Rosana, la artista que sueña con crear un mundo de esculturas sumergido en el mar de Las Grutas
De lograr el primer Museo Escultórico Subacuático del Océano Atlántico, la rionegrina sería pionera en todo Sudamérica. La mujer tiene miles de proyectos bajo el brazo y su virgen ya cuida a los pescadores debajo del mar.
Nacida y criada en San Antonio Oeste, Lidia Rosana Gómez es una férrea admiradora de su mar al que siempre intenta simbolizar en sus obras, a veces inmensas como el océano, a veces pequeñas como la sal. Es escultora de arena y hace grandes dibujos en la playa, como su inolvidable tributo a las figuras de la Selección Argentina en el Mundial.
El arte llegó a la vida de Rosana en el colegio secundario, cuando el llamado a ser artista la empezó a perseguir internamente día a día. Por distintas razones, no pudo estudiar la carrera de Artes Visuales, pero se abrió camino a una pasión que hoy es su sustento de vida a los 45 años.
“Me apasiona poder brindarle tributo y homenaje a la naturaleza con el arte, usando los recursos mismos de la naturaleza”, contó. Desde ahí se despliegan sus grandes proyectos.
Uno de sus sueños, por el que está trabajando incansablemente hace años, es el de lograr crear el primer Museo Escultórico Subacuático del Océano Atlántico y con él un arrecife de coral artificial, para albergar la fauna y la flora marina. “El propósito de estas esculturas es albergar vida abajo del agua”, dijo.
Ya existen otros museos subacuáticos en el mundo, pero la rionegrina quiere crear uno en Argentina, donde no existe ninguno. El proyecto contempla 15 obras sumergidas a las que se accederá buceando, pero también otras semi sumergidas, en distintas playas y zonas donde el agua entra y sale.
“Quiero representar la identidad de mi lugar y que pueda estar atesorado bajo el mar”, dijo a Diario RIO NEGRO. Las obras están pensadas para albergar vida bajo el mar y que en ellas se depositen microorganismos, algas, esponjas, estrellas, peces, todo tipo de seres vivos que con el paso del tiempo colonizarán las esculturas.
Ya no serían las mismas piezas que la artista diseñó afuera, sino que pasarían a ser parte del mundo marino. «La naturaleza interviene la obra de arte. La naturaleza termina de completar la obra artística”, aclaró Rosana.
Las esculturas se crean en la superficie con materiales nobles para el entorno marino, un cemento que tiene pH neutro, anticorrosivo y luego se sumergen en un operativo con buzos para el que se necesita un importante despliegue de fondos y logística.
El precedente lo sentó ella misma y es el de la escultura de la Virgen Stella Maris, la patrona del mar, que ya está sumergida hace siete años en las aguas de Las Grutas en la zona de la plataforma de buceo. “Es la imagen religiosa que cuida a nuestros pescadores, a toda la gente del mar», explicó.
En 2021, la artista logró una declaración de interés cultural por parte de la Legislatura de Río Negro, pero aún sigue buscando apoyos y aportes económicos para el museo. Ella misma rescata que su proyecto tiene una impronta que fomentará el turismo local en todo lo que es el área natural protegida.
«Yo como escultora soy como un eslabón para llevar este tipo de proyectos adelante porque involucra a varios sectores y actores”, destacó.
Reflejos de sal, otro proyecto en curso
Rosana trabaja también un proyecto de esculturas de sal con otros dos artistas, empresas de turismo de Las Grutas y la firma extractora de la sal en la salina del Gualicho. Las obras representan leyendas de la salina del Gualicho que luego serán emplazadas en ese mismo lugar, para la visita de turistas.
“Es un proyecto que comprende una exposición de obras realizadas en sal”, comentó. La muestra se llama “Reflejos de sal» y comprende esculturas hechas por ella, fotografías y pinturas de otros dos artistas, todo hecho con sal. Se presenta en octubre en la Casa de Río Negro en Buenos Aires.
A la vez, inaugurarán la temporada de verano con un Festival de Tallas Escultóricas sobre una pila de sal que tiene 20 años aproximadamente, en la propia salina. Convocan a escultores de distintos países.
Su historia y formación como artista
Estudió en la Escuela de Artes de Carmen de Patagones y allí empezó su “viaje de ida”, como le dice ella. Empezó con la pintura hasta que conoció a su mentor, un artista y gestor cultural francés que la convocó a través de una de sus intervenciones en su ciudad natal y generó un giro en su carrera.
“Mi trabajo artístico, eso me llevó a exponer a Francia en 2017. Yo empecé a retratar la identidad de mi lugar, donde yo vivo, los barcos abandonados en el muelle», contó Rosana.
Ella venía haciendo cuadros de bastidor hasta que el francés le pidió un gran formato de 6 por 5 metros. Eso la desestructuró y trasladó el muralismo. A un paso estaban la escultura, el grafiti y el arte urbano.
“Me considero una artista multifacética, porque hago de todo, no me dedico a una sola disciplina del arte”, contó. Rosana forma parte del Movimiento Internacional de Muralistas (MIM), del Movimiento de Pachamuralistas, un movimiento de Perú en el que pintan por la Pachamama.
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