Ticino: la localidad de Córdoba en la que usan cáscara de maní para tener energía renovable
Un pueblo productor de maní encontró la solución al exceso de cáscaras del fruto seco convirtiéndose en energía renovable a través de un proceso de combustión y generación de energía denominado Rankine. Desde 2018 la localidad de Ticino puede abastecer a más de 6000 familias y nunca se queda sin luz.
La localidad cordobesa de Ticino es reconocida por tener la capacidad energética suficiente para nunca quedarse sin luz. Ubicada en el Departamento General San Martín, este pueblo de 3000 habitantes cuenta con una planta de generación de energía renovable que abastece a todo el pueblo.
Sin embargo, lo realmente novedoso de Ticino es la ingeniosa idea que tuvo esta comunidad para aprovechar los desperdicios de una de sus producciones para crear energía limpia. Se trata de la cáscara de maní, un desecho convertido en recurso biomásico que a través de su combustión puede abastecer a las 60 manzanas de esta localidad.
En Ticino se produce el 80% del maní que se consume en la Argentina y se procesa el 100%, ya que las plantas de procesamiento se encuentran instaladas allí, según indica esta nota de Infobae. Los habitantes viven de este fruto seco, siembran las semillas y las cosechan para exportarlas a todo el territorio nacional.
Hace unos años, la creciente producción de maní acumulaba una cantidad excesiva de cáscaras que era difícil de transportar y, a su vez, se volaba y caía en los terrenos baldíos produciendo focos de incendio. Por eso, los habitantes de la localidad cordobesa pensaron en utilizar los desechos de la producción para generar energía renovable.
En 2017 comenzaron el proyecto y en abril de 2018 el pueblo cordobés inauguró la planta Generación Ticino Biomasa. La central energética se pudo realizar gracias a la inversión de la empresa Lorenzati, Ruetsch y Cía, dedicada a producir y comercializar cereales, maní y oleaginosas.
Según indica la empresa en su web, “El ciclo de generación de energía a partir de biomasa se denomina RANKINE. Mediante la quema de cáscara de maní, se produce un calor que genera vapor de alta presión y temperatura en el domo de la caldera. Éste ingresa a la turbina y se expande con el objetivo de generar trabajo mecánico en su eje, logrando accionando un generador electrónico que produce electricidad».
Además agrega: «Luego, el vapor de baja presión saliente se introduce en un condensador cambiando a un estado líquido. El calor restante es evacuado mediante una corriente de refrigeración: el agua excedente que proviene del uso de la planta. Por último, una bomba se encarga de aumentar la presión del fluido en la fase líquida, volviendo a introducirla nuevamente en la caldera”.
En total se consumen 3,5 toneladas de cáscara de maní por hora y se entregan 3 megavatios por hora a la circulación de energía limpia para el pueblo. De esta manera, Ticino puede tener meses de luz para distribuir a 6000 hogares gracias a la quema de cáscara de maní. Es gracias a este excedente que también cuentan con la capacidad de abastecer a otros pueblos cercanos.
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