Un nuevo estudio revela por qué nos gusta tanto escuchar música

La investigación concluyó que la clave está en el sistema de recompensa del cerebro: cuanto más veces escuchamos una melodía, más nos gusta. En parte es porque al poder predecir los finales de las melodías, la coincidencia nos genera placer.

Una nueva investigación publicada en Psychology Science revela que los seres humanos desarrollamos preferencias por ciertas melodías musicales especialmente cuando podemos anticipar sus finales. El proceso está estrechamente vinculado al sistema de recompensa del cerebro y los resultados del estudio proporcionan una posible explicación acerca de por qué escuchar música nos genera tanto placer

El atractivo de la música para el ser humano es una incógnita que muchos investigadores han tratado de estudiar durante décadas. Si bien la música no tiene un beneficio directo para la supervivencia, como puede ser la comida, investigaciones anteriores insinuaron que el disfrute podría venir del sistema de recompensa del cerebro de una manera similar. Por eso, este último estudio buscó profundizar en el tema. 

La autora del estudio, Psyche Loui, explicó a Psypost que la pregunta por el disfrute de la música se la plantearon durante siglos filósofos, físicos, historiadores, antropólogos, musicólogos, psicólogos y neurocientíficos. Y si algo tienen en común las teorías que se vienen desarrollando es que se centran en la idea de predicción: cuando escuchamos música nueva, hacemos predicciones para ciertos patrones de sonido, y el desarrollo de la melodía cambia la forma en la que nos sentimos al escucharla. Cuando lo que predecimos coincide con lo que escuchamos, nos sentimos bien. 

El atractivo de la música es una incógnita que muchos investigadores han tratado de estudiar durante tiempo. Foto de Eric Nopanen en Unsplash.

El estudio incluyó a 1.185 participantes adultos de Estados Unidos y China. Los investigadores utilizaron música compuesta en la escala de Bohlen-Pierce, un sistema musical desconocido que utiliza una escala de 13 tonos en lugar del comúnmente utilizado en octavas. De esta manera, buscaron evitar la influencia de experiencias y prejuicios musicales anteriores. 

En la primera fase de la investigación, los participantes escucharon melodías y calificaron cuánto les gustaban y qué tan familiares las sentían. En la segunda, las mismas melodías se tocaron varias veces, variando en sus frecuencias. En la fase final, se presentaron las melodías originales y las versiones alteradas con finales inesperados para analizar cómo se sentían los participantes al escuchar algo distinto a sus predicciones. 

Al terminar el estudio, lo que descubrieron los investigadores es que la familiaridad desempeñaba un papel crucial en el disfrute de la música: cuantas más veces escuchamos una melodía, más nos gusta. En otros términos, si escuchamos melodías que nos resultan parecidas a otras que oímos previamente es más probable que eso nos guste más en comparación a si escuchamos algo totalmente nuevo. 

Cuantas más veces escuchamos una melodía, más nos gusta. Foto de Oleg Ivanov en Unsplash.

Aprender a gustar de música nueva es posible


Pero el estudio fue aun más allá y reveló que el placer de la música no está solamente atado a la familiaridad. Los errores de predicción, es decir, esas melodías que se desviaban de lo esperado, impactaron en el disfrute de los oyentes. A los participantes les gustaba más que la música siguiera el patrón esperado, a que cambie. Este resultado se alinea con el modelo de codificación predictiva en neurociencia, que postula que el cerebro está constantemente haciendo predicciones sobre la información sensorial que recibe y las ajusta en función de la nueva información. 

Al trabajar con participantes chinos y estadounidenses, y música que ningún participante había escuchado anteriormente, los investigadores descubrieron también que los resultados están libres de la influencia cultural. Lo importante, para que algo nos guste, es haberlo escuchado antes y que siga nuestra predicción esperada, no importa el género musical ni la cultura de la que venimos. 

«Creo que el hallazgo más importante es que podemos aprender a gustar de la música nueva, independientemente de la cultura de la que venimos», dijo Loui a PsyPost y agregó que, en conclusión, las predicciones de recompensa y errores de predicción en la música se desarrollan muy rápidamente. 

Este contenido fue originalmente publicado en RED/ACCIÓN y se republica como parte del programa «Periodismo Humano», una alianza por el periodismo de calidad entre RÍO NEGRO y RED/ACCIÓN.



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