«Un llamado de atención sobre la IA»: así se justificó el responsable de las llamadas con la falsa voz de Biden
Steve Kramer, un consultor político, declaró que su prioridad no fue afectar los resultados de las elecciones primarias en New Hampshire, sino generar conciencia sobre las potenciales amenazas de la nueva tecnología. También pidió regulaciones por parte de las autoridades.
Hace ya tres semanas, Joe Bien estuvo en el centro de una polémica que tiene como protagonista a la inteligencia artificial. Miles de ciudadanos (entre 5.000 y 25.000, el número no fue informado con precisión) recibieron llamadas automáticas con la voz del actual mandatario estadounidense generada por IA que desmotivaban el voto en las elecciones primarias de New Hampshire del 23 de enero.
En detalle, el mensaje generado con inteligencia artificial aseguraba que votar aquel martes solo les permitiría a los republicanos poder elegir de nuevo a Donald Trump y que era importante que guardaran su voto para la elección de noviembre para apoyar la elección demócrata.
new hampshire voters getting robocall from ai joe biden
— ian bremmer (@ianbremmer) January 23, 2024
election interference getting easier, cheaper
and more dangerous pic.twitter.com/mXkx6724UK
A partir de entonces, el objetivo ha sido desenmascarar quién estuvo detrás. En una primera instancia, el Fiscal General de New Hampshire, John Formella, aseguró que las empresas de Texas Lingo Telecom y Life Corporation estaban directamente relacionadas con las llamadas. Según The Verge, las dos compañías ya habían sido acusadas de prácticas similares en el pasado.
Sin embargo, ahora, el verdadero culpable parece haber salido a la luz. Según informó The Associated Press, se trata de Steve Kramer, un consultor político que le pagó 150 dólares a un mago callejero de Nueva Orleans para crear un mensaje grabado que fue enviado a miles de votantes. Este último imitaba frases típicas del presidente, lo que hizo el trabajo de investigación aún más difícil.
Kramer es dueño de una compañía que se especializa en proyectos para promover la participación electoral en todos los niveles: estatal, federal y local. De hecho, había realizado algunos trabajos relacionados con acceso al voto para Dean Phillips, el contrincante demócrata de Biden y, aunque él insiste que planeó las llamadas de forma independiente, este vínculo deja algunos signos de interrogación.
Al respecto, Kramer se justificó diciendo que su intención no fue modificar los resultados de las primarias presidenciales de New Hampshire. De hecho, aseguró que Biden, el candidato “afectado” por estas llamadas, ganó con un amplio margen en la localidad. Quería, entonces, mostrarle a la gente que no está involucrada en la política lo que verdaderamente está pasando y generar un despertar colectivo relacionado con las potenciales amenazas de la tecnología.
Su prioridad, argumentó, fue enviar a la sociedad un llamado de atención sobre los posibles usos indebidos de la inteligencia artificial que están, en definitiva, al alcance de la mano de muchas personas. “Quizás hoy soy el villano, pero creo que a fin de cuentas tenemos un mejor país y una mejor democracia gracias a lo que hice”, declaró Kramer de acuerdo con Los Ángeles Times.
Robert Weissman, el presidente del grupo de vigilancia progresista Public Citizen, aseguró que los deepfakes políticos ya están tocando las puertas de nuestras casas. «Los responsables políticos deben apresurarse a establecer protecciones o nos enfrentaremos a un caos electoral», profundizó en diálogo con The New York Times.
En efecto, el pasado 8 de febrero el Gobierno de Estados Unidos prohibió y declaró ilegal las llamadas robóticas que utilizan voces generadas por inteligencia artificial. Según reporta The Guardian, la normativa, que entró en vigor de manera inmediata, faculta a la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) para multar a las empresas que utilicen voces de IA en sus llamadas o bloquear a los proveedores de servicios que las transmitan.
Según informó NBC News, Kramer reveló que fue citado por la FCC. El consultor sospecha que podría ser demandado por media docena de personas e incluso enfrentarse a penas de cárcel. Sin embargo, declinó haber sido contactado por los investigadores estatales. Tanto la oficina del fiscal general de New Hampshire como la FCC decidieron no comentar al respecto todavía.
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