Reabre una histórica joya arquitectónica en Bariloche

La histórica casa de Emilio Frey, el topógrafo de Perito Moreno que permitió definir el límite con Chile, el primer intendente del parque nacional Nahuel Huapi y cofundador y primer presidente del Club Andino Bariloche, vuelve a abrir sus puertas. Sobre la avenida Bustillo, frente al lago Nahuel Huapi, este rincón al oeste de Bariloche se reconvierte en museo y en un punto de venta de una marca de ropa outdoor.

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Federico Silin, responsable del Archivo Visual Patagónico, la calificó como «una joya arquitectónica«. «Era una casa señorial para la época como las construcciones de Puerto Varas. No todas las casas se hacían en ese estilo. La mayoría de las viviendas eran sencillas, casas estandarizadas con techos a dos aguas», destacó.

Los orígenes de la casa se remontan a 1910, cuando Frey y su esposa Rosa Schumacher compraron el lote 45 de la granja de la familia Runge, ubicada en la ladera del cerro que hoy lleva su nombre. Seis años después, la pareja convocó al arquitecto italiano Primo Capraro, que los había presentado, a fin de que construyera el “chalet” con un estilo suizo.

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Capraro propuso la construcción de madera de ciprés; solo las tejas serían de madera de alerce, con terminaciones finas de carpintería y mucha ornamentación. Las ventanas, al estilo inglés, abrían hacia arriba.

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«Ese chalet era parte de un conjunto de obras construidas muy pintorescas para la época en lo que se consideraba las afueras de la ciudad, ya que los lotes pastoriles comenzaban ni bien terminaba la fracción de Primo Capraro, en el actual Centro Cívico», aseguró Silin.

Mencionó que «todos esos terrenos (lotes agrícolas) culminaban del otro lado del cerro Runge. Cada lote pastoril eran 625 hectáreas. De todos modos, a partir de la década del 20, en ese sector, los lotes empezaron a subdividirse. La primera venta de un fraccionamiento fue realizada por Runge a Oswald Lauersdorf a fin de que pudiera construir el chalet La Gloria, a pocos metros de la casa de Frey».

El camino al Llao Llao pasaba por adentro de la propiedad y no, como ahora, por la costanera. «Durante muchos años, los Frey mantuvieron el fraccionamiento intacto, considerando la expropiación para la construcción del llamado ‘camino internacional’ en los años 30 (lo que sería la actual Bustillo) que comunicaría a Bariloche con Frías por el Brazo Esperanza, desde Bahía López», relató Silin.

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Escuela alemana

Esa casa, agregó Silin, surgió en «una etapa pionera de construcción con una fuerte escuela centroeuropea«.

«Capraro trabajaba con carpinteros de la escuela chilota de madera, discípulos de los maestros carpinteros alemanes que desembarcaban en el sur de Chile. Esa escuela se iba desparramando a través de los maestros carpinteros y Bariloche fue uno de esos tantos lugares. En el Nahuel Huapi comenzaron a desarrollar esa escuela», comentó Silin.

Recalcó que esa casa de dos plantas con un sótano está levantada en pilotes de coihue «que aguanta la humedad aunque la casa poco a poco se empezaba a inclinar».

«La carpintería fina de la casa por fuera estuvo a cargo de un maestro carpintero, Cayetano Speranza, que trabajó con Capraro muchos años. El  Art nouveau era su sello, llevado a las formas de la flora nativa. Por eso, las columnas de los balcones tiene forma de pinitos y los contramarcos tenían peces. Un estilo victoriano», describió.

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Allá por 1930, Capraro había elaborado un álbum que contenía sus construcciones más destacadas, entre las que figuraba el «Chalet Los Cipreses» y que entregaba a «las ilustres visitas que recibía la región».

Según Silin, todas las personalidades que llegaban a Bariloche pasaban por esa casa. «Sucede que Frey había trabajado en la demarcación de límites, fue el primer intendente del parque nacional, intendente municipal y hasta había sido secretario de Fomento antes de la intendencia. Este hombre conocía realmente la realidad de la región», comentó.

La venta de la casa

Isabelle Bovey, bisnieta de Emilio Frey, relató que con la muerte de su abuela en 2014, la familia decidió vender Los Cipreses. «Fue una decisión difícil, pero era imposible para nosotros mantener la casa en buen estado viviendo en Suiza», manifestó.

De esa forma, comenzó una ronda de potenciales compradores, aunque Bovey reconoció que «ninguno correspondía en lo que mi mamá y yo queríamos: alguien respetuoso del lugar, que hiciera algo respetuoso y ligado a la historia de nuestra familia, alguien enamorado del jardín de mi abuela y sus rosas». Los años pasaron y la mujer volvió a Bariloche con su madre en 2022 a fin de buscar algunas cosas en la casa. «En ese momento, ella me dio la responsabilidad moral de Los Cipreses y, poco después, falleció”, comentó.

Los representantes de una marca de ropa outdoor de Estados Unidos se comprometieron a restaurar la casa con materiales de primera calidad, al igual que el jardín y la huerta. Bajo estas condiciones, la venta se concretó.

Según indicaron, usaron técnicas y materiales de la época para poder recuperar el estilo original de Casa Frey, realizaron trabajos de jardinería y paisajismo para la preservación de las especies nativas y «el jardín de Rosas».

En la Casa Frey, los visitantes encontrarán asesoramiento sobre «experiencias turísticas responsables» y deportes de agua y montaña.

El horario de visita es de lunes a domingos de 10 a 21. El museo está integrado a la tienda de ropa Patagonia, de modo que no se cobra entrada.

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