Rubén, el cirujano de Cipolletti, que lleva 43 años como médico: «Es un momento complicado para la Medicina»
Este 3 de diciembre se conmemora el Día del Médico. Rubén Mombrú llegó a Cipolletti años atrás, a través de un concurso de antecedentes, similar al que el gobierno provincial lanzó ahora en busca de profesionales.
Rubén Mombrú lleva 43 años como médico. Si bien ya no ejerce como cirujano, continúa con la atención en el consultorio de Cipolletti.
Nació en Córdoba y recuerda que ya con 6 años, aseguraba que, algún día, sería médico. Sus planes se cumplieron y se recibió en 1981, tras realizar la especialidad en el Hospital de Clínicas en Buenos Aires.
«No había médicos en la familia. De hecho, fui el primer profesional de la familia en este ascenso social. Mi hemana siguió mis pasos y es médica psiquiatra en Córdoba», detalló.
Mombrú hizo un año de medicina rural, junto a su esposa que es médica ginecóloga, en Fernández, un pueblo de Santiago del Estero. «Después, fui contratado por YPF como jefe de Cirugía en un hospital en un pueblo cerca de Tartagal, a 50 kilómetros de Bolivia. Y cuando se privatizó YPF, concursé para venir a Río Negro», comentó este médico que ya lleva 33 años en la provincia.
Recalcó que, en ese momento, decidió presentarse al concurso «por antecedentes» en Río Negro, similar al que el gobierno provincial lanzó ahora en busca de médicos. «Históricamente, la provincia ha vivido en crisis y ha estado convocando gente. Yo llegué en una época en la que se habían ido profesionales. Nunca cambió: los profesionales van y vienen. Salud Pública los atrae y luego, se pasan al ámbito privado. Esto se repite, como ahora, que vuelve a convocarse gente», dijo este hombre de 67 años que conforma el Comité Interinstitucional de Bioética en Cipolletti, es voluntario en Cuidados Paliativos de la Fundación Solatium Patagonia y realiza atención gratuita en un centro de jubilados.
Mombrú considera que es un momento complicado para la Medicina: «Al igual que los médicos, ha ido perdiendo prestigio en estos tiempos. Se ha transformado en una labor más. Cuando empecé, era una profesión de mucha vocación, como la enfermería. Es un arte».
Consideró que hoy se atraviesa una etapa de judicialización de la medicina que lleva a que «los profesionales no quieran arriesgarse tanto porque ponen mucho en juego -su futuro, la familia- por un honorario exiguo. Hoy, sale más caro un kilo de bizcochitos que una consulta médica. Eso hace que la medicina haya cambiado».
Hizo hincapié en que hoy, los médicos deben asumir un desafío «informático»: «Hablamos de la infomatización de la medicina, la digitalización de los afiliados, la facturación electrónica. Hoy, veo a muchos pacientes, afiliados de Pami, por ejemplo, que no tienen clave Token o no entienden cómo sacarla o, tienen un celular muy básico».
Mombrú insistió en la necesidad de seguir peleando contra la inequidad social y contra el déficit de acceso a la salud. «La salud es un bien supremo y cuando alguien no accede a lo que necesita, eso es tan violento como injusto. El desafío es trabajar todos juntos. Todos los actores somos responsables de los que está pasando. No solo el gobierno o las obras sociales», planteó.
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