Universidad del Comahue: años de deuda edilicia y déficit estructural en las facultades de Roca
Dos facultades, de Derecho y Ciencias Sociales y la de Lenguas; comparten un edificio provisorio al que le falta mantenimiento. Las falencias reaparecieron en el regreso a la presencialidad. Hace diez años se espera la construcción de un edificio.
El retorno a la presencialidad en la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales dejó al descubierto el paso del tiempo en las falencias edilicias que había en 2020 y que aún siguen sin solución.
Problemas edilicios, mantenimiento estructural, falta de aulas y condiciones de cursado; y la convivencia de dos facultades en un mismo edificio no dejan de ser deudas pendientes para la educación pública. Las residencias universitarias merecen un párrafo aparte respecto al mantenimiento y obras menores que afectan al día a día de los becarios.
Entre las falencias más significativas que presentan las instalaciones de la sede de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales (Fadecs) y de la Facultad de Lenguas (Fale), se encuentra la humedad o la falta de paneles en los techos de numerosas aulas, rotura de pisos y vidrios clisados.
El “Facubar”, un sector caracterizado como una confitería que ofrece servicio de cafetería-kiosko y que suele funcionar como un espacio de encuentro estudiantil, es uno de los sitios más castigados por el deterioro.
“Las reparaciones del bar tienen que ser más integrales porque durante la pandemia se deterioró mucho el lugar. Incluso, hay problemas eléctricos dentro de las instalaciones. En tanto no se pueda solucionar esta situación, no podemos disponer de heladeras o la cafetera eléctrica para no causar un cortocircuito”, indicó Rocío Delarriva desde la agrupación Miles, que conduce el Centro de Estudiantes.
Delarriva agregó que los baños que tienen dentro del Facubar no están habilitados para usar y esto significa tener menos posibilidades de mantener medidas higiénicas entre los estudiantes.
En la fotocopiadora, los techos “se llueven” y el llamado edificio “viejo”, que originalmente es un inmueble cedido a la universidad, “no da para más”, como dicen los estudiantes.
Durante la pandemia se deterioró mucho el facu-bar. Incluso, hay problemas eléctricos dentro de las instalaciones”
Rocío Delarriva, referente Centro de Estudiantes
La famosa “globa” donde los primeros años de la carrera de Abogacía cursan en el patio es uno de los signos de la falta de espacio áulico que albergue a todos los estudiantes. “Lo que pasa es que la infraestructura de la facultad quedó muy reducida a comparación del nivel de estudiantes que circulan e ingresan diariamente”, aseguraron desde el gremio estudiantil.
Así también, hay cursos que tienen clases en el auditorio del edificio nuevo, pero lo hacen con sillas, sin pupitres; lo que ha sido motivo de quejas en el decanato. “Cursamos usando nuestras piernas de apoyo para tomar apuntes. Eso no se resolvió y denota la falta de presupuesto para poder empezar las cursadas en condiciones”, aseguró Rocío Parada, estudiante de Trabajo Social y referente de la agrupación CEPA.
También, comentaron que un problema que atraviesan los ingresantes hoy es la falta de números de legajos en algunos casos. “Los legajos vienen muy atrasados. Hay chicos que han dejado la facultad por no tener número de legajo”, aseguró la joven quien argumentó que carecer de esa identificación es un problema a la hora de hacer una trámite, gestionar becas, boleto y hasta podría trabar la inscripción a las mesas de examen a futuro. El 4 de abril llevaron adelante un reclamo empapelando el decanato con este pedido.
Además, estudiantes de Comunicación Social plantearon que uno de los problemas que padecen actualmente es el equipamiento obsoleto, tanto informático como de medios de comunicación, radio y televisión.
Andrés Ponce de León, decano de la Fadecs, aclaró que se ha avanzado en el mantenimiento del edificio “viejo” como reparaciones en el sistema eléctrico, red de gas, calefactores en las aulas para “garantizar la ventilación cruzada”. Además, anticipó que abril será el ultimo mes de uso de la globa por cuestiones climáticas.
Residencias
“A fines del año pasado informaron que había un monto de dinero destinado específicamente al arreglo de las residencias e hicieron que esos residentes dejen sus llaves en las oficinas y desalojen para hacer las tareas de mantenimiento y dejarlas en condiciones para el 2022. A la vuelta, estaba todo en las mismas condiciones y algunas con más problemas”, relataron estudiantes que conversaron con RIO NEGRO.
A grandes rasgos, algunas casas estaban inundadas, humedad en techos y paredes que generó roturas, piletas rotas, pérdida de agua en los baños, calefactores y puertas dañadas, problemas con la electricidad. Estudiantes comentaron que, los trabajos a veces tardan varias semanas o quedan a la deriva.
En una residencia se les llenó el piso de materia fecal porque se les inunda de solo usar la ducha o el agua de la cocina”
Residentes estudiantiles
“En una de las casas de las residencias hay que reparar todas las cañerías. Estamos condicionados porque esas tareas dependen de licitaciones en Neuquén. Las tareas menores las venimos haciendo con nuestro propio personal”, concluyó el decano.
Una década de espera: el edificio propio que no llega
Desde que la Facultad de Lenguas era Escuela Superior de Idiomas, antes de tener el rango de facultad pedía su propia infraestructura. Hoy, la comunidad educativa sigue compartiendo el edificio con la Facultad de Derecho y Sociales, una de las más numerosas de la universidad; y hace diez años espera la aprobación de los planos de su edificio.
Silvina Rodríguez, actual decana de la facultad, fue consultada por este tema por este medio, quien aseguró que fue en el año 2012 cuando se armó el pliego y se elevó al Consejo Superior, a nivel universitario, para ser elevado a Nación.
Todavía se espera que se aprueben los presupuestos para las obras desde la órbita nacional y comience a destrabarse el trámite y de una vez por todas ejecutarse la obra, que se emplazaría en el predio baldío entre las últimas aulas del edificio nuevo y las residencias.
Por ahora la convivencia es posible, pero necesitamos que cada facultad una tenga su espacio”
Silvina Rodríguez, decana Facultad de Lenguas
“Estamos a la espera para ver si a lo largo de este año eso se puede llegar a concretar”, dijo Rodríguez y agregó que su facultad esta primera en la lista de necesidades de la UNCo por lo que “es de esperar que este año si todo anda bien nos toque a nosotros”, confió.
“Esto no depende de la facultad ni siquiera de la universidad, es dinero que tiene que venir desde Nación”, aseguró la decana.
La ejecución de este edificio permitiría descomprimir la situación edilicia que hoy es común y compartida para ambas facultades, que deben organizarse franjas horarios y espacios para convivir y garantizar sus actividades académicas.
“Por ahora la convivencia es posible pero también reconocemos de las dos facultades que necesitamos que cada una tenga su espacio porque crece el numero de estudiantes, la cantidad de carreras de grado y posgrado”, explicó la docente.
En el caso de la Facultad de Lenguas las oficinas de personal docente y no docente, incluso de la gestión, son muy pequeñas y precarias. Además, tampoco poseen un Laboratorio de Idiomas y aulas adecuadas en cuanto a sonido que utilizan para las cursadas.
Dato
- 10
- años hace que la Facultad de Lenguas espera la aprobación de los planos para tener su edificio propio.
Comentarios