Vivir sin luz: tras 70 años, llegó el servicio a San Ignacio y sueñan con tener televisión

Margarita Ramírez es de San Ignacio, cerca de Junín de los Andes, y conoció por primera vez la electricidad. Fue un trabajo del EPEN en varios parajes.

Margarita Ramírez, de 77 años, nació y se crió en San Ignacio, un paraje cercano a Junín de los Andes. Durante casi toda su vida estuvo sin luz eléctrica, pero esto cambió hace poco tiempo, con la llegada de la conexión a su domicilio.

La felicidad del momento fue registrada por una de sus hijas. En el video se ve cómo Margarita fue probando la electricidad en cada sector de la casa, con una sonrisa que se ensancha cada vez que enciende un interruptor. “Ahora no te vas a tener que dormir a las 9”, le dijo su hija, en una frase que marca el giro que significó para su vida.

Desde el EPEN informaron que la luz llegó al paraje con la conexión a la red del sistema interconectado provincial que se hizo pocos meses atrás, cuando finalizaron las obras de construcción de más de 60 kilómetros de líneas de media tensión y se realizó la vinculación domiciliaria, es decir, la conexión de la red hacia el pilar de cada usuario. Además de San Ignacio, en la zona también se conectó El Salitral, Costa Catan Lil y otros parajes, junto a la interconexión de Las Coloradas, localidad que se proveía de energía a través de motores generadores a gasoil.

Esteban Ramírez, uno de sus siete hijos, contó que la llegada de la luz la vivieron en su familia como un sueño. Esteban ahora vive en Picún Leufú.

La conexión eléctrica hizo que los días de Margarita y su hermano Tomás ahora sean muy diferentes, ya que sus rutinas estaban adaptadas a jornadas limitadas con la luz natural. Antes, el día terminaba en consonancia con la llegada de la noche y arrancaba bien temprano con la salida del sol.

No disponer de electricidad impactó en otros aspectos, como la conservación de los alimentos, ya que no podían contar con heladera. El uso de la fiambrera colocada bajo la sombra fue una de las alternativas, pero hacía que no pudieran tener, por ejemplo, manteca o fiambres, durante los días más calurosos del año “porque se podría”, relató la familia. Para la carne, a veces se usó sal.

Con la falta de luz, Margarita en los años fue virando con diferentes elementos para iluminar. Desde un candil hasta luego pasar por un farol. Grasa y kerosene fueron en esos años elementos esenciales para tener luz durante la noche. Más tarde, llegaron las pantallas solares.

Por la ausencia de electricidad, nunca contó con lavarropas. Tampoco con televisión, un aparato que le resultó prácticamente ajeno: su medio más importante fue la radio a pilas.

Ahora el tendido eléctrico llegó con nuevas ilusiones. Esteban dijo que podrá cumplirse un anhelo que estuvo muchos años postergados: “Ver a mi mamá, en un sillón en el campo, mirando televisión”.

Conexiones para la zona sur de Neuquén y sistemas fotovoltaicos


El programa con el cual se realizó la conexión en la zona sur es el Prosap, uno de los que se trabaja en conjunto con el Ministerio de Producción en la búsqueda de financiamiento y ejecución de obras. En esta oportunidad, benefició directa e indirectamente, a 6.500 familias, a unos 180 usuarios directos que no tenían energía por red, a 593 entidades agropecuarias, comunidades Cayulef y Namuncurá, tres escuelas, dos puestos sanitarios y dos entidades religiosas, informó el EPEN.

Ahora está en ejecución otro programa similar en la zona de Piedra del Águila, donde también se conectarán a la red algunos parajes alejados de los centros urbanos.

Explicaron que cuando no llega la red, el EPEN provee de sistemas fotovoltaicos aislados de los cuales se operan y mantienen unos 2.500 aproximadamente. “Estos sistemas permiten obtener la energía del sol y convertirla en energía eléctrica, aunque en las viviendas si bien se puede almacenar la energía, no se pueden emplear aparatos o electrodomésticos tan grandes”, aclararon.

Los consumos residenciales vigentes que tiene el EPEN en las localidades atendidas alcanzan casi a los 90.000 usuarios, y solo el 1% se encuentra en lista de espera para la instalación de estos sistemas fotovoltaicos.


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