Salud en crisis: el hospital de Bariloche se prepara para la sobredemanda
El centro público de atención más grande de Río Negro ya siente la mayor presencia de pacientes con cobertura privada o de obras sociales.
El complicado presente que atraviesan las empresas de medicina prepaga y las obras sociales sindicales amenaza con poner en tensión la capacidad del hospital zonal Ramón Carrillo, que a su vez enfrenta una fuerte estrechez de recursos y limitaciones de personal. Quedó demostrado que el hospital está preparado tras la asistencia a los seis heridos por el choque en Alicurá, pero que la falta de insumos podrían agravar las garantías de atención.
Aun así, el director a cargo, Víctor Parodi, dijo que el hospital -por su misma naturaleza y por su dinámica de funcionamiento- “para emergencias siempre está preparado”, como se puso en evidencia el domingo de fin de año, cuando debieron recibir a seis heridos con politraumatismos graves por un choque ocurrido en Alicurá.
Parodi subrayó que en un caso así los sanatorios privados no tienen la misma capacidad, “mucho más si hace falta una cirugía traumatológica, o neurocirugía”. Y tampoco es posible saber de antemano “cómo va a reaccionar una prepaga” si debe cubrir esas prestaciones, pero el hospital “siempre da respuesta”.
También sumó como ejemplo extra el de un paciente extranjero, sin domicilio en el país, que en los últimos días ingresó al hospital “con un cuadro cerebrovascular” y se le brindó atención “sin saber quién lo va a cubrir”. Dijo que hasta ahora “Río Negro se hace cargo”, pero había una gestión en marcha para ver si lo podía recibir la provincia de Buenos Aires, de donde sería originario.
Estos y otros conflictos se van a multiplicar, admitió el médico, porque el colapso del sistema sólo deja en pie el sistema público. Señaló que para las emergencias “la disponibilidad está”, aunque en la atención ambulatoria la demanda es cada vez mayor y no queda suficientemente claro es “quien financia”.
Parodi dijo que el vuelco de pacientes con cobertura privada de salud al hospital zonal ya se empezó a notar y vaticinó que se intensificará con las nuevos aranceles de las prepagas que “mucha gente no podrá pagar”, lo mismo que pasa con los coseguros de las obras sociales.
Dijo que hoy un servicio de prepaga para una persona joven no baja de los 50 mil pesos mensuales y de ahí hacia arriba, con clientes de mayor edad, o con ciertas patologías declaradas.
“Tendremos el hospital que siempre hemos tenido y a nadie se le negará atención. Pero siempre con la idea de priorizar al que no tiene cobertura”, afirmó.
La liberación de precios para las empresas de seguro médico están llamada a provocar una caída en su cartera de abonados, por estricta razón económica, con la consiguiente sobredemanda para los hospitales, según reconocieron las fuentes consultadas.
La delegada del gremio Asspur -y enfermera en el hospital local-, Alicia Santibáñez, dijo que ese factor de tensión se agrega a otros y que ella y sus compañeros lo advierten “desde hace años”.
Señaló que la demanda insatisfecha “se ve en el hospital a cada paso, basta con ir los últimos días del mes cuando se entregan los turnos para consultorios. Se arman colas interminables y mucha gente se va sin conseguir”.
Explicó, por ejemplo, que los afiliados de Ipross que tenían atención oncológica en Intecnus ya no la tienen y recaen en el hospital. Algo similar ocurre con odontología. Otras obras sociales sindicales atraviesan la misma situación, o aun peores. Aseguró que desde Asspur tienen pedida una reunión con el director pro esos temas, hasta ahora sin respuesta.
Recurso extremo
Tanto Santibáñez como Parodi reconocieron que las obras sociales y el sistema público muchas veces se ponen en marcha solo a fuerza de amparos judiciales, lo que demuestra que hay derechos vigentes pero desatendidos.
La dirigente de Asspur dijo que la salud pública es “la única opción que hay para un número de gente cada ves mayor, y siempre da respuesta, es histórico. Pero la demanda ahora se va a agudizar, y todos tienen el mismo derecho”.
Señaló que a pesar de los anuncios de la última semana para disponer nuevas compras y refuerzos presupuestarios, “hay falta de insumos y también de recurso humano”. Señaló que existen en el hospital “servicios y sectores muy debilitados por el éxodo de profesionales”.
El hospital de Bariloche atento a una posible crisis por sobredemanda: la falta de personal, un cuello de botella
El director del hospital, Víctor Parodi, reconoció que lidian el último tiempo con la escasez de medicamentos y otros insumos, pero suele ocurrir que en un fondo de emergencia que tienen los hospitales “el dinero está para la compra, pero no el stock” por parte del proveedor. Otro obstáculo es la falta de precios. “El hospital no puede dar un cheque en blanco, comprar sin cotización”, dijo.
Pero insistió en que hay “un combo de variables” que influyen en el estado actual del sistema y una de las más complejas de abordar -y que pone al hospital más al límite que nunca- es la dificultad para mantener un plantel acorde a las necesidades.
Dijo que recuerda otras crisis muy severas como la de los años 90 y también la de 2001/2002, “pero no fueron a este nivel”, porque a los problemas de tipo económico/financiero “se suma ahora lo habitacional”.
Parodi señaló que el hospital de Bariloche llegó a tener 1.130 trabajadores durante la pandemia de Covid-19 y hoy son solo 990. Hay vacantes que no se cubren, jubilados que no se reemplazan y profesionales que piden traslado porque no encuentran dónde vivir. “Hay trabajadores que ya estaban instalados y se fueron yendo de Bariloche”, aseguró el responsable médico.
Dijo también que el sistema de cobro a las obras sociales de los servicios prestados por el hospital a sus afiliados no funciona como debería y tienen una acreencia acumulada que supera los 200 millones.
Según sostuvo, esas demoras se acumulan porque “muchos saben que el hospital no puede rechazar pacientes, no puede negarle la atención a nadie”.
Parodi dijo que el incremento de demanda en el hospital barilochense por la falta de alternativas en el sistema privado “se empieza a ver, como las puntas de una estrella” y es una tendencia destinada a crecer. Aseguró que hoy trabajan con cierto margen, pero la primera prueba de fuego será en otoño o invierno, cuando la ocupación suele acercarse al 100%.
El hospital de Bariloche y una posible crisis por sobredemanda: desde un gremio, alertan la situación desde hace cinco años
El delegado en Bariloche del sindicato ATSA, Esteban Romero, reconoció que hay un fuerte proceso “de migración” derivado de los costos de la salud, en el que “mucha gente vuelve de las prepagas a las obras sociales” y otras acuden directamente al hospital público, del que nunca fueron usuarios habituales.
Aseguró que su sindicato alerta “desde hace cinco años” sobre el problema y dijo que Bariloche, como ciudad turística, enfrenta una demanda todavía mayor, y que no tiene otras opciones cerca, como ocurre en el Alto Valle.
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