Tras la búsqueda de guardianes de orquídeas en Bariloche
La médica naturista Sara Itkin propone realizar un mapa de esta planta en Bariloche. Adviritó que es una especie frágil y que la gente no la conoce.
Foto: gentileza Javier Grosfeld
«El camino de las orquídeas» es la propuesta de la médica naturista Sara Itkin destinada al conocimiento, la identificación y la conservación de las orquídeas nativas en Bariloche. El desafío es generar un mapa que permita identificar las especies.
«Habitan en lugares que son cada vez más diezmados debido a movimiento de suelo para construcciones, pastoreo, cortes de césped en jardines o pisoteo en lugares de esparcimiento. Algunas no logran crecen ni florecer por estas razones», sintetizó Itkin.
Dos años atrás, esta médica comenzó a coordinar el jardín de nativas de la Cervecería Patagonia en Circuito Chico a fin de darle «un valor cultural, ornamental, medicinal y alimenticio». En octubre, fue declarado como jardín botánico por la Red Argentina de Jardines Botánicos.
Esta iniciativa comenzó con la compra de plantas a productores de nativas y a la Tecnicatura de Viveros de la Universidad Nacional de Río Negro. Itkin valoró también los cultivos experimentales, como el de un berry uñi o murta, en un convenio con el Instituto de Investigaciones en Recursos Naturales, Agroecología y Desarrollo Rural y el Conicet. «Es un arbusto que está naturalmente limitado en la zona de Lago Puelo. Los investigadores empezaron a ponerlo en valor y nosotros avanzamos con este cultivo. Hicimos la primera cosecha con la que estamos haciendo un destilado y una salsa. La idea es poner en valor los frutos ancestrales nativos«, recalcó Itkin. Otro cultivo experimental contempla a la frutilla nativa, que se lleva adelante con el Inibioma, que depende del Conicet y la Universidad Nacional del Comahue.
Como parte de las actividades del jardín botánico surgió la idea de lanzar el proyecto de educación ambiental «El camino de las orquídeas, a fin de involucrar a la comunidad en la preservación de la biodiversidad. La iniciativa cuenta con el acompañamiento de la técnica viverista Luz Lattanzio y Javier Grosfeld, investigador del Conicet de Patagonia Norte.
Orquídeas terrestres
Las orquídeas del bosque andinopatagónico están distribuidas a lo largo de las regiones montañosas del sur de Chile y Argentina. Es una planta con hojas «bien verdes», anchas, carnosas y alargadas que crecen al ras del suelo y tiene una vara con flores llamativas que suelen ser de color amarillo o blanco. Se estima que en Patagonia hay 22 especies, reunidas en cinco géneros.
«Resulta que son bellísimas, pero hay muy pocas porque muchas no logran florecer. Ya sea porque pasamos la máquina de pasto o se confunden con cualquier planta, como Siete Venas. Pero más allá de su belleza, su importancia para la biodiversidad es enorme», destacó.
Explicó que las orquídeas de Patagonia son «terrestres», a diferencia de las orquídeas de clima tropical que son conocidas como «epífitas» (crecen sobre otros vegetales).
Aclaró que, una vez que florece en primavera, la planta pierde su parte aérea que se termina secando, aunque «queda viva la parte subterránea». En el suelo permanecen las raíces engrosadas que permite la brotación en la siguiente primavera. «Por eso -adviritó Itkin-, es importante marcarla para saber dónde están. Con un tutor -un palito- podemos monitorearlos a lo largo de las estaciones«.
¿En peligro de extinción?
En el caso de la Patagonia, recalcó, «no se sabe el estado de conservación de las orquídeas: lo más probable es que se encuentren en estado vulnerable o peligro de extinción. No son conocidas por el común de la gente. Por eso, decidimos ponerlas en valor e investigarlas«.
Acotó que son especies frágiles porque «son muy dependientes de los hongos y de los polinizadores. Cada especie de orquídea suele tener una especie de polinizador asociada. Entonces, cuidándolas, vamos a fomentar que siga existiendo el polinizador de cada orquídea».
Itkin comentó que en el predio de la cervecería ubicada en Circuito Chico, hay muchas orquídeas que han crecido de forma natural: «A fin de protegerlas, decidimos ponerles un tutor con su nombre y estamos proponiendo que la gente se sume como guardianes de orquídeas».
El objetivo es hacer un monitoreo y concientizar a la población sobre la importancia de la especie. «Queremos que la gente las pueda identificar ya sea en su casa, en una vereda, en un parque y les coloque un tutor con su nombre. Todo esto se va a volcar a un mapa que nos permitirá tener un registro de las especies, dónde se distribuyen y en qué estado están», acotó.
Quienes quieran sumarse al proyecto, deben escribir a jardinbotaniconativas@patagoniabariloche.com.
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