Río Negro dispone de espacios para tratar los consumos problemáticos: «No nacemos adictos»
Las historias de Jazmín y Paulina, de El Bolsón y Cipolletti, que encontraron acompañamiento y ayuda en los espacios que ofrece la Agencia para la Prevención y Abordaje Integral de los Consumos Problemáticos (Apasa).
«No hay que esperar a tocar fondo. Hay espacios que brindan ayuda: yo lo encontré y me ayudó mucho«. Paulina es de Cipolletti y tiene 39 años. A los 23 empezó a consumir cocaína. Logró cortar el consumo entre sus embarazos, pero después, volvía a recaer.
«En los últimos dos años, arranqué con un consumo diario. Poco, pero todos los días. Sufrí un abuso contra mi voluntad porque no me enteraba ni de lo que me hacían. En agosto pasaron muchas cosas, toqué fondo, ya no podía seguir y tomé la decisión de pedir ayuda«, contó Paulina que permanece desde hace cinco meses en el centro residencial Casa de Mujeres en Choele Choel.
Realizó varios tratamientos ambulatorios en Cipolletti, pero no tenía resultados. Por eso, decidió pedir ayuda en Choele Choel donde desde hace un mes y medio, la asiste un equipo conformado por ocho profesionales.
«Llegamos acá muy rotas, fragmentadas, no solo por situaciones de consumo sino por violencia, problemáticas de la vida, fracasos, frustraciones. Pedís ayuda cuando tocás fondo. Cuando no podés más. Y éste es el único lugar en todo el Valle Medio de puertas abiertas para internación de mujeres», recalcó. Aseguró que fue difícil y más aún siendo madre de cinco niños. Pero sabía que necesitaba ayuda con urgencia.
«Acá volví a vivir, a encontrarme conmigo misma. Pude sanar, soltar y volver a creer en mí Se abordan todos los temas, no solo el consumo. No nacemos adictos, no es una elección. Se nos ve como bichos raros. La misma sociedad nos trata como ‘faloperos de mierda’. Pero ese falopero puede ser un hijo, un hermano. Se puede buscar ayuda porque hay quienes pueden ayudarnos. Nadie quiere morir adicto», dijo.
Jazmín, tiene 37 años, es de Lago Puelo y relató que su historia de consumo comenzó a los 20 años. Desde hace un tiempo, concurre al dispositivo El Altillo que funciona en El Bolsón y se encuentra en recuperación. «Llego en un momento de mucha desesperación. Nos cuesta mucho reconocer que tenemos un problema de adicción y que necesitamos ayuda. Pero no podemos salir solos. Cuando lo reconocemos, todo funciona más rápido», admitió.
En su caso, agradece no estar sola ya que su familia la acompaña ya que «hay muchos adictos que sufren solos en situación de calle». «A través de una psicóloga conocí El Altillo. Me interné unos días para limpiar mi cuerpo y después, me sumé al programa que brinda. No solo me ayudan a mi, sino que asisten a mis padres para que puedan contenerme», detalló esta mujer madre de tres niños.
Destacó también los encuentros con otras personas adictas que se encuentran en el mismo camino. «Hay quienes se quieren recuperar; otros que ya llevan años y atravesaron por lo mismo que vos y por eso, te pueden ayudar. Un psicólogo es difícil que entienda. Nos ayudamos entre nosotros a atravesar experiencias. Es como una red de contención«, relató Jazmín que lleva un mes y medio en El Altillo.
«El último tiempo consumía muchos días seguidos y yo tengo una familia. Estaba enojada con la vida. Hoy mi cambio es impresionante. En muy poco tiempo, me siento muy bien. Volví a ser la Jazmín de antes«, confió.
Espacios terapéuticos
La Agencia para la Prevención y Abordaje Integral de los Consumos Problemáticos (Apasa) de Río Negro cuenta con 25 espacios distribuidos en toda la provincia.
En 2024 se abrieron siete nuevos Centros Rionegrinos de Abordaje Integral (Craia), un espacio de escucha y asistencia, en Sierra Grande, Las Grutas, Coronel Belisle, Ingeniero Jacobacci, Campo Grande, Comallo y General Enrique Godoy. Y se proyecta abrir otros ocho en 2025.
«Esta red está destinada al abordaje integral de consumos problemáticos en territorio. Son espacios de escucha, de acompañamiento, de respuesta terapéutica con espacios de admisión, entrevistas, abordaje entre pares -otras personas que atraviesan consumos problemáticos- y un abordaje familiar», resumió la trabajadora social Norma Mora, directora ejecutiva de Apasa.
Los consumos problemáticos refieren a sustancias legales e ilegales, como bebidas alcohólicas y Mora aseguró que se registra «un policonsumo«. Pero en el último también notan un incremento del uso excesivo de pantallas y las apuestas digitales. «Pasamos más horas de nuestras vidas con el celular que en una relación directa», agregó.
En los primeros 15 días de diciembre, Apsa registró 57 nuevas admisiones, 216 seguimientos de pacientes que ya venían en tratamiento y 71 espacios grupales (con los familiares de usuarios y pares).
«Estamos por encima del 25% en pedidos de ayuda en relación a años anteriores. Sucede que la gente sabe a dónde pedir ayuda. Es posible salir del consumo problemático», destacó y aclaró que «las ayudas se brindan mayoritariamente a hombres de 30 a 55 años. Sucede que muchas veces, las mujeres no piden ayuda porque están cargadas de estigmas. Ser mujer y alcohólica o adicta tiene un peso de doble condena social. Ni hablar si tienen hijos».
Abordaje científico
En cada espacio, un equipo interdisciplinario integrado por psicólogos, trabajadores sociales y operadores en Salud Mental -especializados en adicciones- atienden cada una de las situaciones.
«No desestimamos la impronta de muchas organizaciones e iglesias que brindan un espacio de escucha y contención, pero la repuesta debe ser de carácter científica. El abordaje de los consumos problemáticos, las adicciones, corresponde a Salud Pública», indicó Mora.
Los centros nacieron en 2019 y «este año, cobraron impulso con una inversión que superó los 115 millones de pesos«. A los 25 espacios se suma un centro de albergue en Choele Choel destinado a mujeres que requieren respuestas que exceden lo ambulatorio.
«Es el único en la Patagonia y está atendido por un equipo interdisciplinario integrado por un psicólogo, una psiquiatra y dos trabajadoras sociales. Llegan mujeres muy jóvenes que han tenido dificultades con la justicia y algunas han perdido la tutela de sus hijos a partir de consumos crónicos y excesivos de diferentes sustancias. Hay una fuerte perspectiva de género: trabajamos con sus historias de vida porque vienen con abusos reiterados, casos de violencia y situaciones de calle», detalló Mora.
Aseguró que ese segmento es el más «desprotegido e invisibilizado«: «El consumo está impregnado de fuertes estigmas: ‘consumen porque la pasan bien o son vagas’. No, no lo hacen porque les gusta. Hay un problema de salud mental y físico«.
¿Cuál es el tiempo de recuperación? Mora explicó que depende de cada usuario aunque «no hay tratamiento que pueda ser menor al año o año y medio». «Lo que vemos es que los abordajes tienen trayectos de recuperación fuertes. A veces, existen las recaídas y ahí es necesario reiniciar el tratamiento. Ese usuario debe tener la puerta abierta para recuperarse», resaltó.
El mail para pedir información es secretariatecnicaapasa@gmail.com.
En Bariloche, el teléfono es (02944) 383398; en Cipolletti, (0299) 4011110; en Viedma, (02920) 617309 y en Roca, (0298) 879343.
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