Son mujeres del norte de Neuquén, se capacitaron en construcción y luchan contra la violencia de género

Son 40 las mujeres que se formaron como Auxiliar Integral en Construcción y Servicios. La historia de Yanet Vásquez y Alicia Cifuentes.

Mujeres Constructoras.

Las historias de Yanet Vásquez y Alicia Cifuentes son algunas de las tantas que inspiran a romper barreras y desafiar los estereotipos de género. Ambas son del norte de Neuquén y se formaron para ser auxiliares de Construcción y Servicios, parte de un proyecto impulsado para mujeres que han sufrido violencia de género. «Esto nos demuestra que tenemos la capacidad de hacer las mismas cosas que los hombres y que podemos sobrevivir sin ellos«.

«Antes, siempre el hombre era más que la mujer y estoy agradecida de que nos den la posibilidad de aprender cosas que antes eran para los varones» expresó Alicia Cifuentes, una «mamá soltera» de Chos Malal que a sus 51 años participó de la capacitación Mujeres Constructoras que se dictó en la Casa Integral de las Mujeres de Las Ovejas durante cuatro meses.

El objetivo fue fomentar la autonomía económica y de toma de decisiones. Además, buscó empoderar a las mujeres neuquinas y darles herramientas para que desarrollen sus emprendimientos o aprendan habilidades nuevas.

La vida de Alicia siempre estuvo marcada por el esfuerzo y la crianza, siempre ligada al deseo de aprender y superarse. A sus 14 años se fue trabajar a la capital como empleada domestica cama adentro. «De chica vengo trabajando y pasé por muchas ciudades de Neuquén, pero siempre trabajé y nunca pude terminar la primaria», contó.

La vida la llevó a realizar distintas capacitaciones y hace poco cumplir uno de sus objetivos: terminar la primaria. Al mismo tiempo, expresó que su mayor anhelo había sido «hacer el curso de albañilería». Nunca pudo porque su trabajo no se lo permitía. Hasta que llegó Mujeres Constructoras.

Alicia junto a sus compañeras. Foto: Gentileza.

Alicia no dudó en anotarse. «No sé si lo que más me interesa a esta edad es trabajar de esto, pero me sirve para terminar mi casa». Es que durante 27 años peleó por tener su hogar y lo consiguió.

El proyecto Mujeres Constructoras se presentó no solo como una oportunidad de aprendizaje técnico, sino como un espacio de contención y empoderamiento para mujeres que habían atravesado situaciones de violencia, como ella.

«Sufrí mucho la violencia. En mi caso fue verbal y me decían que era una inútil y no servía para nada. Ahora nos dieron la posibilidad de hacerlo para demostrar que las mujeres podemos hacer las cosas que hacen los hombres».

Alicia, además de las herramientas que le brindó la capacitación, se lleva el cariño y el acompañamiento de muchas mujeres. «Compartimos muchos momentos y me ayudó a tener amistades y conocer a otras personas».

Alicia finalizó la primaria y la capacitación de construcción. Foto: Gentileza.

La razón de su vida son sus hijos y es por esto que quiere inculcarles y transmitirles, principalmente a sus hijas mujeres, que pueden valerse por sí mismas y no depender de un hombre. «Siempre les dejo las cosas que yo aprendo con ese propósito de que ellas también aprendan de la mamá».

Quiere que sus hijas vean en ella un modelo a seguir, una mujer que lucha, que aprende, que se supera y que sale adelante por sus propios medios. «Ellas siempre aprendieron de mí a salir adelante, a mí me da orgullo. Esto me ayuda a dejarles ese aprendizaje».

Adelina Ester Vázquez, más conocida como Yanet, tiene 43 años y nació en Varvarco. Es otra de las mujeres que agradece haber sido parte de este proyecto. Con una familia criancera, le enseñaron que «hay que trabajar». «Era una época en la que a los hijos se les enseñaba a trabajar y yo y mis hermanos somos todos trabajadores», contó.

Así fue que siempre trabajó de lo que podía. «Trabajé en el municipio, cuidando niños, limpiando casas o en comercios», relató. El tiempo le trajo sus hijos y también la necesidad de criarlos, por lo que su actual pareja se dedicó al mundo laboral.

«El año pasado arranque de vuelta con changas, pero actualmente no tengo un trabajo», señaló. «Esto fue lo que me impulsó a formar parte de Mujeres Constructoras». Este proyecto contó con talleres de plomería, construcción, electricidad, limpieza de calefactores y más servicios.

Un día de capacitación. Foto: Gentileza.

«Fue muy lindo para mi hacer esta capacitación, como mujeres nos ayuda muchísimo porque siempre dependemos de otras personas y necesitamos saber». Su objetivo es ejercer, no sabe cuantos años más, pero su idea es formar un equipo con sus compañeras para ofrecer los servicios.

Cada una de las 40 mujeres tiene su historia particular. Algunas sufrieron violencia de género, son madres solteras y no tienen trabajo en blanco. «Mujeres Constructoras nos abre muchas puertas y espero que otras mujeres al ver lo que nosotras hacemos también piensen que si se puede», expresó Yanet.

Yanet Vasquez. Foto: Gentileza

La neuquina expresó: «a veces porque creemos que son trabajos para hombres, solo ellos lo pueden hacer y nos ponemos límites, pero tenemos que saber que tenemos la misma capacidad y sabiduría».


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