Una casa vieja y un galpón de chapa ocultaron el peor de los horrores en Neuquén
Se la conoce como “La Escuelita” donde se detuvo, torturó y despareció a miles de militantes políticos, durante la última dictadura cívico militar de Argentina.
La construcción fue demolida por el Ejército como un modo de ocultar lo que sucedió y buscar impunidad. (FOTO: Gentileza museo Paraje Confluencia)
Hay imágenes que se explican solas, que no requieren palabras ni descripciones. Es el caso de la que acompaña esta nota. Esa construcción blanca, de tamaño pequeño, sin ventanas, con un pasado doloroso y muy caro a la memoria de los argentinos.
Se trata del centro clandestino de detención, al que se denomina “La Escuelita de Neuquén”, donde se detuvo, torturó y desapareció a cientos de militantes políticos.
En el mes de la Memoria, Verdad y Justicia, el museo Paraje Confluencia de la ciudad de Neuquén, recuperó imágenes del centro clandestino que funcionó durante la última dictadura cívico militar, en el Batallón de Ingenieros de Montaña 181, y que luego fue derrumbado, pero no olvida nunca el horror que se encerraba entre esas paredes.
“La Escuelita contó con dos edificios separados por casi 10 metros. El primero era una casa vieja que servía para alojar a los detenidos, con literas superpuestas en cada habitación. El otro, era un galpón de chapas, con techo a medio arco, puerta corrediza color rojo antióxido y piso de ladrillos. Ambos estaban comunicados con el Batallón, cuyo acceso tenía una tranquera controlada por el Puesto de Guardia 5. Los edificios fueron demolidos por el ejército como una forma de borrar lo sucedido allí y procurar su impunidad”, explicaron los encargados del museo neuquino.
Pero la justicia llegaría y fue desde el 8 de febrero de 2009 hasta el 2021, cuando el Tribunal Oral Federal de Neuquén inició la causa conocida como “La Escuelita”, que comenzó a desandar los horrores sucedidos en ese lugar y que finalizó con condenas para la mayoría de los responsables.
En 2015, la secretaría de Derechos Humanos de la Nación, denominó al lugar Sitio de la Memoria del Terrorismo de Estado. Tres años después la ley 3132 lo declaró Sitio Provincial de la Memoria y estableció que se deben desarrollar proyectos con el fin de crear un Parque de la Memoria.
Así, el “Nunca más” queda firme en ese lugar.
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