Salamone visita Bariloche y los científicos del Conicet le contestan: «No tenemos evidencia de que los perros muertos hablan; sí de que la ciencia cura el cáncer»
Los investigadores manifestaron ante la visita del titular del organismo nacional. "¡No somos la casta!", lanzaron.
«No seas cómplice de la destrucción de la ciencia» se leía en un cartel enorme que un grupo de investigadores sostenía en el ingreso del Conicet en el Centro Científico Patagonia Norte a la altura del kilómetro 2 de la avenida Pioneros, este jueves a la mañana. «¡No somos la casta!», gritó uno de los científicos mientras un auto ingresaba al estacionamiento del predio. Sin darle tiempo a los investigadores a llegar hasta ese sector, raudamente Daniel Salomone, el presidente del organismo nacional, se bajó del vehículo e ingresó al edificio. La puerta se cerró. Nadie más pudo entrar.
Salomone se reunió con las autoridades del centro patagónico y recibió a algunos delegados de los investigadores que plantearon reclamos por el desmantelamiento de la ciencia en Argentina.
Su llegada estaba prevista a las 11, pero se retrasó media hora. Mientras tanto, los investigadores repartían folletos en los que se leía: «Están destruyendo el desarrollo en Argentina», «De luto por la ciencia», «No al remate del país» y «Científicos en lucha».
«Sospechamos que Salomone viene a sacarse una foto y a dar promesas gentiles que jamás se cumplen. Simplemente buscan distraer a la sociedad mientras siguen con el trabajo sucio de destruir lo bueno que tiene la sociedad argentina que es la ciencia, la tecnología, la educación y las universidades», fustigó Damián Dellavale, investigador adjunto del Conicet que se desempeña en el Departamento de Física Médica del Centro Atómico Bariloche. Se dedica a procesar señales para el tratamiento de la epilepsia y el Parkinson.
Los investigadores manifestaron el descontento por las políticas del Conicet. «La realidad que estamos viviendo es una de las peores en décadas. No hay un desmantelamiento, pero hay un proceso que está en marcha«, indicó Maximiliano Lezcano, un arqueólogo que lleva 32 años en el organismo nacional y aseguró que esta situación ya se vivó en los años 90 con «el cierre de convocatorias y los ingresos a carrera». «Es un despropósito porque el Estado invirtió muchísimo tiempo y energía para formar investigadores de primera línea a nivel internacional y ahora está paralizado», acotó.
Sobre la visita de Salomone, Dellavale agregó: «Nos está visitando el presidente del Conicet que es un organismo que debería promocionar la ciencia y la técnica sobre todo en los jóvenes y, desde la la presidencia del organismo se está estafando a los jóvenes argentinos», en relación a los 850 investigadores que aun no reciben el alta de ingreso a la carrera de investigador científico.
«Esos jóvenes siguieron al pie de la letra todos el procedimiento en cuanto a los concursos y ahora la administración les cambia las reglas de juego. Eso nos parece un insulto muy grande sumado a al hecho de que el presidente nos llama casta. Lo único que queremos es estar a la altura de los países desarrollados a través de la ciencia y la tecnología que es el camino correcto y no a través del Tarot«, planteó y agregó: «No tenemos evidencia experimental de que los perros muertos hablan, tenemos evidencia experimental de que la ciencia cura el cáncer».
Consideró que avanzar en la ciencia significa «mejorar los tratamientos para el epilepsia, mejorar los tratamientos para el cáncer. Pero el beneficio no sucede de un momento para otro como en las redes. Requiere esfuerzo, sacrificio, horas de laboratorio, pero a largo plazo es un gran beneficio para la sociedad».
Pedro Temporetti trabaja en Conicet desde 1991, cuando ingresó como becario doctoral. Hoy es investigador independiente de la calidad de agua y los recursos acuáticos de la región. «Esta situación ya se vivió en la época del gobierno de Menem. También en 2001 con la crisis de 2001. Pero esto es como más brutal en realidad, más notorio«, consideró.
Al ser consultado sobre el reclamo, manifestó que «el planteo hay que hacerlo al gobierno más que al presidente del Conicet. Pero específicamente a Salomone hay que plantearle que sin financiación, sin mejora salarial, no se puede hacer ciencia».
Recordó que el freno al financiamiento de los proyectos de investigación provenían del Banco Interamericano de Desarrollo: «No se sabe qué ha pasado con ese dinero. Ahora nos comentaban que los sueldos se empiezan a congelar a partir del mes que viene».
Juan Cabrera, investigador en el área de química ambiental que trabajo en la calidad de las aguas subterráneas, lamentó «la situación de inseguridad laboral por parte de los contratados a quienes se les renueva el contrato cada tres meses o seis meses». «Además -cuestionó-, sin plata no podés prometerle a un tesista una continuidad en cuanto al proceso de investigación. Quizás, hoy tenés unos mangos para hacer un monitoreo y en seis meses, no. Entonces, la falta de previsibilidad de la investigación hace que el oficio sea menos atractivo y eso va en detrimento del desarrollo de la ciencia nacional y de la producción de conocimiento nacional».
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