Trabaja de maquillar a gente que murió, una profesión poco común en Neuquén y Río Negro: Gonzalo cuenta cómo es la tanatoestética

La profesión se hizo famosa por Oriana Sabatini. Se ayuda a las familias a enfrentar la pérdida de sus seres queridos y despedirse de ellos con dignidad y respeto. ¿Cómo es ser un tanatopractor o tanatoesteticista?

La muerte, una etapa que muchos temen o evitan pensar, fue el lugar en el que Gonzalo encontró su vocación. Él es de Cinco Saltos, Río Negro, tiene 25 años y hace nueve se dedica a ser tanatoesteticista. Se trata de la profesión que se especializa en desinfectar, maquillar y hasta embalsamar cuerpos para los cortejos fúnebres. Además de ser un proceso estético, es una forma de comenzar a aceptar la muerte y cuidar a los familiares en «el homenaje a sus seres queridos». ¿Sabías que Oriana Sabatini estudió está profesión?

En Argentina, la conservación temporal y embellecimiento de cadáveres es más común de lo que parece, pese a que los profesionales que se forman en esta materia son escasos. En un galpón, atrás de la funeraria histórica de Cinco Saltos, un joven de aspecto formal y simpático, se afronta a la mortandad del ser.

Desde ese espacio con paciencia, inyecciones, maquillaje y música bajita, Gonzalo Pardo, tanatopractor y tanatoesteticista, prepara los cuerpos para lo que será un servicio velatorio. Su trabajo, a menudo considerado tabú, es sin embargo esencial para ayudar a las familias a enfrentar la pérdida de sus seres queridos y despedirse de ellos con dignidad y respeto.


Trabaja de maquillar a gente que murió: la historia de Gonzalo, tanatoesteticista de Río Negro, cómo comenzó


La primera vez que Gonzalo conoció las instalaciones de la funeraria tenía tan solo ocho años y lo describe como haber «entrado a una chocolatería».

Su hermano mayor era el luthier que cuidaba el piano de Elsa, la esposa del dueño de la funeraria y profesora de música. Gonzalo lo había acompañado a su hermano y como era inquieto lo asustaban haciendo referencia al lugar en donde se encontraba y los misterios que albergaba.

«Fue lo peor que pudieron hacer porque despertó en mi una gran curiosidad. Ahí empecé a indagar más sobre esto. De chico, con cartón armaba cajones y los ponía en mis autos de juguete simulando cortejos fúnebres. Ya cuando crecí a los 16 años me dejaron participar de mi primer servicio», dijo Gonzalo Pardo.

De ese día, el profesional recuerda una pregunta que definió su vida: «me dijeron ¿Te animas? Y no paré más de laburar en esto».


Trabaja de maquillar a gente que murió: tanatopraxia y tanatoestética, la preparación de cuerpos para un velatorio


A raíz de esta decisión, el joven comenzó a tomar cursos para profesionalizarse en dos ramas: la tanatopraxia y la tanatoestética.

En la tanatopraxia se intenta «borrar los signos de la muerte», es decir, que limpia el cuerpo de la persona fallecida y también se ocupa del embalsamiento y su restauración. Algo no tan distinto pero diferenciado es la tanatoestética.

Sobre la parte estética, Gonzalo explica que se trata de un proceso que cuida a los familiares que participan del velatorio, tanto física como mentalmente.

La preparación del cuerpo inicia, sorpresivamente, con masajes descontracturantes para comenzar con la desinfección del mismo. Esto evita que los familiares o allegados que se presenten al servicios velatorio corran riesgo por posibles infecciones que se trasmiten.  

En palabras de Gonzalo, a la persona que murió se la prepara como para cualquier otro evento, “lavamos su cabeza, peinamos su pelo, en el caso de mujeres solemos teñirlas al color que suelen usar. Lo mismo con el maquillaje o las uñas, con los hombres es más fácil, solo recortamos vello facial acorde a lo que pida la familia, con las mujeres hay que ser más detallistas».

Sobre el maquillaje que se utiliza aclaró que el objetivo es eliminar la palidez cadavérica y para esto se utiliza una mezcla de correctores y bases. En algunos lugares, también se coloca un líquido que reemplaza la sangre humana para poder aportar mayor color a la piel.  

Por último, se coloca la ropa que los familiares más cercanos escogieron para esa ocasión. Ahí comienza el velorio, el cual según Gonzalo, se desarrolla como la familia lo desea. “Hay quienes lloran, están en silencio y hay quienes cantan, hacen guitarreadas y lo viven como un evento más”.  


El velorio como la aceptación en el duelo y un homenaje para la persona que murió


El momento del velorio es, según el profesional, un momento para comenzar a aceptar el proceso de duelo que se atravesará. “El velatorio es donde llegamos casi a la aceptación de lo ocurrido. Para poder pasar la parte de la negación, necesitamos ver el cuerpo en un ataúd, es como el dicho ‘ver para creer‘».

“El fin es ver un cuerpo en paz, ver que la persona se va tranquila. Hay veces que quedan marcas de sufrimiento, un ceño fruncido, por ejemplo, o los casos de internaciones muy largas”. Ahora si, llegó el momento de la preparación para el velorio.  

Gonzalo asegura que “el servicio velatorio no es más que un homenaje a quienes mueren. Por eso los arreglos florares, las variedades de cajones, la preparación”.  


La curiosa profesión que eligió Oriana Sabatini: ser tanatoesteticista


Oriana Sabatini reveló la curiosa profesión que decidió estudiar. Se trata de la tanatoestética, un trabajo abocado a la preparación y maquillaje de las personas que murieron para los velorios. La cantante, modelo y actriz comentó que siempre le dio «curiosidad el tema de la muerte»

Luego de años de exposición mediática por su trabajo, la joven, de 27 años, explicó que se replanteó su vida tras irse a vivir al exterior: «Me di cuenta de que no me estaba haciendo bien». A raíz de la búsqueda de un nuevo rumbo en su vida, y un video del youtuber Martín Cirio, Oriana conoció la tanatopraxia.

«Vi que puso el Instagram de este señor (un tanatopractor) y no podía creer que existía esta carrera. Entonces pensé qué puedo hacer para saciar estos deseos y fascinación que tengo. Descubrí esta carrera que se puede hacer en poco tiempo», dijo Oriana.

Para aclarar que hace un tanatoesteticista, “son aquellas personas que preparan los cuerpos para los velorios, porque me encanta. Me resulta apasionante estar con un cuerpo sin vida”, detalló la cantante.

La curiosa profesión que eligió Oriana Sabatini, maquillar a gente que murió: qué es la tanatoestetica.

Trabajar de maquillar a gente que murió: ¿Dónde se puede estudiar tanatopráxia en Argentina?


La mayoría de las escuelas de tanatopraxia o tanatoestética se encuentran en Buenos Aires. Si bien no hay carreras universitarias aún, si hay cursos intensivos que se dictan de manera privada.

Una de las escuelas más reconocidas es la de Daniel Carunchio, un tanatólogo reconocido a nivel nacional e internacional. Allí, se ofrece un curso intensivo de tres días de siete horas cátedra con prácticas inmediatas presenciales en Buenos Aires. En julio del 2024, el costo de dicho curso es de 300 dólares.

Otras de las opciones es el Instituto Argentino de Tanatología Exequial, a cargo de Ricardo Péculo o la escuela de tanatopraxia de Miguel Ángel Prieto, ambas con dictado de clases en Buenos Aires.


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