Por qué enseñan y capacitan a voluntarios a limpiar fósiles de dinosaurios en Ingeniero Jacobacci
Es un trabajo artesanal y demanda varios meses -e incluso, años- a los investigadores. Aseguran que el trabajo voluntario es fundamental en todos los museos del mundo.
Pobladores del Ingeniero Jacobacci y aficionados a la paleontología de Bariloche, Buenos Aires, Chile y General Roca ayudaron a limpiar el último dinosaurio saurópodo encontrado en una campaña en Ingeniero Jacobacci hace un año y medio atrás. Este proceso suele ser lento y el trabajo suele demandar muchos meses, pero en este caso se culminó la limpieza de los fósiles y el dinosaurio podrá ser estudiado por los investigadores en las próximas semanas.
Cómo preparar los fósiles de dinosaurios fue el curso que dictó una paleontóloga de Bariloche, Ariana Paulina Carabajal, en el Museo Jorge Gerhold, de Ingeniero Jacobacci. El taller estuvo a cargo además de Magalí Cárdenas, técnica paleontológica del Museo Argentino de Ciencias Naturales de Buenos Aires Bernardino Rivadavia, y Agustín Pérez Moreno, del Museo de La Plata.
Esta iniciativa forma parte del proyecto científico “El Fin de la Era de los Dinosaurios en Patagonia«, que integran unos 20 científicos argentinos liderados por Diego Pol, un investigador del Conicet en el Museo Paleontológico Egidio Feruglio de Trelew. El proyecto es financiado por National Geographic y en esta oportunidad, la mirada está puesta en el estudio del último dinosaurio saurópodo encontrado en Jacobacci.

«Se encontró en un campo a unos 20 kilómetros de la ciudad. Lo hallamos ‘prospectando’, es decir, saliendo a caminar y observando el suelo con cuidado. El hallazgo lo hizo una de mis becarias, Karen Ulloa, que realiza el doctorado en el Centro Regional Universitario Bariloche», indicó Paulina Carabajal.
¿Qué pasó con la extinción masiva de los dinosaurios en el hemisferio sur?
El paleontólogo Ari Iglesias, del Museo Paleontológico de Bariloche y la Asociación Paleontológica Bariloche, explicó que la extinción masiva de los dinosaurios ocurrió a fines del Cretácico. «Se trata de entender qué ocurrió en este último tiempo en Patagonia y Antártida. En el hemisferio norte hay buenos registros, especialmente en Canadá y Estados Unidos, pero en el hemisferio sur está poco estudiado. Ese momento está muy bien representado en muchas provincias de Argentina, pero Jacobacci es un lugar clave”, sintetizó.

El proyecto, acotó, intenta reunir toda la información que “es mucha, pero está desperdigada en varios museos”.
Pone además el acento en el traslado de información a la población y la formación de recursos humanos. “Aparte de este saurópodo, hay muchos más, pero están resguardados en los museos. No habían sido estudiados porque habían sido pasados por alto por los paleontólogos”, señaló Iglesias y acotó: “Es importante que la gente sepa qué hacen los investigadores y la riqueza de lo que hay. Se trata de revalorar el patrimonio paleontológico expuesto en el museo y mostrar que aquellos que desean trabajar en el museo pueden hacerlo”.

El sueño de tocar el hueso de un dinosaurio
En relación al curso que fue organizado por la Asociación Paleontológica Bariloche, el Museo Jorge Gelhold y la Municipalidad de Jacobacci, Iglesias mencionó que, por lo general, la gente piensa que se usan pinceles para limpiar los fósiles. “Se usan también herramientas mecánicas, como las de odontología, muy duras para liberar sedimentos. En algunos casos, podemos usar martillos neumáticos que son como lápices neumáticos pequeños. En esta ocasión, se mostró cómo usarlos”, describió. Aclaró también que, “aunque hay que tratar de que no ocurra, cuando se fisura el material o se agrieta, hay que pegarlo delicadamente y esperar a que se seque”.

Mucha gente, advirtió, “siempre había querido tocar un dinosaurio. Y se anotaron en el curso pensando que les iban a dar un Power Point. Jamás pensaron que iban a trabajar con los huesos en la mesa, de modo que fue fantástico. Hay un espíritu fuerte de colaboración”.
¿En qué consistió el curso? En la limpieza de los fósiles que suele requerir varios años. “En este caso, limpiamos unas 20 piezas durante una semana con los integrantes del curso y, luego 10 días más (junto con Magalí y Agustín). No es el esqueleto completo: hay una pata y gran parte de la cola del animal», señaló Paulina Carabajal, al tiempo que recalcó que “los resultados preliminares arrojan que posiblemente es una nueva especie de dinosaurio y se presentarán en una reunión científica el próximo mes en San Luis”.

La paleontóloga destacó la importancia del curso «especialmente en museos donde no hay técnicos como el de Bariloche. En mi caso, por ejemplo, estoy preparando unos huesos de dinosaurios desde hace un año. No tengo todo el tiempo para dedicarle a eso y lo voy haciendo de a poco».
Describió que, «a veces, se saca el hueso de una roca gigante y hay que limpiar toda esa roca y después, el hueso. En este caso, los huesos tenían una capa, una cobertura muy dura«. Se podía ver la forma de los huesos, pero no la superficie.
«Entonces, ideamos este curso. Ya habíamos organizado otros cuatro desde el Museo de Bariloche, y siempre utilizamos material sin preparar, con todos los cuidado del caso. A veces, los cursos están dirigidos a técnicos o estudiantes de Paleontología; otras a voluntarios porque es un trabajo muy artesanal y hay gente que tiene ojo para eso. No necesariamente un paleontólogo va a ser un buen preparador. Hay gente que prepara muy bien y trabajamos muy bien con voluntarios en el museo».

Paulina Carabajal admitió que, a través de estos cursos, logran trabajar intensivamente una o dos semanas con gran cantidad de gente. «En el Museo de Jacobacci tampoco hay técnico. Entonces, pese a recuperar este dinosaurio, no podíamos empezar a estudiarlo. La opción era conseguir financiamiento para traer un técnico durante un mes o dos -que es muy costoso- o trasladar el material a un museo que tuviera técnico, pero tienen una lista de espera», señaló. De esta forma, a través del voluntariado, lograron el objetivo. «El trabajo voluntario es muy importante en todos los museos del mundo. También hay gente que sabe dibujar y nosotros necesitamos dibujar fósiles para publicarlos, estudiarlos o para hacer divulgación. O para adornar una vitrina», concluyó.
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Pobladores del Ingeniero Jacobacci y aficionados a la paleontología de Bariloche, Buenos Aires, Chile y General Roca ayudaron a limpiar el último dinosaurio saurópodo encontrado en una campaña en Ingeniero Jacobacci hace un año y medio atrás. Este proceso suele ser lento y el trabajo suele demandar muchos meses, pero en este caso se culminó la limpieza de los fósiles y el dinosaurio podrá ser estudiado por los investigadores en las próximas semanas.
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