Vio el hambre, juntó a sus amigas y abrió sus puertas en Picún Leufú: «Lo hacemos con amor»
Las ollas en la cocina de Claudia no dan abasto los martes y jueves, cuando se forman largas filas de personas que esperan su plato caliente. Con donaciones de vecinos, alimento o dinero, llegan a las panzas de muchos.
"Mejor abramos un comedor que va a servir más", fue lo que le dijo Claudia a sus amigas luego de un largo tiempo de ayudar a sus vecinos más necesitados con una huerta hace más de un año, en Picún Leufú. Así comenzó el comedor Manitos Solidarias, que tuvo que reducir los días por la
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