Rubén, el artesano que talla hace 30 años y descubre los misterios del bosque en El Bolsón
Es escultor y su obra en madera está dispersa por Río Negro, Argentina y el mundo. Cosechó innumerables premios y se prepara para exponer por cuarta vez en el Museo Louvre de Paris. Sufrió una amputación, pero no para de producir.
Ruben Rodriguez es escultor y artesano de la madera en El Bolsón. Foto: gentileza Marcos Aramburu.
Las maderas del bosque andino esconden misterios. Las líneas de Ciprés, Radal, Lenga, Alerce, Maitén y Colihue se funden para dar vida a obras que surgen del intercambio de lo más profundo del artista y de eso que habita en los recovecos de la naturaleza.
Rubén Rodríguez es escultor tiene 64 años, nació en Capital Federal, pero vive en El Bolsón hace 29 años. Desde los 24, talla y realiza esculturas de todo tipo. Sus manos hablan, dicen. Talla escenas costumbristas en las que retrata oficios, personajes, lugares a veces reales a veces imaginarios, pero también esculpe conceptos y denuncias sociales profundas.
“La escultura sabe más de mí que yo mismo”, contó en una entrevista con Diario RIO NEGRO. El arte como medio de vida, llegó a sus 30 años, cuando empezó a dedicarse de lleno y a vivir de la madera mediante la construcción de muebles. Antes era profesor de natación.
Hace cinco meses sufrió un accidente mientras trabajaba y perdió un dedo y medio de su mano hábil, el pulgar y el índice, pero esa desgracia no logró frenarlo y luego de tres meses, está tallando nuevamente. «Busqué la manera de tomar el mazo y las gubias, por suerte voy pudiendo», contó.
Sus inicios en el arte se remontan a la década de los 70, cuando trabajó en escenografías para fiestas populares. Estudió dos años la carrera Diseño Audiovisual en la Universidad Nacional de Río Negro y dos años la Tecnicatura en Luthería en el Instituto 814 Lago Pueblo. Vivió un tiempo en España, donde hizo sus primeras obras en metal, pero luego se dedicó de lleno a la madera, su material predilecto.
“La inquietud por lo artístico viene desde niño cuando modelaba cortezas de los árboles y hacía caras con barro en el cantero de mi casa”.
Rubén Rodríguez, escultor de El Bolsón.
Ahora, trabajar todos los días es algo así como volver a ser ese nene que fue.
En el lejano sur y a pesar de las distancias, muchas de las obras de Rubén viajaron kilómetros por el país y hasta atravesaron el océano. Fueron elaboradas en la Cordillera de los Andes, pero ahora son patrimonio de edificios en grandes ciudades.
El Fondo Nacional de las Artes, el Museo José Hernández, la Secretaría de Cultura de Berazategui, la Casa de Gobierno de Río Negro son algunas de las instituciones que las albergan.
Durante tres años consecutivos, Rubén participó de la Muestra Internacional de Arte Contemporáneo del Museo Louvre en Paris. Desde 2021 el rionegrino expone en el gran museo parisino y este año no será la excepción. Un caballito de carrusel está casi listo y espera ser enviado al viejo continente.
Un hito importante en su carrera fue en 2023. La Legislatura de Río Negro declaró de interés cultural y social la trayectoria del escultor y su destacada obra artesanal. Este quizás fue uno de sus mayores reconocimientos en los límites de su provincia, pero desde 1995, viene cosechando menciones e importantes premios, algunos internacionales.
«A lo largo de mi vida, he tomado cursos y talleres con diferentes maestros de la escultura, la talla, el dibujo, como Juan Otto Passenhein, Juan Carlos Toledo, Eduardo Medici», contó. También participó en numerosas exposiciones colectivas en la Patagonia y Buenos Aires.
Hace años que se dedica a la docencia, una pasión en constante ebullición por sus 30 alumnos. Trabajó durante 13 años en la Escuela Agrotécnica 717 de Chubut y arte popular para la Secretaría de Cultura de la Provincia de Río Negro. Desde el 2003, da clases de talla y escultura en su taller y en la Casa de la Cultura de El Bolsón. Dictó talleres en Chile y su taller fue becado por el Fondo Nacional de las Artes en el 2011.
La poética de la madera y una obra en páginas
Para completar una vida llena de propósitos, Rubén también escribió un libro. En esa obra de lápiz y papel a la que llamó “La poética de la madera”, puso en palabras el proceso de creación.
“En distintos momentos de mi trabajo y oficio, yo creía que la poética se la imprimía yo a la madera, que la madera era una hoja de en blanco que yo le inscribía mis sueños, mis cosas, pero con los años me fui dando cuenta de que es un intercambio, que en realidad la madera ya tiene una poética propia, el bosque ya lo tiene”, postuló el artista.
Para Rubén, la poética subyace en el encuentro entre la madera y el escultor. “Es traer al mundo algo que antes que no estaba, traer a la verdad, como dicen los filósofos”, dijo.
El libro, que será editado por la Provincia de Río Negro, fue escrito desde una idea profunda sobre el trabajo de crear, de “estar en armonía con el bosque que nos entrega generosamente su madera», fundamentó. Contiene cuentos y poemas que acompañan las obras.
Un proyecto a futuro: jubilación para los artistas populares
Rubén es autor del innovador proyecto de Jubilación para Artistas Populares presentado hace años a diputados nacionales. La iniciativa propone que, al llegar a determinada edad, el artesano pueda ser beneficiario de alguna jubilación por moratoria que le dé “alivio” y sustento.
“Ya lo siento en mi cuerpo, uno no hace la misma cantidad de piezas o tarda la misma cantidad de tiempo de cuando era joven, por la edad. Y a diferencia de otros oficios, otras disciplinas, cada vez ganamos menos, porque lo que hacíamos en tres días ahora tardamos cinco, al mismo precio”, contó. Hasta el momento, su proyecto que busca convertirse en una Ley, no tuvo eco.
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