«Se va a morir de frío»: el dramático episodio que podría haber terminado en tragedia en Neuquén

El parque Jaime de Nevares se levantó en lo que era la cárcel U9, en pleno centro de Neuquén. Se parquizó un predio que antes estaba tras un muro que se derribó, con juegos y asientos que congregan a muchos visitantes. Así era la tarde de este lunes feriado, en la que mucha gente, pese al frío, eligió pasar un rato en ese lugar al aire libre. Pero, recostada en el medio del césped, una figura humana cubierta apenas por una manta no cerraba en el cuadro… y lo peor era que nadie respondía.

La persona estaba completamente tapada, cerca de un sendero. Algunas personas pasaban cerca y seguían caminando. En frente, sobre la calle, una decena de autos estacionados con gente alrededor y música potente de los parlantes miraba con curiosidad y volvía a lo suyo. Los juegos en la plaza y en el la pista de skate seguían.

En ese contexto, dos mujeres que no se conocían entre sí, pero ambas estaban paseando a sus perros, se acercaron a la figura humana. Le hablaron, uno de los perros ladró, pero no hubo respuesta. Llamaron al 0800-333-0944, la guardia del ministerio de Desarrollo Social para personas en situación de vulnerabilidad, y al 147, la línea municipal de atención al ciudadano, pero nadie atendió.

Lograron comunicarse con la comisaría primera, la más cercana al parque, y prometieron que enviarían a un móvil. Mientras la espera se hacía eterna, las mujeres hablaron con personas que estaban cerca, nadie estaba seguro de cuánto tiempo llevaba esa figura humana recostada en el césped.

Pidieron ayuda a sus conocidos y alguien se comunicó con Red Solidaria. «Ya están en camino», fue la respuesta instantánea. Volvieron a llamar a la comisaría y les aseguraron que los efectivos estaban cerca. Era cerca, a los pocos minutos llegó un patrullero.

Dos uniformados levantaron la manta y le hablaron al hombre, que no respondía, lo movieron un poco de los hombros y hubo reacción. Le dijeron que se vaya a dormir a un lugar que mayor reparo, explicaron brevemente la situación a las mujeres y se fueron.

Una de ellas habló con el hombre, que se llama David. Le dijo que había dormido poco a la noche por el frío, porque también la había pasado en un sector del parque ya que hace malabares en el semáforo de la calle Illia.

En medio de esa conversación llegó un voluntario de Red Solidaria con empanadas, sopa caliente y una manta seca. David se acomodó contra el muro de lo que fue la cárcel. La mujer y el voluntario lo taparon, le pidieron que tome la sopa antes que se enfríe y con la impotencia estampada en sus caras, lo dejaron tratar de dormir.

«Se va a morir de frío»: el drama vivir en la calle

«Si nadie de Gobierno hace nada, se va a morir de frío», lamentó el voluntario a la vez que se comprometió a hacer un seguimiento. Su reflexión se debía a que David contó que iba a seguir durmiendo en el parque porque no había conseguido otro sitio donde estar.

La explicación que le habían dado a la mujer tanto el voluntario en ese momento, como poco antes los policías, es que ningún sitio recibe a personas que hayan consumido alcohol y David llevaba una caja de vino abierta en una bolsa con sus pocas pertenencias.

Red Solidaria, actualmente, hace el seguimiento de más de 130 personas en situación de calle solo en Neuquén capital. Se los puede encontrar en las redes sociales como «Red Solidaria Neuquén». Su principal objetivo actual es que se sumen organizaciones que quieran colaborar con las salidas.

El refugio para varones Gabriel Brochero advirtió desde abril que ya no puede recibir a más personas. Actualmente piden donaciones de abrigo y de zapatillas talle 42 y 43.