Raúl Valladares, el emblemático locutor de Canal 7 y el homenaje que se convirtió en despedida

La noticia del fallecimiento de Raúl Valladares tomó por sorpresa a muchos, porque horas antes había participado de un programa radial, alusivo al 59° aniversario de Canal 7 de Neuquén, donde charló y compartió sus vivencias en aquellos inicios.

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“Estuvimos felices, realizando el programa en “Neuquén del Ayer”, al cual Raúl quiso asistir en persona, porque nos dijo a todos los allí presentes que él prefería el ‘cara a cara’, estar en el estudio, frente al micrófono. Fue una charla amena, tanto al aire como fuera de él, hizo chistes y bromas, incluso hasta dejó la frase llena de entusiasmo “podríamos hacer ….”. Pero el sábado, al mediodía, a menos de veinticuatro horas, me entero de su fallecimiento, y un dolor que se compara con la partida de un amigo muy querido nos invadió a todos”, dijo en Facebook Juan José González, conductor de la emisión que sirvió de despedida.

A sus 82 años, vestido con boina y un abrigo liviano, compartió la salida en “La Séptima Radio” con Carlos Agundez, quien ingresó al canal en 1966, y María de Los Ángeles Demetrio, actual integrante del equipo de trabajo de Canal 7. Analítico y reflexivo, dio su mirada sobre lo que vivieron y sobre esos comienzos donde todo era a pulmón.

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Descendiente de ferroviarios, hijo de Enrique y Catalina, Raúl había nacido el 27 de Enero de 1942 en Villa Maza, Adolfo Alsina, pueblo de la provincia de Buenos Aires, bautizado en realidad con el apellido Ventureira. Según pudo reconstruir el historiador Ricardo Koon, “su padre había llegado en 1955 a Neuquén y Raúl cursó a partir de tercer año en el Colegio San Martín”.

Su primera experiencia delante el micrófono fue en la empresa de Juan Mirabete, que se dedicaba a la publicidad con altoparlantes (“Propaladora), ubicados en el techo de un automóvil. Al respecto, en la charla con “Neuquén del Ayer”, el propio homenajeado recordó que era muy joven cuando eso ocurrió. “Iba a pasar avisos en el Bajo, con un juego de parlantes donde difundía publicidad y me daban la posibilidad de hablar, era una avanzanda, tenía dos platos para poner discos de 78 RPM, entonces yo armaba la programación y decía ‘bueno, ahora vamos a tener media hora de tanda’ y hacía como si fuera la radio. El dueño de la propaladora decía ‘bien, fenómeno, usted va muy bien’… se usaba el ‘usted’, pero yo tenía 16 años”, relató.

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Después de intentar estudiar en La Plata, algo que no prosperó porque como él mismo dijo, “fui vago”, Raúl regresó al Valle, donde esa primera experiencia en la Propaladora le fue abriendo otras puertas, para terminar siendo parte del staff de las históricas LU5 y desde 1965, Canal 7 de Neuquén. “Fui la primera voz en la estación de televisión, hace ya 59 años”, dijo para presentarse. Tenía en ese momento 23 años y lo acompañaron Magda Byrne, junto a los hermanos Aguilar, Margarita y el reconocido Milton Aguilar.

Gracias a su desempeño, precisó Koon, “transmitió desde el Club Pacífico la visita del gran Atahualpa Yupanqui en 1964, entrevistó a Jorge Luis Borges, quien estuvo con el Dr. Gregorio Álvarez en los festejos del primer médico de la provincia del Neuquén en el año 1970. En 1976 recibió el Pehuén de Oro junto con Osvaldo Arabarco y Pepe Ramos Paz por su programa ‘Damas y Caballeros’”.

Respecto a su familia, en 1965 también se casó con la docente María Elena Martinolich, con la que tuvo tres hijos: Juan Manuel, José Antonio y Jorge. Ella falleció en 2019. “Tuve un privilegio extraordinario, hice lo que quería hacer, yo quería ser locutor”, reafirmó Raúl en el diálogo con Juan José González. “Luego del programa se quedó charlando bastante tiempo y se despidió muy feliz, prometiendo regresar cada vez que se lo invite”, compartió el conductor, sin terminar de entender cómo es posible que los hechos puedan dar un giro tan drástico. El velatorio se llevó a cabo en una de las salas de la empresa Calf.

“Se fue hoy un gran amigo, pero -por sobre todas las cosas- una buena persona. Generoso, fue quien me enseñó los secretos de la televisión y cómo trabajar en ese mundo. Lo recordaré tomando mates, acompañados de extensas charlas sobre política, periodismo, literatura y de la vida, amenizadas con música clásica, de la que -gracias a él- aprendí a escuchar de otra manera”, le dedicó Fernando Frugoni, que como tantos otros, compartieron sus fotos y recuerdos con Raúl. Jorge, uno de sus hijos, sin otras palabras que se puedan hilvanar en un momento tan difícil, se despidió: “Chau papá. Te quiero mucho”.

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