Un motociclista de Viedma estuvo en coma y será indemnizado por el conductor de una camioneta

El fallo de la Justicia obliga a la aseguradora y el conductor de una camioneta a indemnizar al motociclista por la incapacidad generada, gastos médicos, de farmacia, daño moral, daño psicológico y la reposición del rodado.

Un automovilista y una aseguradora deberán resarcir a un motociclista que, tras ser embestido, pasó 16 días en terapia intensiva, en coma farmacológico y con respirador artificial. Luego, debió recibir una prótesis de titanio para reconstruir la protección de su cráneo.

El siniestro vial ocurrió en la Avenida Leloir de Viedma alrededor de las 22. El motociclista circulaba desde el barrio Inalauquen hacia el centro, cuando al llegar a la esquina de calle Don Bosco, una camioneta Toyota Hilux que transitaba en sentido contrario dobló a la izquierda e invadió el carril opuesto.

El motociclista necesitó asistencia médica de urgencia y fue trasladado al hospital Artémides Zatti de la ciudad, donde arribó con un grave traumatismo cráneo-encefálico, contusiones y una fractura de pelvis y nariz.

Se explicó que al momento de iniciar la demanda en 2021, aún no contaba con la protección del cráneo. Sin embargo, poco tiempo después le pudieron colocar la prótesis de titanio.

El motociclista atribuyó la causa del siniestro al «accionar negligente» del automovilista, ya que «el lugar donde ocurrió el accidente se encuentra claramente señalizado y la zona iluminada». También cuenta con una dársena para esperar el giro a la izquierda.

La aseguradora explicó que el automovilista solo vio un colectivo que venía de frente, que le hizo señas de luces para permitirle girar y en ese momento, apareció la motocicleta. Argumentó que el conductor le brindó asistencia al motociclista tras el siniestro y que la moto no llevaba las luces encendidas. También dijo que el análisis de sangre permitió descartar que estuviera alcoholizado.

En el expediente constan informes periciales psicológicos, de la Municipalidad de Viedma, de la Policía de Río Negro, pericias médicas y el pericial accidentológico. Este último indicó que el incidente ocurrió en horario nocturno en una zona con iluminación artificial y buena visibilidad.

Además, se detalló la construcción de la dársena o derivador con la intención de ordenar la circulación, hacer más fluido el tránsito, y garantizar que la maniobra de giro a la izquierda se realice de manera segura.

El perito accidentológico determinó que los dos vehículos venían a velocidad reglamentaria. También que había un casco en la escena de los hechos.

«El conductor de la camioneta Toyota realiza una maniobra riesgosa, ya que al girar a la izquierda interfiere con la línea de marcha de la motocicleta, que se desplazaba por el tramo recto a una velocidad reglamentaria, por el otro carril y en sentido contrario. Involuntariamente está aportando un elemento que es la causa eficiente del accidente», explicó.

La Justicia tras analizar también declaraciones de testigos, concluyó una culpa del 80 por ciento para el automovilista y un 20 por ciento para el motociclista por no llevar las luces encendidas.

Dispuso que la aseguradora y el automovilista deberán indemnizar al motociclista por la incapacidad generada, gastos médicos y de farmacia, daño moral, daño psicológico y reposición del rodado.


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