Marcha universitaria: presupuesto, salarios y los detalles para entender esta segunda manifestación

Será la segunda marcha desde que Javier Milei asumió la presidencia. Te contamos los detalles del reclamo.

Este miércoles 2 de octubre se realizará la segunda marcha federal universitaria del año, en defensa de la universidad pública y en reclamo de mejoras salariales para los docentes de Educación Superior. Te contamos los datos claves del reclamo.

La movilización se enmarca en un contexto de crisis profunda en el sistema universitario, siendo la segunda gran manifestación de este tipo desde que Javier Milei asumió la presidencia.

La primera marcha de esta índole tuvo lugar el 23 de abril, y ambas movilizaciones son una respuesta directa a la situación crítica que enfrentan las universidades nacionales debido a la caída del presupuesto y el deterioro de los salarios docentes.


Caída del presupuesto universitario en 2024: un recorte del 30% en términos reales


El financiamiento de las universidades nacionales sufrió un drástico recorte en 2024. Según el medio Chequeado, durante los primeros ocho meses del año, el gobierno nacional transfirió a las universidades $1,8 billones, lo que en términos reales, descontando la inflación, representa una caída del 30,1% en comparación con el mismo período de 2023.

Estos datos surgen de informes de la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (ASAP) y de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC).

Además, si se considera el total de partidas asignadas a la Educación Superior por la Oficina Nacional del Presupuesto, el presupuesto vigente para todo 2024 es un 31,5% menor en términos reales al ejecutado en 2023.

Un informe de la Federación Nacional de Docentes Universitarios (Conadu) subraya que al finalizar agosto, el nivel de ejecución de las transferencias a las universidades alcanzaba un 61,2% del presupuesto disponible, por debajo del promedio histórico del 63,7% registrado entre 2015 y 2023.

Según este mismo documento, del total pagado en los primeros 8 meses del año, el 57% fue destinado al pago de salarios de docentes y autoridades superiores; el 33,5%, al pago de salarios no docentes; el 7,1%, a los gastos de funcionamiento; y el 2,2%, a los hospitales universitarios. Es decir que el pago de sueldos implica un 90% del total de gastos de las universidades.


Los salarios de los docentes universitarios perdieron un 23,7% de poder adquisitivo desde noviembre de 2023


Uno de los puntos más sensibles de la crisis es el deterioro del salario real de los docentes universitarios. Según la Conadu, el salario bruto de los docentes aumentó un 76% en agosto de 2024 respecto a diciembre de 2023. Sin embargo, este aumento quedó muy por debajo de la inflación acumulada en el mismo período, que según el INDEC fue del 94,8%.

Como resultado, los docentes universitarios sufren una pérdida de poder adquisitivo del 9,2% respecto a diciembre de 2023 y una caída del 23,7% si se compara con noviembre de 2023, cuando se alcanzó el último acuerdo paritario.

Para ponerlo en contexto, un auxiliar de primera con dedicación simple (9 horas semanales) y 10 años de antigüedad percibió en agosto de 2024 un salario bruto de $232 mil, frente a los $132 mil que ganaba en diciembre del año anterior.

La semana pasada, el gobierno convocó a una nueva reunión paritaria en la que ofreció un aumento adicional del 5,8% para octubre, sumado al 1% previamente acordado para los docentes y no docentes. Esta oferta fue rechazada por los gremios, que consideran insuficiente el incremento frente a la escalada inflacionaria.

En un comunicado emitido por el Ministerio de Capital Humano, se afirmó que: «Los docentes de dedicación exclusiva perciben cerca de $ 1,4 millones mensuales, mientras que los no docentes con antigüedad cobran alrededor de $ 1 millón, ambos salarios muy por encima de la Canasta Básica Total (CBT) de $ 300 mil para un adulto equivalente. Esto significa que no existe pobreza entre estos sectores».

Y agregó: «Los que perciben salarios más bajos son los docentes de dedicación simple, que dan clase solo una vez por semana, y algunos no docentes de categorías iniciales. Los datos están disponibles y deben ser presentados con transparencia para esclarecer esta situación».

El rector de la Universidad Nacional de Córdoba, Jhon Boretto, explicó en declaraciones a Radio Mitre Córdoba que la cifra dada a conocer por el ministerio no refleja la situación general, ya que representa a una minoría que cuenta con máxima antigüedad y dedicación exclusiva.


Los salarios docentes universitarios en Argentina están entre los más bajos de la región


Un estudio realizado por la Universidad Nacional de Río Negro y la Universidad Nacional de San Martín arrojó resultados alarmantes sobre la situación salarial de los docentes universitarios en Argentina en comparación con otros países de la región. El informe concluye que los docentes universitarios argentinos perciben los salarios más bajos entre los 11 países analizados.

Para realizar la comparación, el estudio tomó como referencia el salario de un profesor titular con dedicación exclusiva, calculando su remuneración en dólares al tipo de cambio del «circuito financiero argentino».

Según este cálculo, el salario docente universitario en Argentina es de US$1.124 mensuales, una cifra considerablemente inferior a la de otros países de la región como Brasil (US$4.231), Uruguay (US$3.443), Ecuador (US$2.786) y Chile (US$2.318). Incluso países con economías más pequeñas, como Bolivia (US$2.170) y Paraguay (US$1.870), ofrecen salarios más altos a sus docentes universitarios.


El gobierno no transfirió fondos para infraestructura universitaria en 2024


Además de los recortes en el presupuesto operativo y los salarios, las universidades nacionales también sufren la reducción a cero las transferencias de capital en 2024, es decir, los fondos destinados a obras de infraestructura y mejoras edilicias.

El presupuesto inicial para este tipo de gastos, que se había prorrogado de 2023, era de $31.914 millones. Sin embargo, no solo no fue ajustado por inflación, sino que además sufrió un recorte adicional de $165 millones en abril.

A pesar de que la infraestructura de muchas universidades está en condiciones precarias, durante los primeros ocho meses de 2024 no se ejecutaron partidas de capital. Esto significa que no se están realizando las obras necesarias para mejorar las instalaciones o expandir la capacidad de las universidades, lo que afecta tanto a los estudiantes como a los docentes.


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