Vapear en la adolescencia puede llevar a fumar de forma persistente en la adultez, según estudio
"Deben tomarse medidas integrales para reducir el acceso de los adolescentes a los cigarrillos electrónicos, en particular para reducir la probabilidad de arraigo", opinaron.
Los fumadores jóvenes que vapean pueden tener un mayor riesgo de fumar de forma persistente y más intensa al final de la adolescencia, según revelaron los resultados de dos estudios realizados en el Reino Unido y Estados Unidos, publicados en la revista Tobacco Control.
Los resultados de los estudios revelaron, a pesar de las diferencias nacionales en regulación y comercialización de cigarrillos electrónicos en ambos países, que estos pueden «profundizar los patrones de tabaquismo, lo que se conoce como la ‘hipótesis de afianzamiento’«, según los investigadores.
La prevalencia del tabaquismo entre los adolescentes descendió considerablemente las últimas décadas, sin embargo, los jóvenes que empezaron a fumar antes de los 15 años son especialmente vulnerables a desarrollar dependencia de la nicotina, aseguraron.
En ese sentido, para averiguar si el uso simultáneo de cigarrillos electrónicos pueden influir en los futuros patrones de tabaquismo de este grupo y de qué manera, se basaron en 1.893 fumadores adolescentes a escala nacional en el Reino Unido y Estados Unidos.
Los participantes en estos estudios fueron encuestados periódicamente sobre el uso de vaporizadores y la frecuencia con la que fumaban cigarrillos convencionales hasta los 17 años, consignó la agencia Europa Press.
En cifras
Entre los primeros fumadores adolescentes del Reino Unido, el 57% afirmó que también utilizaba vapeadores, mientras que en Estados Unidos fue del 58%. Al final de la adolescencia, los que habían fumado al mismo tiempo que consumían vapeadores «tenían más probabilidades de seguir fumando», aseguraron.
Entre los participantes del Reino Unido, el 61% de los primeros fumadores seguían fumando al final de la adolescencia, frente al 50% de los no fumadores. Las cifras equivalentes para los participantes de Estados Unidos fueron 42% y 24%, respectivamente.
En tanto, las probabilidades de seguir fumando al final de la adolescencia entre los primeros fumadores simultáneos adolescentes eran un 45% superiores a las de los no fumadores en Estados Unidos y un 119% superiores a las de los no fumadores en el Reino Unido.
Y al final de la adolescencia, el consumo frecuente de tabaco -definido como más de seis cigarrillos a la semana o al menos 27 al mes- era casi el doble de frecuente entre los primeros fumadores de Reino Unido (37%) que entre los no fumadores (23%).
En general, las probabilidades de fumar con frecuencia frente a no fumar al final de la adolescencia eran el doble entre los primeros fumadores simultáneos que entre los que no habían fumado al principio de la adolescencia en el Reino Unido.
Y las probabilidades de fumar con frecuencia frente a no fumar eran cinco veces mayores entre los primeros fumadores simultáneos que entre los que no habían consumido al principio de la adolescencia en Estados Unidos.
«Estos resultados concuerdan con la hipótesis de que los cigarrillos electrónicos afianzaron a los adolescentes que fumaban a una edad temprana en pautas posteriores de consumo continuado y más frecuente de tabaco», explicaron los investigadores.
No sirve para dejar de fumar
Sin embargo, la introducción de los cigarrillos electrónicos «no supone una transición hacia el abandono del tabaco entre los jóvenes actuales, tanto en Reino Unido como en Estados Unidos».
Y destacaron que «estos resultados contrastan con los estudios sobre los cigarrillos electrónicos para dejar de fumar entre los adultos, lo que subraya la necesidad de seguir realizando estudios sobre los adolescentes fumadores precoces».
«Deben tomarse medidas integrales para reducir el acceso de los adolescentes a los cigarrillos electrónicos, en particular para reducir la probabilidad de arraigo entre los jóvenes que se inician en el tabaquismo a una edad temprana», concluyeron.
Agencia Télam.
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