Una vez más: Una cruz esvástica en un mural de las Madres, en Neuquén
Por tercera vez, el arte que inmortaliza la garra de las luchadoras de Plaza de Mayo fue vandalizado. Se trata de una obra de arte de la artista neuquina Elisa Algranti, que se encuentra en la pared de Vialidad Nacional. La artista reclama que se investigue a fondo que está pasando.
Una vez más el vandalismo de parte de quienes no entienden nada, apuntaron contra uno de los murales más emblemáticos de la ciudad de Neuquén, «capital de los Derechos Humanos«. Pasó en plena dictadura cívico militar con el que se encuentra en la pared del hotel del Comahue, de los artistas plásticos Eduardo Carnero y Antonio Ortega Castellano y por tercera vez, esta vez le tocó al mural de las Madres de Plaza de Mayo que la reconocida artista neuquina, Elisa Algranati, pintó en una de las paredes de la sede de Vialidad Nacional, ubicado en la esquina de calles Alderete y Entre Ríos.
Una cruz esvástica negra intenta tapar el rostro de las Madres, como si un simple aerosol podría ocultar tanta lucha impresa en 48 años de historia. Según se supo fue pintada durante la jornada del 24 de marzo, día en que el pueblo argentino sale a las calles para que «Nunca Más» ocurran las atrocidades de aquellos años nefastos que comenzaron en 1976 y que dejó 30.000 personas secuestradas, torturadas y desaparecidas. Y no fue la única vez, el último hecho ocurrió en 2022 con las mismas características.
Algranati tiene una trayectoria en la realización de murales sobre los Derechos Humanos. Se pueden mencionar expresiones en paredes sobre el soldado Omar Carrasco, asesinado en el Batallón del Ejército de Zapala en 1994; el del maestro neuquino Carlos Fuentealba, que perdió la vida en 2007, en una protesta docente en Arroyito al recibir un disparo de una pistola lanzagases que impactó en su nuca cuando la policía intentaba despejar la ruta y los maestros ya se estaban retirando del lugar y el de las Madres de Plaza de Mayo. Todos estos murales fueron realizados por la artista, a través de una convocatoria nacional para expresar con el muralismo la violencia institucional. Elisa fue elegida para pintar Neuquén.
El dato que llama la atención en estos momentos es que el vandalismo contra las expresiones urbanas se den en gran mayoría sobre los murales que recuerdan a las Madres de Plaza de Mayo y su lucha por recuperar a sus hijos secuestrados por la dictadura. De hecho en tres oportunidades, sus caras inmortalizadas por Algranati en la pared de Vialidad, amanecieron, en todos los casos con esa cruz que simboliza las atrocidades del genocidio del Nacismo. que en Europa dejó seis millones de personas torturadas y asesinadas.
La artista plástica de Neuquén reclamó que la Justicia investigue este hecho para determinar quienes o quien fue para frenar este avance desmedido, «terrorífico y peligroso» contra las expresiones artísticas que promueven siempre el no olvido de las épocas más oscuras de la República Argentina.
«Es mas que vandalismo esto. Por tercera vez apuntan a la figura de las Madres, no es a cualquier persona de los que hay en el mural. Vandalismo es poner cualquier imagen sobre un mural. Pero en esto, me parece que sea una esvástica con el significado que tiene es un acto debe ser investigado para que no vuelva a pasar», aseguró.
La artista reclama que la Justicia realice una investigación porque no es fortuito que las tres veces fue el mismo símbolo y el mismo método. «Es muy peligroso esto que suceda porque siempre los ataques apuntan a manifestaciones que reivindican la lucha por los Derechos Humanos. Es claramente un atentado a la Memoria y a la historia de Argentina. Yo no lo tomo como algo personal porque una vez que se termina el mural, ya no me pertenece, sino que es parte de toda la comunidad. Entonces este ataque también es contra la comunidad de Neuquén», agregó.
Lejos de bajar los brazos, Algranati manifestó que el mural se restaurará todas las veces que sean necesarias, pero insistió en que es necesario que se tomen cartas en el asunto para que no vuelva a ocurrir. De hecho mañana, concurrirá al lugar para quitar ese símbolo negro y reconstruir el rosto de las Madres. «Es todo un ejercicio, pero hay que seguir manteniendo viva la memoria a través del arte».
«Hay que estar atentos y atentas a esto», cerró la artista neuquina.
El primer antecedente
Siempre hay una primera vez. Corrían los años de la dictadura cívico militar del 76, cuando los artistas plásticos Eduardo Carnero y Antonio Ortega Castellano se pusieron al hombro la realización del emblemático mural del hotal del Comahue que denuncia la opresión de las minorías y de quienes pensaban diferente.
El mural de la esquina de Alderete y avenida Argentina tiene una larga historia de resistencia, reivindicando los derechos humanos. En muchas oportunidades, los artistas tuvieron que enfrentar ataques de quienes no compartían el mensaje que la obra expresaba. En varias oportunidades, cuando llegaban al lugar para continuar el trabajo se encontraban con los andamios rotos y faltaban los tablones.
Un día el mural amaneció con dos manchas de pintura, los intolerantes volvían a la carga. Carnero y Ortega Castellano decidieron no quitarlas para que queden también como testimonio vivo de lo que fue la dictadura cívico militar.
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