Uma es de Cipolletti tiene 15 años y necesita una cirugía de columna urgente: «Ya no puede respirar estando acostada o sentada»

La joven padece una parálisis cerebral desde que nació. Su médico, un especialista de columna infantil de Neuquén, le indicó una operación urgente. La madre de la adolescente dice que "del Ipross, le vienen dando vueltas desde hace dos meses".

Con 15 años, Uma Toro necesita una cirugía de columna de urgencia a raíz de una escoliosis lumbar causada por la parálisis cerebral que le detectaron al nacer. El médico que la atiende desde hace años le advirtió a su madre que debería operar a la adolescente en el transcurso de este año porque la curvatura está afectando los órganos del sistema respiratorio y digestivo.

La madre de Uma, una mujer oriunda de Cipolletti, solicitó la autorización para la intervención quirúrgica en la clínica San Lucas, de Neuquén, donde su hija se atiende desde siempre, pero desde el Ipross la respuesta fue solo podría concretarse en la ciudad de Buenos Aires.

«Con una patología como una parálisis cerebral, siempre en algún momento, tienden a aparecer estas escoliosis lumbares. Puede quedar así o se puede complicar», explicó Luciana Sifuente, madre de Uma, y agregó: «En este caso, con la adolescencia, ya llegó al 50% de la curvatura y necesita la cirugía porque se le empiezan a complicar sus pulmones, no puede dormir ni respirar. Siguen pasando días y avanza la deformación».

Señaló que la operación podría enderazar la columna aunque no el resto de los órganos. «Las costillas no vuelven a su lugar, pero si sigue pasando el tiempo va empeorando. Con Ipross es una lucha constante para la medicación, los cuidadores», dijo. «En unos años -continuó-, ¿qué me van a decir? La nena necesita oxígeno porque está toda curvada».

«Con la curvatura, su pecho izquierdo ya casi le llega a la cadera», comentó la madre de Uma. Foto: gentileza

Dos meses de espera

El médico que trata a Uma, un especialista en columna infantil, indicó la operación en julio porque «el porcentaje de curvatura ya es muy elevado». «Él trabaja en la clínica San Lucas de Neuquén. Llevé la documentación al Ipross, pero lo rechazaron automáticamente argumentando que el médico no es prestador. Tampoco el lugar. Volví a pedir la documentación, la presenté nuevamente y el 17 se vence. Hace dos meses vienen dando vueltas«, cuestionó la mujer con un tono desesperado.

Desde la obra social, argumentó, insisten con derivar a Uma a Buenos Aires. «Me dijeron que las opciones serían el sanatorio Güemes o el Garrahan. Pregunté con qué médicos sería y me dijeron que no sabían decirme. Pregunté por la estadía y el traslado y me dijeron que tampoco saben», planteó.

Uma, de 15 años, junto a su madre y su hermana. Foto: gentileza

Sifuente remarcó las complicaciones que implicaría trasladarse más de 1.000 kilómetros pudiendo operar a su hija con su médico tratante en Neuquén, omitiendo de esta manera muchísimos gastos. «Además, no puedo viajar a Buenos Aires por mi trabajo. No puedo irme tantos días. Soy cabeza de familia y además, tampoco podría llevar a mi otra hija. Está en época escolar y no tengo con quién dejarla«, expresó.

Sifuente planteó que desde el Ipross «no te dan respuestas, no atienden los teléfonos. Cuando llevé la nota, se la entregué en mano a una mujer que, ahora, me manda un mensaje para que ‘le comente’ la situación así ‘se empapa del tema’. Parece una tomada de pelo».

Sifuente es terminante. Insistió en que su hija necesita un respuesta y por eso, volverá a la delegación del Ipross este miércoles y no se irá hasta tener una respuesta. «Mi hija ya no puede esperar más. Como mamá me provoca un dolor enorme que muchos no entienden. La ves a Uma y si bien no puede hablar, expresa con su cara el dolor. La acostás y le duele; sentada, le duele; parada ya casi no puede estar con la columna así como la tiene», subrayó.

Cuál fue la respuesta del Ipross

Desde el Ipross, aseguraron que el caso de Uma «fue analizado y respondido por la Subsecretaría de Auditorías Médicas».

«La práctica se encuentra dentro del menú prestacional de Ipross, motivo por el cual se informó a la afiliada que sería autorizada en un centro y médico prestador de la obra social, ya que el médico tratante, y el centro asistencial propuestos por la afiliada no mantienen convenio vigente con el Ipross«, respondieron.

Manifestaron que «como alternativa viable, se sugirió la derivación a un centro prestador de complejidad equivalente al solicitado por la afiliada, ofreciéndose los servicios de otros tres centros, con la adecuada tecnología y capacidad técnica-profesional para dispensar el tratamiento». Se trata del Sanatorio Juan XXIII (General Roca), Sanatorio Güemes y el Hospital Garrahan, en Buenos Aires.

«El Ipross, en ningún momento, desatendió el interés de la afiliada ni se la dejó desprotegida, sino que se le brindó una alternativa que generó un rechazo sin expresión de fundamentos por parte de la afiliada. Por último, es de destacar que, mes a mes, Ipross realiza a la afiliada el reintegro de los tratamientos médicos prescriptos que, en el último mes, ascendieron a 3.760.173 pesos», concluyeron.


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