Sandra, la primera mujer travesti de Bariloche: “Gracias a nuestra lucha hoy tenemos compañeras que han podido estudiar”

Integra la agrupación civil del colectivo trans "Las Históricas". Relata las adversidades que ha atravesado desde que descubrió su identidad.

«Somos sobrevivientes y seguimos sobreviviendo«. De esta forma, se define Sandra Igor, la primera mujer travesti de Bariloche que hoy integra la agrupación civil «Las Históricas» que pelea por el proyecto de ley de Reparación Económica a fin de que se reconozcan los daños sufridos por el colectivo trans durante la dictadura militar y los primeros 28 años de democracia.

«Somos adultas travestis, de 50 años para arriba. Fuimos perseguidas en todos los ámbitos. En Bariloche yo pasé por todo eso: iba a la escuela donde sufrí maltrato por parte de mis compañeros por ser puto, como me decían. Era difícil. Me cambiaba de escuela y atravesaba por lo mismo. El prejuicio del ser humano no comprendía a las personas trans», señala Sandra, de 57 años.

Descubrió su identidad siendo muy pequeña. «Desde chica, le planteé a mi madre que era diferente. Muchas veces, en las mismas familias, somos distinguidos, burlados, dejados a un lado. Y gracias a Dios mi familia me respetó. Mi madre me ha ayudado mucho a ser quien soy«, reconoce.

Sandra logró terminar la escuela primaria en un nocturno, pero no pudo con la secundaria ya cansada de soportar todo tipo de situaciones violentas. Tampoco logró conseguir trabajo. «Me acuerdo que iba a lugares a pedir trabajo y lo que escuchaba siempre era: ‘¿Qué hace este puto acá?'», comenta.

Destaca que «el común denominador» de las mujeres trans era la prostitución. En su caso, solía esperar algún cliente en la esquina de Diagonal Capraro. «No teníamos para comer, nadie nos daba trabajo y no teníamos otra opción más que el trabajo sexual. Estuvimos así muchos años. Los huesos soportaron como podían el frío de las noches, por estar paradas horas y horas en la esquina. Muchas personas resultaron infectadas de VIH. Hay compañeras que ya no están», detalla.

En 2014, Sandra decidió someterse a una cirugía de reasignación de sexo. «Me siento mujer y sabía que no era necesario atravesar por una operación, pero necesitaba que mi cuerpo pasara por eso. Vivir mi vida como mujer. Me acuerdo cuando salí sola para internarme en el hospital y mi mamá se quedó mirándome por la ventana. Estuve 9 horas en el quirófano», recuerda.

Asegura que esa cirugía le generó «una tremenda satisfacción y emoción». No se cansaba de agradecerle al médico. Sin embargo, con los años, le acarreó diversos problemas de salud, como osteoporosis.

Resalta que, en Bariloche, seis compañeras ya han podido someterse a la misma cirugía. «Otro gran trabajo para destacar es la Ley de Identidad de Género, el poder acceder a un documento formal de mujer que hace, por ejemplo, que no tengamos que hacer la fila de varones cuando vamos a votar. O el matrimonio igualitario«, indica.

Sandra advierte que «su vida, y la de muchas compañeras, no ha sido fácil, siempre atravesada por la burla, el odio y el maltrato». «En Bariloche, existía hasta la Fiesta del Mariposón. Era muy triste. Siempre fuimos un punto de burla, nos atacaban por ser personas diferentes. Muchas veces, nos decían que era una elección de vida y no lo es: nacimos de esta manera«, dice.

De algo está segura: la lucha ha valido la pena y, todavía lo vale. «No vamos a parar hasta tener nuestro reconocimiento. La sociedad debe comprender que no tuvimos ninguna posibilidad», entiende.

El proyecto de Reparación Económica no prosperó hasta ahora en el Congreso Nacional. «Es una reparación para personas adultas, mayores de 50 años, que no han sido incluidas laboralmente. Tenemos derecho a estudiar y a trabajar, pero nos lo han negado. Este proyecto no sanaría el dolor que arrastra la comunidad trans que ha sido perseguida, pero ayudaría mucho«, recalca Sandra que tiempo atrás, presentó la iniciativa en la Legislatura de Río Negro.

Hoy no tiene trabajo y recibe «una ayuda de 70 mil pesos de la provincia»: «Pero no me alcanza ni para pagar la luz. Vivimos con la jubilación mínima de mi madre a quien cuido».

«Gracias a nuestra lucha, después de muchos años de dolor y trabajo, hoy tenemos compañeras que han podido estudiar y hoy tenemos travestis médicas, ingenieras, anestesistas. Mucha gente ha logrado su propósito siendo jóvenes», concluye.


Este jueves, en el marco de la Semana de la Diversidad, «Las Históricas» ofrecerán un conversatorio a las 17.30 en el Concejo Municipal de Bariloche.


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