Voluntarios puro coraje: el cuartel de Bomberos de Allen celebra 70 años de trayectoria

La institución se fundó para atender una necesidad que perduró por 45 años. Desde entonces, con o sin recursos, se juegan la vida por la satisfacción del deber cumplido.

En pleno verano de 1955, exactamente un domingo 2 de enero, una reunión de vecinos en el Salón Municipal dio origen a la anhelada Asociación de Bomberos de Allen, tras décadas de recurrir a Roca y Cipolletti para cada emergencia.

La historia de los cuarteles en Argentina había empezado nada menos que 71 años antes, justamente el 2 de junio de 1884 (Día del Bombero), con la recordada experiencia en el barrio porteño de La Boca, a partir de un grupo de inmigrantes italianos encabezados por Tomás Liberti, como bien detalla el Consejo Nacional de Bomberos, citando al emblemático “Libro Rojo”.

Sin embargo, en el norte patagónico, todavía Territorio Nacional de Río Negro, sin categoría de Provincia, los años pasaban y los pueblos ya fundados respondían ante incendios y accidentes como podían: Viedma fue la primera, entre 1942 y 1947, seguida por Roca (1949, 70 años después de su fundación) y Cipolletti lo logró en 1957.

Desfile en el Aniversario local, de fondo, el edificio municipal – Foto: Bomberos Allen.

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Eidilstein, a la derecha del vecino con poncho en los hombros, de apellido D’amico. Foto: Museo de Allen.

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Allen hizo lo propio en ese mismo período. Las condiciones que hoy se lograron para la sede en la esquina de Don Bosco y Mitre, junto a la Comisaría Sexta, empezaron a gestarse con un grave incidente en un depósito de combustibles, a pocas cuadras de allí, cerca de la actual estación de servicio de calles Tomás Orell y Aristóbulo del Valle.

Con tambores explotando por las llamas, volando por el aire, se sabe que fue el médico entrerriano, Moisés Eidilstein, que vivía a escasos metros allí, quien asumió lo ocurrido como la gota que rebalsó el vaso. Había llegado a la localidad en 1947 y desde entonces supo que la comunidad combatía cada emergencia asistida simplemente por el camión regador de la Municipalidad y las bombas móviles que aportaban los bodegueros instalados dentro del casco urbano, según recordaron desde el cuartel para un aniversario. “No es posible que aún no tengamos Bomberos”, dicen que fueron sus palabras, frase que derivó en ese emblemático encuentro de vecinos en el Salón Municipal.

70 años de los Bomberos de Allen | Antecedentes


“Con pocas semanas de diferencia unos de otros, se han producido en las localidades de los pueblos de los valles superiores de Río Negro y Neuquén, algunos incendios cuyos perjuicios son de consideración. Salta a la vista que deben formarse entonces en las localidades, cuerpos voluntarios de bomberos”, reclamaba desde sus páginas el periódico “La Voz Allense”, en su edición del 2 de Noviembre de 1945, rescatada en el libro “Tributo a mi Allen”, de Ignacio Julio Tort.

Para 1946 ya se hablaba de una Comisión Pro Formación del cuartel, pero la apatía de los vecinos impedía recaudar los fondos suficientes. “No es posible suponer que sean necesarias las llamas y las cenizas para sacudir la modorra”, se indignaba el director periodístico del medio, Ignacio Tort Oribe.

El actual cuartel en construcción, en la esquina de Don Bosco y Mitre. Foto: Proyecto Allen.

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Una de las primeras unidades para salir a cada incendio – Foto: Museo de Allen.

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A modo de ejemplo, entre sus recuerdos de aquellos años, “Coca” Toranza, vecina de la calle San Martín, recordó en una entrevista con el equipo de “Proyecto Allen”, dedicado a la reconstrucción histórica, que el antiguo edificio del Hospital Regional se había incendiado en dos oportunidades y que con la sirena que usaba la Fábrica de Conservas “Bagliani” para la salida y entrada de sus trabajadores, se avisó al “camioncito de la Municipalidad, que manejaba don Córdoba, pidiendo socorro”. “Fue fantasmagórico, se cortó la luz y la gente que tenía autos vino a alumbrar para que los bomberos (de Cipolletti) pudieran trabajar”, relató la mujer.

Con todo eso en el historial, un Chevrolet “Guerrero” fue la primera unidad de la institución allense, recordó en diálogo con Diario RÍO NEGRO, su actual secretario, Osvaldo García. Donado por las autoridades de la naciente provincia, elevada a esa categoría también en 1955, fue acondicionado por la familia Santamaría, a cargo de su taller metalúrgico. Un jeep Willys y una bomba adaptada en un carro completaron ese primer parque automotor que comenzó a organizarse primero en la cuadra del actual colegio técnico N°8, sobre calle Sáenz Peña y Brentana, hasta que recibió la donación del baldío donde construyeron con los años, el cuartel definitivo, con guardia y salón de usos múltiples.

70 años de los Bomberos de Allen | Padres, hijos, nietos


Los bomberos retirados Ángel Cutiño y Segundo Flores posaron para esta nota, delante de las vitrinas con fotos y trajes que se usaban en otro tiempo, como las camperas rígidas de cuero negro con botones y el atuendo de gala azul oscuro, con birrete y charreteras en los hombros.

Cutiño a la izquierda, con la foto de su padre bombero. Flores a la derecha, recordando su juventud en la foto grupal que se exhibe en el cuartel. Foto: Oscar Livera.

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Segunda generación de las tres de su familia que ya pasaron por el cuartel, Cutiño dijo con orgullo que su padre y sus hijos eligieron la misma vida. “Mi papá era empleado municipal, pero cuando estaba en la casa y sonaba la sirena, yo le preparaba la bicicleta para que llegue hasta el cuartel. En las primeras fotos de hecho yo ya aparecía siendo niño, junto a mi hermano, a un costado”, recordó con brillo en los ojos.

Llegó como voluntario en los ‘90 y después de un impasse, siguió hasta el 2015. Vecino de la zona norte, dedicado al ámbito de la salud también al servicio de otros, estudió Enfermería con la Cruz Roja Argentina y después se especializó en Hemodiálisis, rubro con el que se retiró en el 2020.

Osvaldo García, actual secretario de la Asociación. Foto: Oscar Livera.

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Flores, por su parte, venido desde Chile, es otro de los cinco o seis retirados que sigue en contacto con el cuartel. Recuerda el día que empezó como Bombero de la misma manera que recuerda la fecha de su cumpleaños: el 14 de marzo de 1974. Peón vario en el galpón de empaque conocido como “Frutivalle”, donde también se jubiló, vivía a una cuadra de la guardia, así que crió a sus hijos jugando en el predio del cuartel, al cuidado de sus compañeros, mientras actuaba con los demás en cada emergencia.

Como pasó en todas las épocas, supo de tiempos con escasos recursos, en los que todos aportaban sus conocimientos particulares para hacer los arreglos que hicieran falta, con tal de poder funcionar. Como en esos años no se pedía entre los requisitos un nivel educativo determinado, entró sin haber terminado la primaria, etapa que logró concluir también gracias a la formación para adultos que facilitaron en la misma institución.

70 años de los Bomberos de Allen | Aires nuevos


En el último tiempo de Flores en servicio compartió el trabajo a la par con Julia Uribe, hoy suboficial principal, jefa de familia, madre de dos hijos. Ya con 45 años, era una jovencita cuando se animó a hacer el curso de aspirantes hace 24, inspirada por la vocación que nació dentro suyo, cuando vio a los bomberos trabajando en un incendio cerca de su casa. “Me gustó, pero mi familia no creía que pudiera lograrlo, por ser mujer”, reconoció. A pesar de todo, perseveró y actualmente es la única que queda de las 15 que entraron en su camada. Desde la experiencia, acompaña a las 12 que apuestan a mantener la inserción femenina puertas adentro.

De izquierda a derecha: Julia, Segundo, Ángel, Fernando, el jefe Ruiz y Osvaldo. Foto: Oscar Livera.

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Fernando Marabolis, cabo primero, por su parte, viene haciendo carrera hace ocho años, también como un sueño cumplido que lo lleva a pasar más tiempo en el cuartel que con su familia. “Es apasionante, es mi segunda casa, pero sin ellos no sería posible”, reconoció este oriundo del barrio San Juan. Al igual que lo vivieron sus compañeros en otro tiempo, hoy su descendencia, con la de Julia y la del propio jefe de cuerpo, el sargento Ricardo Ruiz, corren juntas por el predio. El referente del grupo, formado en la vida policial, lleva 15 años junto a los voluntarios y dos al frente de sus subordinados.

70 años de los Bomberos de Allen | En transformación


Desde ese 1955 inaugural, impulsado por la comisión integrada por Moisés Eidilstein, José Bizzotto, Juan Tarifa, Anselmo J. B. Álvarez, Salvador Vona, Pablo Boero, Juan José Sagalsky, Hugo Lapponi, Carlos Santamaría, Denis Paiva, Francisco De Prado, Luis Silenzi, Luis Magrané y Juan Bonini, muchos pasaron por las filas que sostuvieron a la institución y otros tantos los que se treparon a un autobomba, rumbo a una emergencia.

Atrás quedaron los años en los que hicieron lo que pudieron, llegando a toda velocidad en bicicleta, cargando su propio equipo de mameluco y accesorios en una mochila, sin guantes para maniobrar con heridos o cadáveres, sin máscaras para gases peligrosos, con equipos autónomos escasos, curtiendo el estómago para lo que les tocaba ver, oler y que hubieran preferido olvidar. Pero pusieron el cuerpo y se arriesgaron por la satisfacción de estar donde se los necesitaba.

Foto: Proyecto Allen.

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Hoy son 16 los que participan en el equipo directivo, con Silvio San Segundo como presidente. 40 voluntarios y tres policías bomberos completan el brazo activo en cada intervención. 70 años después todavía insisten en la concientización para que las quemas de pastizales no terminen en desastres y como ocurre ahora, los obliguen a gastar el 60% de sus recursos en situaciones evitables. Aún así, junto a la Federación y a la Academia de Formación, siguen actualizando nuevas técnicas y vinculandose con colegas de toda la provincia.

Cada uno con su trabajo particular, encuentra la mejor devolución en el regreso a casa y la certeza de que cuidaron a sus vecinos, a sus compañeros y a sí mismos. Y el pecho se les infla cuando en un desfile aniversario o en un último adiós, el aplauso los rodea y los que saben, se cuadran, con la mano firme junto a la sien, para devolver el saludo y el respeto que aprendieron en tantos años de carrera. “Ahí entendemos que cada esfuerzo valió la pena”, coincidieron para cerrar.

Foto: Proyecto Allen.

En pleno verano de 1955, exactamente un domingo 2 de enero, una reunión de vecinos en el Salón Municipal dio origen a la anhelada Asociación de Bomberos de Allen, tras décadas de recurrir a Roca y Cipolletti para cada emergencia.

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