavandas que ofrece visitas guiadas, los sitios para escalar como Las Piedras Coloradas, los circuitos de mountain bike, la feria del pueblo y sus productos caseros, las artesanías, los seis campings, las cabañas, la hostería con restaurante y esas joyas de la naturaleza que tanto le gusta fotografiar y a las que le pone un nombre inspirado en sus imágenes y sensaciones, como el cerro del viajero.
Si hay algo que siempre recomienda es disfrutar de los amaneceres y atardeceres a orillas del Limay y pronto organizará caminatas por ahí, su lugar en el mundo dentro de su lugar en el mundo. «Estoy ilusionado, pronto me podrán acompañar a hacer fotos», dice.
Un pueblo de 350 habitantes que preservan la naturaleza
Es uno de los 350 los habitantes estables de Villa Llanquín. Y como todos, está tan contento de recibir al turismo como atento a que se respete la prohibición de encender fuego excepto en los lugares autorizados como los fogones de los seis campings y que nadie deje su basura al irse. También recomienda que quienes vayan con sus perros lleven la correa, porque van a recorrer una zona rural con animales que pastan en libertad y no deben ser molestados.
Hay caballos, vacas, chivos y ovejas de los crianceros, que se alimentan con forraje en el invierno bajo cero y en el verano los largan a campo abierto, describe Nelson. «Yendo a la estepa y la montaña hay chinchillones camuflados en las rocas y cada vez liebres desde las cenizas volcánicas del 2011. A veces las ves también a la madrugada en la plaza del centro», agrega. Entre las aves, una de sus preferidas es la codorniz: le gusta ver a las mamás con los pichones a la siga.
Cuenta Nelson que en Villa Llanquín no hay lugares señalizados, que es cuestión de caminar o pedalear para descubrir el encanto de su geografía.
Es lo que hace cada vez que puede con su cámara en la mochila, para seguir en el camino de retratar su pueblo y darle aire a esa pasión por la fotografía que arrancó como un hobby y vaya a saber dónde lo llevará.
De National Geographic a Villa Llanquín
A Nelson Salazar la fotografía y la naturaleza lo deslumbran desde siempre y por eso nunca se perdía los documentales de Discovery Channel, Animal Planet y National Geographic. En el 2017, se decidió a comprar una cámara, pero no estaba seguro de estar a la altura de los paisajes de su tierra que lo sorprenden cada día, así que la dejó en la caja por un tiempo sin desempolvar.
Con el paso de los meses tomó impulso y la abrió: la pandemia le dio el empujón definitivo que le faltaba para salir a respirar a puro clic y más tarde empezar a publicar las imágenes que oxigenaban a tantos otros en aquel infierno de virus y encierro. “Me puse a prueba y fue muy lindo ver esa respuesta. Me hace feliz salir a caminar y hacer fotos para mostrar el lugar donde vivo. Y si a alguien le de ganas de venir al verlas, la alegría es doble”, dice Nelson.
Tiene 31 años y probó cómo era vivir en otro lado, pero tras las experiencias en Bariloche y Dina Huapi llegó a una conclusión: “Tengo que volver”. Y regresó a Villa Llanquín: “Me gusta el campo, la estepa. Esta tranquilidad, esta paz, estos paisajes. Por eso somos tan cuidadosos en el respeto a la naturaleza”, dice.
Disfruta cada día de esa naturaleza pura de la Patagonia que le gustaría fotografiar alguna vez para National Geographic. “A lo mejor estoy soñando mucho, esto es de a poco, paso a paso, pero quién sabe… A eso apunto, es lo que me gustaría, voy a seguir firme”, dice.
Mientras tanto, en ese camino, sus postales lo convirtieron en un divulgador de las belleza de su pago. Y de tanto responder preguntas de quienes lo siguen en las redes, tiene información fresca sobre las opciones disponibles para alojarse, comer y pasear en Villa Llanquín. Nelson enumera cada detalle con el orgullo de quien ve que su tierra crece sin circuitos de turismo armados, tanto que hay que avisar a los visitantes que solo anden por los caminos, que no se manden por las tranqueras.
Podés ver sus fotos y consultarlo en Instagram: @_nelson_salazar/
Lo que hay que saber para ir a Villa Llanquín
A pedido de Río Negro, aquí comparte los datos necesarios para planificar una escapada. Los precios son los vigentes a la publicación de esta nota.
* La balsa maroma funciona todos los días de 7 a 20. Es gratuita. El último verano, Villa Llanquín recibió durante la semana, recibió entre 100 y 200 visitantes, pero esa suma se elevó a 800 ó 1000 durante los fines de semana, cuando muchos residentes de Bariloche, Neuquén y los valles rionegrinos aprovechan para hacerse alguna escapada. «Este verano tiene pinta de que va a ser muy movido también. Me cruzo en la calle con mucha gente que pregunta dónde parar. También hay muchos que quieren venir a vivir, pero no hay para alquilar. Es un buen dato para los jóvenes que antes se iban y ahora piensan que pueden generar ingresos con el turismo acá», dice Nelson.
* Quienes van en bici o la llevan hasta ahí pueden disfrutar de un popular paseo de MTB, la Vuelta del Arroyo Chacay: son 60 kilómetros con recorrido por la parte alta o costeando el Limay.
* La actividad ha crecido en los últimos cinco años, de la mano del turismo rural. Los pescadores siempre lo tuvieron en su radar, pero el pueblo empezó a hacerse conocido como un lugar de descanso con paisajes inolvidables y una onda tranquila.
* Hay seis campings. AgroCamping Rincón de Luz: en estos días 3800 pesos persona y 4300 en temporada alta.. Menores de 6 no pagan. Pasar el día 2100 pesos por persona. Alquiler de parrilla. Se puede comprar verduras. Buen lugar para pescar. Camping La matera de Estherr: acampe por día mayores 4.000, niños a partir de 10 años 2.000. Pasar el día: 3.000 mayores y 1.500 menores. Equipado con parrillas, baños, duchas y una mini proveeduría.
* Cabaña Los fogones. Para dos vale 25.000 por noche. Para cinco cuesta 40.000 por noche. A 50 metros de la entrada a Villa Llanquín.
* Cabañas Orillas del Limay: 12 mil pesos por persona. Hay dormis.
* Cabaña El Santino: con capacidad para seis personas: 40.000 pesos por noche. A 3,6 km de Villa Llanquín,
* Cabaña La Pastora Villa Llanquin. Tarifa diciembre 2023: fija hasta 2 personas $ 40 mil, hasta 4 personas $ 60 mil por noche y cada persona adicional paga $14500, por noche (estadía mínima 2 noches, findes largos completos). La capacidad máxima es de 10 personas. Es una única cabaña que cuenta con parrilla techada (llevar leña o carbón). No hay servicio de mucama. La cabaña tiene acceso directo al río. No se permiten mascotas. Pasar el día $10.000 por persona (no apto para eventos).
* Hosteríia La Maroma. La doble vale 130 dólares la noche. Desayuno y cena incluido. Cuenta con dormis para dos personas en 100 dólares la noche. Desayuno y cena incluido.
* Hostel Kalfu Ruka. Habitaciones simples, dobles y triples con vista al paisaje de la estepa. Wi fi. Ducha con agua caliente. Cocina equipada. Sala de estar y lugar para estacionar. Tambien hay almacén. Horario de atención de lunes a domingo de 8:30 a 13 hs y de 16 a 22 hs. Consultar tarifas.
* Cabalgatas Antu Malal. Las organiza la familia Gómez,. «Es una experiencia increíble», cuenta Nelson. Se trata de un día a caballo con desayuno, almuerzo y merienda, todo sabores de campo, de las tortas fritas al vacío a la parrilla. Vale 50.000 pesos por persona.
* Parque Lavandas del Limay. Horarios: viernes, sábados y domingos de 14 a 20 hrs. Servicios de casa de té / Vivero de Lavandas / Visitas guiadas con reserva previa.
* Salón de eventos El Mangrullo. Casamientos, cumpleaños, encuentros empresariales y de fly cast.
* La Feria Newenkelen ofrece empanadas, delicias dulces, choripán, helados, licuados y papas fritas.
* Patio cervecero Pie de palo. Menu en pasos .Entradas escabeche, empanada vacio al disco, vacio y guarnición , costillas criolla y postre vigilante. 15.000 pesos por persona, bebidas no incluidas. Emplatados de 6.000l a 12.000 pesos por persona con guarnición.
* Cervecería Del río. Cerveza tirada artesanal. Jugos, tragos, vinos. Pizzas y hamburguesas caseras. Precios de referencia: una pizza 5000 pesos. Una hamburguesa completa con pan casero: 3500 pesos.
* Parrilla restaurante Cuatro estaciones. Consultar precios.
* Almacén La mística market. Horarios: 9 a 14 y 16 a 22 hs.
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