Un estudio encontró que a los simios les gusta burlarse, lo que despierta dudas sobre el origen del humor

Las bromas reflejan la comprensión social y el reconocimiento de las expectativas de un otro, capacidades cognitivas que son pilares para la construcción de la sociedad de los hombres (pero puede que la antecedan un poco).

En un nuevo estudio se documentan comportamientos de chistes y burlas (como golpear con el cuerpo, esconderse, pegar, pinchar, ofrecer y retirar un objeto, robar, hacer cosquillas) en cuatro especies de grandes simios. «Al igual que el comportamiento bromista en los humanos, las burlas de los simios son provocativas, persistentes e incluyen elementos de sorpresa y juego», señala el texto.

¿Cómo surgió la hipótesis?

El equipo había teorizado que, dado que los bebés humanos pueden burlarse de los demás incluso antes de poder hablar a una edad tan temprana como los ocho meses, los animales no humanos podrían mostrar un comportamiento similar.

Los primeros intentos de burla de los bebés consisten en provocaciones repetitivas que suelen implicar un elemento de sorpresa, como ofrecer y retirar objetos e interrumpir las actividades de otras personas. «También actúan como si fueran a hacer algo que saben que no les está permitido, como estirar la mano para tocar un horno caliente”, explicó a la CNN la autora principal del estudio, Isabelle Laumer, investigadora posdoctoral del Instituto Max Planck de Comportamiento Animal.

¿Cómo se llegó a este hallazgo?

El equipo analizó 75 horas de vídeo de las cuatro especies de simios —chimpancés, gorilas, bonobos y orangutanes— en zoológicos de Leipzig (Alemania) y San Diego (Estados Unidos), prestando atención a las acciones, los movimientos corporales, las expresiones faciales y la respuesta del objetivo. Se centraron en los simios de entre tres y cinco años y, mediante un sistema de codificación desarrollado por ellos, identificaron 18 comportamientos lúdicos de burla.

Los autores también diferencian las burlas lúdicas, que son unilaterales, del juego que es recíproco. «La burla lúdica suele producirse cuando los simios están relajados, como cuando se acicalan, descansan o buscan comida, y se parece al comportamiento humano en que implica repetición y espera una respuesta del objetivo», explicó Laumer.

¿Cuáles son sus implicancias?

«Dado que las cuatro especies de grandes simios utilizaban bromas juguetonas, es probable que los requisitos previos para el humor evolucionaran en el linaje humano hace al menos 13 millones de años», indicaron los investigadores.

Según Laumer, la función de las burlas en los humanos es poner a prueba los límites sociales y fortalecer las relaciones, pero queda pendiente (y está en sus planes) investigar la función de este comportamiento entre los primates. Además, agregó, planea «investigar la evolución del humor estudiando otros primates y animales de cerebro grande que viven en sistemas sociales complejos».


Este contenido fue originalmente publicado en RED/ACCIÓN y se republica como parte del programa «Periodismo Humano», una alianza por el periodismo de calidad entre RÍO NEGRO y RED/ACCIÓN.


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